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El silbato alertó a la chica que se encontraba encerrada de que algún monstruo estaba dentro de la recepción

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El silbato alertó a la chica que se encontraba encerrada de que algún monstruo estaba dentro de la recepción. Con su bate salió decidida a enfrentar aquel monstruo que parecía más un arbusto.

— No, es mi esposo — la mano de aquella mujer me detuvo de poder darle algunos golpes al monstruo. — Yo tengo que hacerlo.

— Ten dignidad, Kim Seok-Hyeon. — así que el deseo del señor Kim era tener cabello, aquel pensamiento pasaba por mi mente y si me reía parecería una psicopata en un momento serio. El sonido de aquel tubo estrellarse contra la cabeza del monstruo peludo hizo que la chica mirara a Sang-Wook quien le hizo una seña para que dejara que aquella futura viuda hiciera lo que tenía que hacer. — Volviste ¿alguna última palabra?

— Por favor....mata...me...— el tubo de metal comenzó a estrellarse contra la cabeza y cuerpo del Señor Kim hasta dejarlo allí sin vida en el suelo. Sin más que apreciar Kim Jisung fue a dar rondas por ahí, mientras los demás todavía estaban sorprendidos por lo que había pasado en recepción. El sonido del timbre de la puerta que divida a todos de la escalera hizo que la chica se dirigiera a esta con el presentimiento de que Hyun-su se encontrara allí tal vez herido. Sin embargo alguien más se le había adelantado, parando a Jisung y dejando a la pelinegra pensativa en aquel lugar.

— Maldita Idiota, ¿quien podría gustarle a alguien cubierta de mala suerte? — la voz de su padre se había escuchado casi como si el mismo estuviera detrás de ella. — ¿Quien podría a amar a alguien que está maldito? ¿Quien podría amar a un monstruo? — aquellas palabras volvieron a su mente como si todo se volviera a repetir de nuevo, aquel dolor en el pecho volvió a atormentarla y aquellas escamas negras comenzaron a manchas sus manos, sus uñas se volvieron negras y sus brazos comenzaron a teñirse de aquel color.

Al pasar de las horas, Kim Jisung volvió, pero para su sorpresa Hyun-su se encontraba durmiendo y Lee Eun-Yu se encontraba vigilando su sueño, miraba como el chico dormía hasta que se fijó en la presencia de la pelinegra. — ¿A donde vas? ¿No te quedarás con él? Apenas llegó y se durmió.

— No es mi problema, apártate de mi camino. — Jisung chocó con el hombro de Lee Eun-Yu sin medir su fuerza y hacerla caer al piso, pero Eun-Yu tomó su muñeca y esta había quemado su palma tras el tacto a esta. — Te dije que no te metieras en mi camino.

Lee Eun-Yu volvió a su asiento y comenzó a leer un cómic, esperando hasta que Hyun-su terminara de dormir. — ¿Ya despertaste? Sabia que eras presa fácil. Lo llevas en la sangre.

— Me preguntaba, Hyun-su. ¿Quien te hizo eso? — aquella preguntaba había hecho que el chico se sintiera cálido al lado de Lee Eun-Yu, jamás nadie le había preguntado sobre sus cortes. — Yo.

— Me refiero.... a por qué lo hiciste.

— Por mi.

— No por ti, tonto. ¿Te hace sentir mejor pensar así? Por eso todos te culpan. Tienes que expresar muchísimo enojo para que los demás te entiendan. ¿No te duele?

 ❛ DAMNED ❜ - sk Donde viven las historias. Descúbrelo ahora