Capítulo 15 "Si estoy aquí es por usted" Part. lll

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Narrativa. Rivas.

Ver llorar a mi Adelaida me partía el alma en mil pedazos, si ella sufría yo lo hacía, pero estás lágrimas me demostraban su felicidad por mis palabras y me conmovian mi alma en pena aunque para mí no era fácil pronunciarlas, no porque no tuviera el coraje de hacerlo, simplemente que yo no había conocido a nadie más... Más que mi esposa.

Me acerqué a Adelaida le tomé su rostro entre mis manos, estás abarcaban casi todo su rostro, y le limpié las lágrimas que rodaban por sus mejillas con mis pulgares, tenerla entre mis manos de esa manera, tan cerca, me llenaba de vida, como me miraba atenta, me acerque bastante a ella y sentía el aroma de su aliento, mi deleite.

Ella me abrazó, pasando sus brazos por mi cuello y con sus dedos arremolinaba mi cabello de la nuca, me encantaba que lo hiciera, cerré los ojos por un momento, su tacto me tranquilizaba, la tomé de su cintura, con ambas manos apretándola un poco y la jalé hacía mi, hacía mi cuerpo, me gusta sentirla así de cerca, su calor incluso escuchar su corazón acelerado, sonreí para mí al escuchar como su corazón se aceleraba por mi, y por nadie más me llenaba de dicha, solo pude besarla, un dulce toque de mis labios a los suyos, con delicadeza, quería transmirle el cuidado que le quería brindar, ella me correspondió el beso al primer roce, el beso iba subiendo de tono tanto de su parte como mía, literalmente me la comería a besos, mi respiración se dificultaba, Adelaida me vuelve completamente loco, ella jaló mi camiseta acercándome más a ella y mordió mi labio inferior... Yo me detuve, no quería que pasará algo que ella no quisiera o que no estuviera completamente segura...

-¿Que pasa?- Me miró a los ojos confundida.

-¿Estás segura de esto?.- La miré con angustia, yo la deseaba totalmente pero estaba algo inquieto o mejor dicho inseguro... Las últimas veces que estuvimos unidos de una manera tan íntima... Fue clandestinamente y yo quería hacer las cosas bien está vez, hacerla mía y solo mía, de la manera correcta... Ya no había porque esconderse... Pero ¿Eso quería ella?

-Nunca había estado más segura, Cristóbal.- Me dijo con la seguridad que esperaba.

La besé como una bestia desesperada al oírla decir aquello, inclusive nuestras lenguas se unieron un poco, ambos teníamos movimientos más rápidos y desesperados, ella me jalaba más de mi camiseta, como si me le fuera a escapar, baje mi mano poco a poco recorriendo su hermoso cuerpo llegando su glúteo y muslo, era un deleite y privilegio tocarla y sentir como se estremecía ante mi tacto, la deseaba y al parecer ella a mí, trataba de quitarme la camiseta de encima, yo me recorrí a besar y lamer su cuello, mientras lo hacía caminábamos hacía la cama, al llegar la tumbé sobre ella, me dedicó una hermosa sonrisa, lo sentí como un tranquilizante, me hacía saber que estaba segura y feliz... Me terminé de quitar la camiseta y me coloque cuidadosamente encima de ella, entre sus piernas y seguí comiéndome la a besos, cerca de donde se encontraba sus senos hasta sus labios. Traté de desvestirla, llevando una de mis manos hasta su muslo pero mis intentos eran en vano, solo logré acariciarla, era increíble como mis manos tenían en su memoria su cuerpo... Quería desvestirla de una buena vez, mi pantalón comenzaba a estorbar en la entre pierna, lo sentía un poco más ajustado...

Ella me tomó del rostro y me retiro un poco, jadeé y ella me susurró.

-Te amo Cristóbal.- Me lo dijo con una sonrisa.

Le devolví la sonrisa, de verdad estaba inmensamente feliz de escuchar aquello, mi Adelaida me ama ¿Que más puedo pedir en esta vida?.
Ella me besó de una manera tan pero tan tierna que me gobernaba, ella podría hacer conmigo lo que quisiera, yo era completamente suyo... Ella bajó sus delicadas manos por mi cuello, pecho y abdomen, me acariciaba, se detuvo de pronto en mis viejas cicatrices de bala, ella sonrió y siguió bajando, no podía apartar mi vista de esas manos que me hacían estremecer, llegó a la hebilla de mi cinturón y lo desabrochó y bajo el cierre de mi pantalón, comenzaban a inquietarme yo estaba casi completamente desnudo para ella... Así que trate de acelerar el pasó... Metí mi mano por debajo de su vestido, acariciando su muslo nuevamente y subiendo hasta sus deliciosos senos, trataba de deslizar el vestido para despojarla de él de una buena vez, ella me miró a los ojos y se mordió sus labios... Todo lo que hacía me volvió loco, me encantaba que lo hiciera, me demostraba que mi tacto la excitaba. Ella se puso sobre sus codos y se sacó todo el vestido y yo el pantalón totalmente, sin quitarle la mirada de encima, pudiese decir que la acosaba con la mirada, ella se sonrojaba lo que la hacía verse tan hermosa, aún más con esa sonrisa que se le dibujaba en esos deliciosos labios, no quería perderme de ningún detalle, verla con minucioso cuidado era parte de amarla, recordar sus curvas, su tono de piel en ciertas partes, sus lunares incluso sus imperfecciones si es que así se le podían llamar, para mí, mi Adelaida era completamente perfecta, quería guardar estás imágenes en mi mente para siempre, está es nuestra noche, nuestra primera noche, la noche en la que la haría mía, sin miedos, sin escondernos, admirar a mi Adelaida con tanta paciencia se volvería mi pan de cada día.
Me acerqué más a ella y me rodeó con sus piernas mi cintura, quedamos muy muy cerca.

"Ya no te puedo soltar"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora