Capítulo 19 "Brasil" Part. II

202 13 13
                                    

El estruendo de un disparo llenó el garage, y todos salieron de sus escondites, Sebastián corrió hacia las escaleras pero fue interceptado por Andrade que salió corriendo y tacleando al delincuente al suelo, Sáenz venía detrás de él y disparó a Valencia que corría hacia arriba, un disparo certero en la rodilla hizo que callera escalones abajo, retorciéndose del dolor.

Rivas, como si todo lo viera en cámara lenta... Agachó su mirada a su pecho pues un dolor punzante lo comenzó a invadir.

Pudo distinguir que Valle y López entraron apresurados ¿Alguien les había avisado del impacto?, frunció el seño en señal de dolor... El sonido se disipaba.

Restaurante Bogotá/ 1:30 PM.

-J. Pablo: ¿Estás enamorada? - Sonrió como si lo hubiese contagiando.

-Adelaida: Si...- Se escudo en su café, pero claramente se veía su calor en las mejillas.

-J. Pablo: ¿Y que esperas? Cuéntamelo todo. - Sonrió y apuñalo un trozo de carne con su tenedor.

-Adelaida: Yo... Lo amo, lo amo tanto José... Que tengo miedo. - La angustia brotaba por su boca.

-J. Pablo: ¿Porqué? No debes sentirte de esa forma, el amor no debe ser miedo. - Su voz era cálida, tratando de recomponer a Adelaida.

-Adelaida: No tengo miedo de él, no tengo miedo del sentimiento, ni lo que significamos juntos, no tengo miedo de nosotros, tengo miedo de perderlo... Él es maravilloso, es especial y me hace sentir de la misma manera, me hace sentir como cuando tenía 15 años y di mi primer beso, me hace sentir así todo el tiempo, sé que me ama y no quiero que se rompa, que se quiebre... Y de igual manera no deseo decepcionarlo o no hacerlo sentir como se merece. - Explicó, la preocupación, la angustia e incluso el miedo brotaba con cada palabra que salía de su boca.
Un tirón en el pecho sintió, como si algo ocurriera lejos de ahí... Pero no lo entendió, su semblante cambio, cambio abruptamente a una sorpresa.

-J. Pablo: ¿Adelaida? ¿Estás bien? - La tomó del brazo para traerla en sí.

-Adelaida: Si... Yo... Yo, tengo que irme, hablamos luego.- Se levantó rápidamente de su asiento sin permitir que J.P contestará y camino hasta el estacionamiento de la constructora, cogió su auto y salió de ahí hacía su casa.

Ubicación Sebastián Brasil/ 1:38 PM

Rivas tocó su pecho frenéticamente, su respiración era errática y el sudor manchaba su frente y todo su ser, sentía como las gotas escurrían por su cuerpo.

Escuchaba un pitido intenso en el fondo de su tímpano y voces con lejanía ¿Su equipo?

Se miró con cautela, su vista estaba nublada por el dolor punzante, veía blanco, alzó su mano y estaba impecable, solo humedecida por el sudor y algo blanca por la presión que ejercía, la bala lo había impactado en el chaleco antibalas y el dolor era causa de ese rebote, inmediatamente una sonrisa aliviada se formó en su rostro y sintió como su cuerpo comenzaba a enfriarse, un gran peso se había quitado de repente.

Tomo su posición erguida una vez más y todo el sonido del bullicio al rededor regreso de golpe.

-Andrade: ¿Propio? ¿Está bien? - Lo cogió el hombro para que reaccionará, Rivas se había ido por unos segundos que parecido minutos cruciales.

-Rivas: Si mijo ¡Agachese! - Ambos se tiraron al piso cerca de uno de los autos.

Era un ir y venir de balas por todos lados, el olor a pólvora inundaba el lugar y picaba la nariz.
El señor Raúl trataba de subir las escaleras y a Sebastian le habían herido en el hombro pero seguía disparando frenéticamente, sin puntería, más hombres comenzaron a bajar las escaleras con armas recortadas y una que otra escopeta, los escopetazos resonaban en el espacio debido al eco en el gran garage y a la hora de impactar se con el metal de los autos.

"Ya no te puedo soltar"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora