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Unos suaves golpes sobre el escritorio, justo al lado de su cabeza, consiguen despertarlo de aquel sueño tan placentero que por fin pudo sumergirse después de... ¿cuánto? ¿Una o dos semanas durmiendo, con suerte, dos horas? Kihyun se incorpora rápidamente mirando al frente del vacío salón donde estudia cada día de su vida, topándose con una enorme pizarra verde delante, lleno de cálculos que alguno de sus profesores dejó Aún perdido debido a que recién acaba de despertarse, se talla los hinchados ojos adornados con dos círculos morados formando ojeras por debajo de sus gafas, a las que luego acomoda para encontrarse con Shin Hoseok a su lado. Lo mira sonriente, mientras el menor aún intenta reaccionar, su mirada tan apagada y sin vida como siempre.

—¿No piensas comer algo?—pregunta Hoseok dejando una bandeja de sushi que preparó la noche anterior. Sabía que la obsesión de su amigo impediría que él dejara por un momento ese asiento en el que tanto pasa su tiempo para ir a buscar algo de comer o tan siquiera traerse algo ya preparado desde su casa, por lo que tuvo que preparar comida de más para dejarle.

—No tengo hambre—rechaza Kihyun con una voz baja y ronca. Ve las hojas desordenadas por todo el escritorio, junto con lápices y bolígrafos dispersos. Agradece que esos papeles con dibujos, cuentas y teorías estén enumeradas una por una para facilitar aún más el trabajo de acomodarlas nuevamente dentro de una carpeta con folios. Antes de que siquiera ese desorden acabe por darle un ataque de estrés mucho mayor al que ya tiene, comienza a juntarlo todo, bajo la preocupada y penetrante mirada de su mejor amigo quien toma asiento a su lado.

Desde luego que teme sobre el estado y la salud tanto física como mental del más bajo. Estos últimos años sólo se ha concentrado en una sola cosa, obsesionándose y poniendo en riesgo su salud por vivir encadenado a un suceso trágico irremediable, sin darse por vencido en poder conseguir el mayor objetivo fantasioso que quiere lograr la raza humana. A veces Kihyun se encuentra más delgado, con ojeras, pálido, otras no tanto y esas veces son escasas, en ese episodio donde por fin consigue salir un poco de esa depresión que lo ha llevado a su vida actual. Una imagen contraria a la que presentaba antes, donde la imagen de un joven saludable era evidente. Tan alegre con esa soñadora mirada y esa melodiosa voz acompañada de una enorme sonrisa. Hoy en día no es más que soledad, un enorme vacío provocado desde esa noche que desde luego cambió por completo a ese jovencito que parece vivir en su propia burbuja. 

—Llevas varios días comiendo y durmiendo muy mal, Kiki—comenta el mayor de oscuros cabellos con tristeza mientras el menor se mueve con lentitud recogiendo todas y cada una de las cosas que desordenó sin darse cuenta mientras dormía sobre la mesa, evitando por completo alargar el tiempo. Literalmente esos días pueden resumirse en... años.

Esta vez  aquel periodo donde Yoo abandona todos sus cuidados personales ha excedido el tiempo. Lo cuál, es desesperante para Hoseok que sea tan descuidado. Que se abandone a sí mismo con tal de descubrir algo que físicamente es imposible. Muy en el fondo, lo odia. Le echa a la culpa porque se llevó consigo al chico que alguna vez conoció y se volvió cercano a él debido a su personalidad tan atrayente, tan cálida aunque un poco complicada. Extraña reír con Kihyun más de lo que le gustaría, pero no puede dejarlo. Dejarlo sería llevarlo al suicidio.

La encorvada postura de Kihyun y sus lentos movimientos, sumando la falta de apetito, las noches que ha pasado sin dormir y el brillo triste de sus ojos que a cada día que va pasando se van volviendo más opacos. Las ojeras que adornan su rostro que luce cansado, sin ánimos. Está mucho peor de lo que parecía cuando él falleció, cuando dejó este mundo para marcharse a vete a saber donde. Si a otra vida, al cielo o simplemente su alma se perdió en el vacío. Durante un mes Kihyun no ha dejado de trabajar arduamente, perdiendo la noción del tiempo y es por eso que ahora se encuentra así, trabajando más que antes. De la universidad al trabajo, del trabajo a su casa donde con suerte consigue dormir una hora porque incluso allí continúa estudiando sobre el tiempo. Haciendo cálculos, armando nuevas teorías que necesita probarlas. Su obsesión con entrar a los agujeros de gusano que lo llevarán al pasado o tan siquiera encontrar la manera de romper esa barrera que lo separa del momento más feliz de su vida, donde estaba en la cima de la montaña rusa antes de caer, es mucho más grande que su preocupación por lucir sano y alegre frente a los ojos de todos, incluso los suyos.

Train of Time [Kiheon/Kiho] [Monsta X]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora