"Mesera" parte 2

716 54 24
                                    


La pequeña y frágil princesa pelirroja había dejado su inocencia en algún lugar antes de venir, porque definitivamente era alguien diferente a la chica que atendía hace unos minutos.

Parecía imposible. Como si me lo estuviera imaginando.

Para bien o para mal, esta vez no era producto de mi imaginación. Tenía a la pelirroja a milímetros de mi, acorralando mi cuerpo contra la pared y sujetando la parte baja de mi nuca con una de sus manos. Su aliento se fusionaba con el mío a causa de la corta distancia y podía sentir cómo sus ojos escaneavan todo lo que podían.

- ______, era tu nombre, ¿verdad? - susurró tentando con romper el espacio entre nosotras. Al no recibir respuesta por mi parte, apartó su mirada de mis labios e hizo contacto directo con mis ojos, alzó una ceja y apretó levemente su agarre a mi nuca.

Sin poder sacar un solo ruido de mi boca, asentí en respuesta.

Recibí una sonrisa.

- Eres guapa, ______ - volvió a hablar, llevando la mano que estaba en mi nuca a la parte baja de mi cuello - te doy ese punto - acomodó mi blusa dejando más piel a la vista - pero - cambió el tono y rápidamente subió su mano a apretar mi garganta. - no puedes ir por ahí viendo descaradamente a la pareja de cualquiera - lamió sus labios - y esperar que no reaccionen al respecto. - tras la última palabra, terminó con la distancia y comenzó un beso lento, un beso bajo su control que poco a poco me desesperaba por no subir el ritmo.

Aun con su agarre en mi cuello, su otra mano tomó posición en la pared a la altura de mi cabeza, mientras por mi parte, no podía hacer más que intentar mantenerme cuerda.

Al romper el beso, se apartó no sin antes morder mi labio inferior y regalarme una sonrisa de satisfacción.

Sus ojos gritaban lujuria, pero aun no podía descifrar qué ocurría en esa mente.

Jaló mis caderas, apartándome de la pared para dejarme de cara al espejo; apoyándome del lavamanos y con ella atrás mía, mirando nuestro reflejo. A través del mismo, ví cómo apartaba mi cabello a un lado para dejar besos húmedos en la línea de mi mandíbula. Por inercia incliné mi cabeza para darle mejor acceso.

Estaba hipnotizada viendo nuestro reflejo.

Sus manos recorrieron mi cintura, buscando el camino hacia abajo, moviendose lentamente para volver de forma repentina a mis caderas y jalandome contra ella. Se tomó su tiempo en ese pequeño juego, tentando el siguiente movimiento y provocando jadeos ahogados cada que volvía a mis caderas. Cuando bajó hasta mis muslos, dió la orden de separar ligeramente mis piernas, sentí sus dedos por sobre la ropa y fue entonces cuando la puerta se abrió de golpe.

Lo siguiente ocurrió tan rápido que con suerte me dió tiempo a reaccionar.

Asustada, intenté separarme de la pelirroja en cuanto escuché la puerta y mis mejillas no tardaron en tomar temperatura en cuanto logré distinguir la figura que entraba.

La peli negra.

En un segundo la tenía en frente. Sus gruesos labios estaban ligeramente abiertos, como si estuviera considerando dejar salir un par de palabras y sus ojos estaban clavados en mí.

El primer contacto de su piel con la mía fue su dedo índice delineando mi mandíbula. Su tacto era lento y seguro.

Estaba tan embobada admirando cómo sus ojos se perdían analizando mis facciones que no me dí cuenta que era yo quien rompía nuestra distancia hasta que soltó una pequeña risa y posó su mirada en mis labios.

Volví a reaccionar cuando sentí a la pelirroja abrazar mi cintura desde atrás.

.
.
.
.
.
.
.
.
.
.

Quién dijo parte 3?? 👀

IMAGINAS CON BILLIE EILISHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora