Epilogo

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"La tierra giró para acercarnos,

giró sobre sí misma y en nosotros,

hasta juntarnos por fin en este sueño"

-Eugenio Montejo

Nuestro universo está lleno de maravillosos y asombrosos fenómenos, que son tan peculiares como únicos. Algunos de aquellos fenómenos aún siguen siendo un estudio constante para astrónomos y astrofísicos, tratando de revelar todos los misterios que nuestro universo esconde. Uno de los primeros fenómenos que yo estudie, por pura curiosidad, fueron los mini agujeros negros de mecánica cuántica. En teoría, se supone que el universo entero está plagado de estos pequeños agujeros negros, que serían provocados por los residuos del Bing bang. Pero eso no es lo fantástico de estos mini agujeros negros, lo que llamó mi atención de ellos, es como afectan al espacio-tiempo de un modo diferente a causa de su cercana asociación con una quinta dimensión. Aquella quinta dimensión es, una hipotética dimensión extra, más allá de las 3 dimensiones espaciales y una de tiempo. ¿No es el universo algo fantástico? Es casi irreal la forma en que está constituido y es aún más difícil de creer, que nosotros somos parte de él.

Somos polvo de estrellas.

Hubo un momento de mi vida, donde yo olvidé que era polvo de estrellas, donde creí que solo era un personaje secundario, un personaje cuya felicidad no era importante o relevante, un pequeño personaje insignificante, pero entonces algo sucedió, no sé cómo explicarlo, pero las cosas cambiaron y de pronto era la protagonista de mi propia historia, me vi moviendo los hilos del destino a mi favor y pensando en las decisiones que tomaba, porque entendí que cada decisión importaba. Llegué a entender, que no es que yo era un personaje secundario, el problema es que yo me sentía de aquella manera y no hacía nada para cambiar eso. Pero aquello, fue hace algunos años atrás, cuando yo era muy diferente a la persona que soy ahora, porque, aunque me costó entender, al final lo conseguí, entendí que soy yo y nadie más que yo, quien tiene en sus manos, los hilos de mi destino y felicidad. Ahora, después de varios errores después, varias malas decisiones, un par de lágrimas, muchos recuerdos y anécdotas, estoy en este momento de mi vida que es más que perfecto. Nada de lo que tengo ahora, sucedió de la forma como yo lo tenía planeado o esperaba, todo sucedió siguiendo su propio ritmo y momento.

Y ahora todo es perfecto.

Cuando abro la puerta de nuestra casa, lo primero que escucho es la misma música navideña que estado escuchando todo el mes de diciembre, porque para un hombre que no amaba la navidad, ahora no puede dejar de cantar villancico y querer que toda la casa este decorada a la perfección. Simón, se llegó a tomar muy en serio el tema de la decoración y compró cada decoración, con mucho tiempo de antelación, para que todo sea perfecto. La música que suena en la casa, es suave y puedo escucharlo cantar, aquel gesto me hace sonreír y mi corazón se hincha por el afecto que siento hacia él y a esos pequeños detalles que lo hacen ser el hombre que amo. Me detengo a colgar mi abrigo antes de caminar siguiendo el sonido de aquella música. Me paro en el marco de la sala de estar y asomo un poco la cabeza por el umbral, solo para corroborar que él está ahí, en medio de nuestra sala de estar meciendo a nuestra hija en sus brazos, él tiene aquel sombrero de navidad, que le di en nuestra primera navidad juntos, nuestra hija está envuelta en una gruesa manta con renos y gorros navideños. La chimenea esta encendida e ilumina la sala, la luz que proyectan las llamas se mezclas con las luces de colores que tiene nuestro enorme árbol de navidad.

—Tiene cuatro meses, Simón, aun no entiende la importancia de la navidad. —le digo.

Mientras camino hasta donde está de pie y dejo un beso en su mejilla y otro en la cabeza de nuestra pequeña hija.

Cuando las estrellas forman constelaciones  [Serie escrito en las Estrellas #3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora