✨𝙃𝙚𝙧𝙢𝙤𝙨𝙤 𝙎𝙚𝙘𝙪𝙚𝙨𝙩𝙧𝙤✨

019

   Ya había pasado un mes desde el accidente, Jimin había salido unas dos semanas después y a Yoongi le daban de alta hoy. Jimin estaba feliz pues sería una nueva etapa para ambos, Jimin por otra parte no podía hacer mucho por su bebé, no podía cargar cosas pesadas y estaba en silla de ruedas todo el tiempo debido a que le daba miedito caminar y hacer un mal esfuerzo.

   La familia de Jimin los ayudaban en todo, la madre se encargaba de Jimin y el padre de Jimin y Yoongi, Jungkook también los ayudaba en lo que podía.

   Jimin estaba en la mansión con su madre preparándole una fiesta de bienvenida a Yoongi mientras su padre lo buscaba al hospital. Jungkook decoraba, la madre de Jimin cocinaba y Jimin limpiaba lo que podía, pues no quería ni debía hacer esfuerzo.

   Una hora después su padre apareció con Yoongi en una silla de ruedas en el porche de la mansión, con ojos llenos de ilusión Jimin abrió la puerta y como pudo abrazó a su amado alfa. Lo necesitaba y extrañaba demasiado.

   El padre de Jimin empujó a Yoongi hasta la sala dejándolo solo con su hijo, pues se notaba a kilómetros que se extrañaban y necesitaban el uno del otro, y mucho más en está situación tan delicada.

   Ambos estaban en silencio mientras cruzaban miradas y dejaban que sus lobos hicieran de las suyas hasta que Jimin rompió el silencio.

—Mi padre habló con un médico.. dijo que tú condición es tratable —Dijo con un brillo de ilusión— la operación será en tres meses y el tratamiento no es muy caro.

—Jimin de verdad agradezco todo... pero.. —Jimin no lo dejó hablar pues el estaba muy sensible por toda la situación, y que su alfa se negara a volver a caminar no le caía muy bien, Jimin amaba verlo caminar, y el amaría ver a su alfa enseñándole a caminar a su cachorro. Yoongi entendió que no era por capricho, si no que era más por su cachorro que hasta por los mismos calentones del celo, lo había entendido, y no tenía que pensarlo demasiado para tomar una decisión— Está bien cariño, lo haré por nuestro bebé... por ambos, porque yo se que me vas a necesitar en algún momento dado.

   Jimin se sonrojó pues le encontró el doble de sentido a las palabras de su alfa y éste no dudó en acercarse para darle un hermoso beso en los labios a hermoso Omega.

—Bien, creo que ya le diste la noticia —Jimin asintió hacia las palabras de su padre, éste contento abrazó a su hijo y al futuro esposo de su hijo y padre del cachorro del omega.— Bien, vayamos a la mesa, la comida está servida.

   Ambos alfas y omega se dirigieron al extenso comedor para la cena, Jimin y Yoongi en sus sillas de ruedas y los demás en sus asientos como normalmente hacían con Jimin, lo único que ahora añadirían un miembro más.

   Todos comían en armonía y de ves en cuando hacían una pequeña  broma, nada sin propasarse del límite. Jimin jamás pensó que podría ser tan feliz, y fue ahí cuando sintió una patadita de su bebé. Jimin se congeló ante la nueva sensación pues el sabía que al ser omega se tardaría tan solo 6 meses para dar a luz, y éste ya tenía 4 meses, mañana SeokJin vendría para revelar el género del bebé.

   Todos en la mesa miraron con preocupación a Jimin pero Yoongi lucía tranquilo al sentir la enorme felicidad a través del lazo, lo que hizo que se emocionara también, pues tenía la ligera sospecha de lo que podría ser. Jimin llevó una de sus propias manos a su vientre y lo acarició levemente y presionó cuando sintió otro movimiento.

—¡El bebé se movió! —Gritó Jimin con felicidad, Yoongi había acertado. Yoongi rápidamente colocó su enorme mano en el vientre de su omega a lo que éste la colocó donde había sentido el movimiento anterior, y nuevamente sintió otro movimiento cuando Yoongi colocó su mano sobre el.

   Ambos se miraron a los ojos con felicidad rebosando por sus poros, haciendo que cualquiera que estuviera cerca se contagiara con sus feromonas. Los que estaban en la mesa rápidamente se pusieron de pies y se dirigieron hacia el Omega para acariciar el vientre y felicitar a ambos padres, pues todos creían que era motivo por el cual alegrarse, pues el bebé estaba en alto riesgo, y que mostrara señales de vida solo hacía que la familia se alegrara.