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Jimin se encontraba en su habitación, era algo tarde así que se encontraba en su cama preparado para dormir, de no ser por el portazo y el olor agrio que desprendía su padre. Se sintió preocupado, pero sabía muy bien que su padre le gritaría, eran problemas de alfas y el era Omega así que se mantuvo en su habitación en todo momento.

Su lobo se encontraba inquieto después de aquella escena, optó por salir de la cama y leer un poco, sin embargo el sonido de un disparo y vidrios rotos por el impacto asustaron al Omega.

A los segundos un par de alfas vestidos completamente de negro entraron a la habitación, Jimin intentó correr pero terminó siendo inútil. El alfa atrajo a Jimin hacia el por la cintura de manera brusca, el otro alfa se acercó a el con una jeringuilla e inyectó una sustancia en el cuello de Jimin. A los segundos el pequeño Omega dejo de patalear y hacer cualquier tipo de ruido, había quedado completamente inconsciente.

Yoongi

—¡Jefe, hemos encontrado un Omega!

Yoongi tenía planeado buscar a Park y amenazarle de muerte, o como dice el, darle un pequeño susto, todos sabían que el imponente alfa Min Yoongi no dejaba que se endeudará con el, todos sabían que estar en deuda con Min Yoongi era muerte segura. Pero este grito por parte de sus hombres le dió una mejor idea que la anterior. Todos los socios de Park sabían de su hermoso hijo Omega así que, ¿Porque no mejor secuestrarlo?

Sus hombres entraron a la habitación por una puerta deslizadores completamente de cristal que lograron romper de un solo disparo y a los segundos los alfas salieron con el pequeño Omega en brazos. Lo montaron rápidamente en la camioneta y se dirigeron a toda prisa al aeropuerto.

Ya en dicho lugar montaron al Omega en el Jet privado del alfa Min, un hermoso y lujoso jet color negro brillante con su apellido escrito a los costados en oro puro.

Colocaron al Omega en uno de los asientos amordazado y completamente inmóvil, en caso de que despertara y quisiera escapar, pero le sería imposible, a menos que quisiese morir.

El lobo interior de Yoongi se encontraba molesto e inquieto, el chiquillo despertaba algo en su animal que nadie había logrado jamás. Con la curiosidad picando en sus dedos se acercó a el paseando la punta de sus dedos por su hermoso y limpio rostro. Se encontraba con su entrecejo fruncido y su respiración pausada le provocaba paz al alfa. Confuso por sus emociones alejó su mano y decidió descansar un poco antes de llegar a Daegú, el día siguiente sería algo largo.

Las horas transcurrieron tranquilamente y el Jet aterrizó en la madrugada en Daegú, en cuento las gomas se detuvieron Min Yoongi tomó al pequeño Omega colocándolo en la parte de atrás del auto blindado mientras Min se incorporó en la parte del frente junto a su chófer.

Al llegar a la mansión Yoongi llevó al Omega a un pequeño sótano y lo colocó en un edredón algo dañado dónde colocaban a sus víctimas, y ese Omega no era más que ello. El alfa observó como el pequeño Omega temblaba del frío, colocandose en posición fetal. Estaban en otoño así que hacía algo de frío y ese lugar era frío de por sí.

El alfa observó nuevamente al Omega ensimismado con la belleza tan etérea que desprendía, sin mencionar su olor. La vainilla y las cerezas se volverían en su nuevo olor favorito, y su lobo estaba totalmente de acuerdo.

Al darse cuenta que nuevamente estaba perdido en la belleza del Omega se retiró frustrado, no sin antes verificar que todo estuviera cerrado y no tuviera escapatoria. Ya cansado del nudo de emociones que tenía y el garabato de pensamientos se dirigió a su habitación dispuesto a dormir un par de horas antes que el sol saliera por completo.

Jimin

Jimin comenzó a abrir sus ojos poco a poco, la claridad estaba comenzando a molestarle a demás del dolor agudo que sentía en sus muñecas y piernas. Cuando despertó por completo se dió cuenta del lugar en el que se encontraba. Estaba en un cuarto completamente oscuro que de no ser por esa pequeña ventana cualquiera pensaría que aún es de madrugada.

Sin embargo no era lo único, Jimin se dió cuenta que que su dolor era prvocado gracias a que se encontraba amordazado y amarrado en un colchón que estaba roto, manchado y desprendía un fuerte olor a sangre.

El Omega totalmente aterrado intentó gritar pero, de qué sirve gritar cuando tienes un trozo de cinta adhesiva pegado a tus labios de tal manera que cualquier movimiento facial duele.

Los minutos pasaban y Jimin comenzaba a desesperarse aún más, el miedo y la ansiedad tampoco eran de buena ayuda así que sin poderlo evitar más dejó sus lágrimas salir e inundó el sótano de su amargo olor.

Comenzó a asustarse aún más al escuchar una llave en la cerradura de la puerta, lo matarían, sería su fin. Sin embargo al ser abierta pudo ver qué no era un alfa de mayor edad que quisiera prostituirlo, tal vez, pero versión joven. Era un alfa hermoso de piel pálida y rasgos gatunos, y su aroma, oh su aroma. Pero todo pensamiento coherente se desvaneció al tener a aquel alfa ten cerca, volviendo a estar aterrado.

—¿Como te sientes? —Oh no. Esa voz, tan gruesa y rasposa. Jimin no pudo evitar el gran escalofrío que su cuerpo había experimentado, crispando todos los vellos sobre su piel. Pero a pesar de haber gozado del tono de su voz y su exquisito aroma la punzada en su bajó abdomen le hizo olvidarlo por completo.

El alfa despegó la cinta adhesiva al observar que el Omega se había contraído con una mueca en su bello rostro junto a una fuerte oleada e feromonas. Sin poderlo evitar, en el mismo instante que Yoongi sacó la cinta el Omega comenzó a jadear desesperado por el increíble dolor, seguido de la calentura y excitación.

Su entrada no tardó en lubricar como nunca antes lo había hecho y su erección jamás había sido tan dolorosa como en ese momento.

—D-Duele~ —El alfa entendió y rápidamente cerró la puerta de la habitación, sus ojos negros se tornaron de un dorado hermoso y atrayente, se estaba resistiendo pues la vena de su cuello resaltaba y en su frente habían ligeras gotas de sudor.

—Llamaré a una de mis sirvientas para que te ayude y te de un supresor.

—No~ —Los ojos del Omega se tornaron un azul totalmente llamativo y atrayente, y al alfa no le quedó más remedio que tragar grueso y escuchar los quejidos del Omega—. No quiero ningún supresor, lo quiero a usted. Alfa~

   Y por lo visto esa fue la gota que derramó el vaso, pues el alfa salió completamente hecho una furia de aquel lugar, dejándo al pobre Omega con su dolorosa erección y su lobo entristecido por haber sido rechazado.

✨𝙃𝙚𝙧𝙢𝙤𝙨𝙤 𝙎𝙚𝙘𝙪𝙚𝙨𝙩𝙧𝙤✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora