Nunca creí exactamente en las almas gemelas cuando era niña, la idea que estamos incompletos y debemos buscar nuestra otra mitad, no tenía sentido para mí. Pero mientras crecía empecé a creer en el poder del amor, suena infantil, si pienso ahora en eso, pero en aquella época, la idea de encontrar un amor incondicional, alguien que me ame a mí y ya no estar sola, bueno, me acogí a esa idea, era todo lo que tenía y por esa idea sobre el amor incondicional e inquebrantable, empecé a pensar que tal vez existen las almas gemelas o algo parecido a eso. Como si fuera algo mágico cuando no es así, cuando el amor o las almas gemelas, solo están sujetas por sentimientos y sueños. Cuando quiénes lo sujetan son solo personas. Si existen las almas gemelas, en definitiva, no son mágicas y tampoco algo inquebrantable. Porque cada persona es diferente, cada persona tiene una idea sobre el amor y mueve los hilos de la relación en base a sus creencias. Además, cada persona enfrenta diferentes problemas y ve la vida a su manera, por ende, tiene una manera distinta de creer en el amor. También debí saber que en la vida real el amor no es algo sencillo, que es algo revuelto, vorágine, volátil. Pero mientras yo me permitía creer en el amor de aquella mágica manera, lamentable para mí, no vi nada de eso.
Pero debí hacerlo, debí ver aquellas señales que brillaban frente a mí, debí escuchar las campanas de advertencia.
Si hubiera visto las señales lo más probables es que yo hubiera mantenido una distancia prudencial de Gabriel Avery, lo más probable es que hubiera trazado una línea que no me permitiría cruzar o al menos así me gusta creer a mí. También me gusta creer que, si yo hubiera estado pendiente de las señales, si hubiera visto con claridad aquel panorama y no me hubiera dejado deslumbrar por el hecho que alguien me notaba, bueno, hubiera visto desde el inicio que Gabriel ya amaba a alguien más. Porque él hablaba sobre seguir y como la vida no espera por nadie, sin embargo, él no avanzaba, seguía estático en su lugar y es obvio que Gabriel estaba esperando a alguien. Ahora veo eso, ahora lo entiendo, pero en aquel momento no lo hice, no noté nada de eso. Y, en consecuencia, por haber ignorado las advertencias, rompí mi corazón y ahora podría romper el corazón de mi hermana. Todo porque me enamoré de alguien que no debía, todo porque mi estúpido corazón ama a alguien que no debe.
Tonto, tonto corazón. ¿Por qué de todas las personas debías enamorarte de él?
Debí detenerme cuando las señales de advertencia empezaron aparecer, cuando los carteles de peligroso empezaron a brillar en mi cara o cuando la alarma que estaba entrando en zona peligrosa, empezó a sonar. Pero yo no vi ninguna señal, estaba ciega y ese es parte del problema. Porque si yo hubiera visto al menos una señal de advertencia, no estaría ahora en este gran lío, rodeada de esta espesa telaraña de mentiras que tejí a mi alrededor y al parecer alrededor de Simón Ambrose, también. Ahora solo me queda esperar a que él venga y explicarle porque lo metí en esta situación. Nicole, dice que él es hijo de satán ¿Será en serio así de malo? Si es así, debe estar muy enojado por mi mentira. Aunque él es abogado, le pagan por mentir, debe estar acostumbrado a las mentiras, de todas formas, eso no es justificativo para que yo lo arrastre en este problema. ¿Él ya le habrá contado a Nicole la verdad? Cuando me llamó solo me dijo que le debía una explicación y que estaba en camino, seguro piensa volar hasta aquí este fin de semana o algo así.
Unos golpes en la puerta me sacan de mis pensamientos, es tarde ¿Quién podría ser a esta hora? Me levanto y abro la puerta para encontrar Agustín de pie con una sonrisa.
—Tengo un paquete para ti. —me dice Agustín antes de señalar algo a su derecha, saco la cabeza y casi me caigo por la sorpresa de ver a Simón Ambrose, de pie afuera de mi apartamento. Cuando él me ve me sonríen y saluda con su mano. —Estaba preguntando por ti, no me quería decir su nombre así que no le podía dar tu dirección, pero entonces él me enseñó sus credenciales y una foto con el esposo de tu hermana, Gabriel. Aunque sigo sin saber quién eres.
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Cuando las estrellas forman constelaciones [Serie escrito en las Estrellas #3]
RomanceSer la dama de honor en la boda de mi hermana mayor, no sería un problema sí yo no estuviera en secreto enamorada de su futuro esposo. Y ahora tengo que fingir una sonrisa, decir que todo está bien, mientras veo como él se casa con ella, porque siem...