El truco de la mariposa

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April Sullivan

El hombre sentado frente a mí, está muy concentrado escribiendo en aquella hoja que hasta hace un momento estaba en blanco. Cada cierto tiempo levanta la mirada y me da una sonrisa, que no sé cómo interpretar, antes de volver a escribir en aquella hoja, cuando la llena, me pide otra y otra. Yo solo muevo mis manos con cierto nerviosismo mientras lo veo escribir, Simón, no dijo mucho después que ambos aceptamos mentir, solo mencionó, que ambos necesitamos firmar un contrato para mantener claras las reglas del juego. Como él es abogado, es quien se encarga de redactar aquel contrato. Yo me siento en desventaja aquí, sin saber más allá de lo básico sobre leyes, en este momento deseo haber leído más libros sobre derechos, obligaciones de las leyes contractuales. Porque siento que le voy a firmar la entrega de mi alma al diablo.

—¿No crees que ya has escrito suficiente? —le pregunto.

Él levanta una mano sin molestarse en levantar la cabeza y mirarme, me hace una señal para que espere mientras él sigue escribiendo. Pero ¿Qué tanto escribe? No me voy a mentir y decir que no me preocupa aquello que él pueda estar estipulando. Pero, sobre todo, me preocupa aquel asunto sobre Jessica. No sé nada sobre ella, más allá de hecho que engañó a su esposo con alguien de su trabajo, pero eso es todo. Pero sé que debe ser una mujer deslumbrante y no solo hablando sobre el físico, ella tiene que ser deslumbrante en todos los sentidos, para lograr conquistar a Simón Ambrose, que al parecer es un hombre difícil de agradar o deslumbrar. Entonces, ¿Cómo puedo yo intentar deslumbrarla a ella?

—¿Qué tanto escribes? ¿Necesito mi propio abogado? —le pregunto aquello, mitad en broma, mitad en serio.

Pero él no me responde, solo lo veo embozar una media sonrisa y seguir escribiendo. Estiro un poco mi cabeza para ver mejor aquello que él está escribiendo, pero no alcanzo a leer nada, solo distingo su hermosa caligrafía. Me impresiona un poco lo perfecta que es su letra.

—No creo que necesites un abogado, April, sabes leer, ¿verdad? Así que será fácil para ti entender esto.

Es obvio que él se encuentra en su elemento al estar redactando esos documentos, yo le digo que no veo la necesidad de eso, pero él me dice que si es necesario. Su teléfono celular empieza a sonar y lo veo sacarlo del bolsillo de su pantalón, su expresión se endurece y aprieta la mandíbula mientras sostiene el teléfono frente a su cara. Pero él no contesta la llamada. ¿Quién lo acaba de llamar que lo a puesto así? No tenemos la suficiente confianza como para atreverme a preguntarle la razón de su problema, así que muerdo mi labio para evitar hacer aquella pregunta en voz alta. Quiero dejar pasar el tema, pero el luce tan abatido y algo roto, veo como poco a poco deja caer sus hombros en señal de rendición y siento que estoy presenciando la caída de Lucifer, de como un bello ángel es desterrado del paraíso y cae hacia el infierno. Estoy segura que la persona que lo acaba de llamar es la misma que lo ha empujado lejos del paraíso y la felicidad, con la única opción de quedarse y reinar en el infierno. Un infierno donde incluso las llamas del fuego que lo rodean han dejado de brillar.

—¿Conoces el truco de la mariposa? —me encuentro preguntándole en voz alta.

—No. —es la simple respuesta que él me da. Él ni siquiera se gira para mirarme.

Tomo aire y me siento en el sillón cerca de él, sé que no debería estar haciendo esto, no lo conozco y él a mí tampoco, pero Simón me está ayudando en esta mentira aun sin conocerme y creo que lo menos que puedo hacer yo, es tratar de ayudarlo con aquello que le molesta ahora. Una persona inteligente y con sentido común, no se acercaría a alguien que tiene la misma mirada que aquella pintura sobre la caída de Lucifer, una persona inteligente y que jamás ha estado rota, no se acercaría a u hombre que aún no ha terminado de lamer sus heridas, un hombre tan roto y abatido, cuya mirada grita que no hay nada que lo pueda arreglar. Pero aquí estoy yo, sentándome cerca de él, con la esperanza de curar su dolor o al menos intentarlo. No pierdo nada con intentar.

Cuando las estrellas forman constelaciones  [Serie escrito en las Estrellas #3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora