Año 2017.
Cuando despertó en el hospital, la primera noticia que escuchó fue que sus padres habían muerto en el accidente. Fue como si todo el mundo se derrumbara en ese tiempo que demoraron en darle aquel trágico comunicado. No hizo más que llorar. Lloró y lloró por un largo tiempo, no conseguía superar aquel horrible dolor que no parecía calmarse. Tanto fue así, que deterioró su salud mental. No pasó mucho antes del diagnóstico de la depresión, Hyungwon entendía aquel desbalance emocional y mental que tenía. Creía que podía superarlo, escribía un diario expresando sus sentimientos para desahogarse y tenía a sus amigos que estaban pegados a él brindándoles su apoyo. Pensaba que iba a mejorar. Pero, a medida que los meses iban pasando, su visión se volvía más pesimista. Tanto, que ni siquiera consideraba que los antidepresivos podían ayudarle.
Primer intento se suicidio, sus amigos estaban como locos. Desde aquel día fueron más controladores con Hyungwon. Eran seis, después de todo. Podían turnarse para ir a su casa y pasar tiempo con él, lo que sea para evitar otra tragedia. Sin embargo, una noche donde todos estaban durmiendo juntos luego de pasar tiempo jugando vídeo-juegos y viendo películas, Hyungwon no podía dormir. Su mente estaba inquieta, sus pensamientos eran tan oscuros que lo arrastraban cada vez más a esa oscuridad. No quería pensar, pero lo hacía. Y sólo pensaba en una cosa en particular.
Se levantó, caminó un rato por la casa y entre todos esos sentimientos malos, miró con nostalgia la puerta que daba al estudio de su papá. Era científico, nunca le permitió a Hyungwon que entrara porque siempre tenía algo importante. Sobre todo, el último tiempo estando en vida. Esta vez, decidió abrir la puerta, encontrándose con el escritorio donde normalmente se solía sentar aquel hombre y la silla completamente vacía. Chae prendió la luz, caminó descalzo, rodeó el mueble y se sentó. Vio la foto familiar que había en frente, había estado ahí desde que su padre falleció y reprimió las ganas de llorar.
Le gustaba entrar para escribir en su diario, se sentía acompañado por la presencia de aquel señor que parecía estar allí encerrada y era como si estuviera contándole a su progenitor su día a día. Así que, abrió el cajón en donde guardaba ese cuaderno, encontrándose con la sorpresa de que no había otro bolígrafo. Y recordó que ayer lo había tirado porque se quedó sin tinta. Abrió el cajón que estaba debajo. Sólo había un extraño reloj: su caja era bastante grande, parecía antiguo pero tenía funciones algo extrañas. Hyungwon jamás lo había visto. Con extrañeza, lo tomó, lo acarició con su pulgar y lo enganchó en su delgada muñeca. Después de todo, quizás era de su papá y quería traer algún objeto suyo encima.
Se dio la vuelta, viendo esa amplia estantería llena de libros de investigación. Cuando vio en frente un espacio vacío, en donde había un lapicero. Tomó un bolígrafo azul que había y escribió en su diario. Por último, se quedó en silencio un rato viendo a su alrededor, sus ojos aguándose y queriendo llorar por esa soledad que lo rodeaba aún cuando habían personas bastante cercanas en casa. Suspiró, se puso de pie y fue al baño en donde llenó la pileta del grifo con agua. Metió su cabeza dentro, cerrando sus ojos. Pero, al abrirlos, se encontró en un lugar completamente diferente: a orillas del rio Han.
Año 2020.
Fueron tres años viajando en distintas líneas temporales y distintos mundos. Apenas conseguía entender sobre las dimensiones en las que se movía, perdido y sin saber cómo diablos regresar a casa. Poco a poco Hyungwon pudo superar aquello que lo atormentaba, pues ahora tenía algo mucho mayor de lo que preocuparse. Robaba o chantajeaba a cambio de dinero, debía sobrevivir de alguna manera, hasta que se encontraba de nuevo con sus amigos. O, bueno, no eran aquellos que él conocía realmente. Tenían sus rostros y sus personalidades, pero sus vidas eran totalmente distintas. Debía fingir en algunas ocasiones, mezclarse con ellos con tal de tener algo de ayuda. Al principio fue extraño, se sentía en desconfianza y no podía evitar llorar toda la noche por eso. Porque extrañaba a los chicos que ya conocía.
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Train of Time [Kiheon/Kiho] [Monsta X]
FanficUna dulce melodía que deja de sonar para Yoo Kihyun. No vuelve a oírla, no vuelve a tocarla. El tiempo pasó demasiado rápido para él, arrebatándole a Lee Jooheon de sus brazos. La obsesión por el duelo que aún no consigue superar lo lleva a querer v...