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— Vayamos a nuestras casas ¿Que hacemos sentados acá? ¿No vendrán a rescatarnos? ¿No ves esto? Estamos perdidos

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— Vayamos a nuestras casas ¿Que hacemos sentados acá? ¿No vendrán a rescatarnos? ¿No ves esto? Estamos perdidos. — un chico joven con camiseta de rayas comenzó a hablar. — El país no podría caer así. ¿No, soldado?

— Si, tienes razón — el soldado que se encontraba en una columna pensando sobre la situación contestó rápidamente. — Si se calman y esperan...

— ¡Esperare en mi casa! — gritó el mismo chico que había enfrentado al otro de lentes. — Debe de haber un refugio de emergencia cerca.

— ¿Donde exactamente?

— Si vamos en auto...

— El garaje también está bloqueado.

— Tenemos que subir — ideó el mismo chico de camiseta a rayas. — ¿Alguien vive en el séptimo piso?

— Yo. Oye, podemos subir juntos. — el más grande se acercó y lo tomó de hombros, tratando de convencerlo. — Esperen.

— Si suben, todos deberíamos ir. ¿No les parece?

— Vayamos todos.

— Si

— No

— Tenemos que bloquear la entrada primero.

— Puedes bloquearla o esperar. Haz lo que quieras. Yo voy a subir.

— No puedes irte.

— Idiotas! ¿A donde creen que se van? — un señor de mayor edad con un paraguas rosa comenzó a amenazar a los que protestaban por subir con golpearlos con dicho paraguas. — Cobardes, quieren salvarse solos.

— Le preocupa su negocio.

— No puedo creer que dijeras eso.

— Byeong-il, ven acá. — el viejo gruñón llamó al chico que le había reclamado sobre su negocio, mientras seguía amenazando a los demás. — ¿Quieren terminar muertos?

— ¡Ven acá de inmediato!

— Tiene razón — el chico cambio de opinión al ver al viejo amenazarlo. — Si abrimos la entrada, terminaremos muertos.

— Hágase a un lado ya mismo. — amenazo ahora el joven chico. — No sabes qué hay afuera. No me movere — la puerta emitió un sonido de alguien tratando de abrirla, lo que alarmó a todos obligándolos a despegarse de esta. — Y eso?

— Atrás.

La puerta dejó ver al hombre de traje beige, todo ensangrentado y desalineado. — ¿Qué miran?

— ¿Es una mordedura?

— ¡Quieto ahí! — el grito del viejo se hizo eco haciendo detener al hombre ensangrentado. Los siguientes que se escuchó fue el sonido de una pistola de electricidad y el cuerpo del masculino caer al suelo. — ¡Le di!

 ❛ DAMNED ❜ - sk Donde viven las historias. Descúbrelo ahora