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— Señor

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— Señor. — An Seon-Yeong había recibido dos disparos de los cuales había quedado ilesa, tras meter su mano en la garganta de aquel mafioso, todos estaban asustados por aquella mujer.

— No, señora An. — Jisung no podía ver más, con su brazo totalmente negro tomó el cuello de la señora An. — Lo siento tanto. — un sonido desagradable se escuchó por todo el salón, el sonido de un cuello rompiéndose en dos.

— Quédate quieta. — aquel mafioso tomó el brazo de la chica dándose cuenta de que al tocarlo este lo quemaba. Hyun-su estaba tirado en el suelo inconsciente, tras ser apuñalado.

— Tienen algo raro.

— Señor, pronto se recuperará.

— Tenemos que matar a todos los monstruos.

— No, no. Suéltame. — Jisung trataba de zafarse de los agarres, pero lo que recibió fue un disparo en el pecho. Haciéndola caer en el suelo, agonizando del dolor. — ¡No! — sus ojos estaban fijos en cómo se llevaban el cuerpo de Hyun-su. Pero el de ella fue llevado por ellos también tirándola en una esquina del ascensor haciendo que soltara un grito.

— Vamos a quemarlos.

— Eso no es divertido ¿Se morirán si se caen desde acá?

— No, espera. ¿Les arrancamos las tripas? o ¿Le corto la cabeza y me la quedo como trofeo? — sigilosamente Jisung se ocultó en unas cuantas chatarras que estaban acumuladas cerca, miró su herida en el pecho la cual ya no sangraba, pero seguí consumiéndose. Hecho un vistazo hacia donde se encontraba Hyun-su aún inconsciente, y en su mente creaba varios escenarios en los que podría matar a aquellos mafiosos sin que Hyun-su saliera herido nuevamente. — No hace falta...

— Igual, no es humano. Tampoco importa. — Hyun-su se había levantado y caminaba débilmente frente a ellos. — Mira como pelea para vivir. — otro disparo y una bala se incrustó en el hombro izquierdo de Hyun-su haciéndolo caer al suelo. — No dejare que ninguno baje.

— Ya veo. Tú trae a la chica. — ordenó aquel hombre de cabello largo y cicatriz que cruzaba su ojo derecho. — Eres bastante bruto.

— Señor, la chica no está.

— Búscala idiota. — ordenó mientras aquel hombre torpemente revisaba el área. — Pero parece que no captas la situación. — volvió a dirigir su mirada hacia Hyun-su. — Te matare despacio todas las veces que quieras.

— No lo creo. — las manos de Jisung se encontraban escamosas y sus uñas parecían cuchillos que se habían incrustado en la garganta de aquel hombre que estaba apuntando a Hyun-su. — Parece que usted no captas la situación, si se mete con él se mete conmigo. Pero lamentablemente no le quedará mucho tiempo. — sus orbes se tornaron completamente negros, estaba cansada de que trataran de aquella manera a Hyun-su.

— Maldita....zorra. — alzándolo hacia arriba, comenzó a enterrar sus garras en la garganta de este. — Envíame una postal desde el infierno, maldito bastardo. — siendo las últimas palabras dirigidas hacia a él, dejo caer el cuerpo hacia abajo, aterrizando este encima de aquel camión de bomberos. Su esófago de encontraba en la mano de Jisung, quien lo lanzó rápidamente cuando noto la mirada sorprendida de Hyun-su, se acercó rápidamente a él. — ¿Estas bien? ¿Te duele algo?

El sonido de una arma quitando el seguro alertó a Jisung colocándose en frente de Hyun-su, sin embargo aquellos disparos nunca llegaron al cuerpo de Jisung, sino que alguien más había recibido aquellos disparos. Aquel chico joven que aparentaba la misma edad que Jisung y Hyun-su había recibido un disparo en la garganta pero extrañamente, su cuerpo lanzó aquel disparo hacia el causante.

— ¿Quieres lo mismo?

— No, no... — el último hombre que quedaba parecía bastante asustado tras ver con sus propios ojos lo que había ocurrido. — No quiero eso. — aquel chico desvió su mirada de aquel hombre hacia los dos adolescente que miraban la escena. Caminando lentamente hacia ellos, Jisung sintió sus vellos erizarse lo que no era buena señal para ella.

— Me gusta la caras que ponen. Un gusto. — le extendió la mano a Jisung, pero esta sólo miraba aquella sonrisa cínica. Helicópteros pasaba por sus cabezas lanzando papeles rojos, Jisung atrapó uno, leyendo su contenido.

Guía para denunciar a infectados especiales.

Le garantizamos seguridad a cualquiera que informe la presencia de un infectado especial.

— Debe doler. — Este ignoró a Jisung fijándose en el hueco que había en el hombro de Hyun-su. — Se lo que se siente. Uno nunca se acostumbra ¿verdad? — miró últimamente a Jisung quien nunca había despegado su mirada de él.

— ¿Por qué lo mataste?

— Creí que me agradecerías.

— Estaban del mismo bando,¿por qué matarlo? — Jisung intervino en aquella conversación que no los llevarían a nada. — ¿Un lobo y una liebre en el mismo bando? — respondió.

— La liebre se hacía pasar por lobo, le seguí la corriente. Pero ya no hace falta. No es un delito que el lobo mate a la liebre después de jugar.

— Idiota ¿Piensas que esto es la jungla? — Jisung río sarcásticamente. — Ahora es algo natural en este mundo. — respondió mientras señalaba su alrededor.

— Hay monstruos que no lastiman humanos. — si las miradas mataran aquella chica ya habría estado diez metros bajo tierra. Jisung y Hyun-su se habían dirigido hacia el 1416 donde una mujer se había convertido en un bebé tras el deseo de que su bebé naciera, pero la monstruosidad le había ganado la jugada.

— Nunca había visto algo así. No puede matar a nada en este estado. Bien, veo qué hay un monstruo que no lastima humanos. Pero ¿habrá humanos que no lastimen monstruos? — Aquel chico había sacado aquel volante.

— ¿Creen que la gente que quieren protegerlos les recibirá con un abrazo tras leer esto? — aquel chico estaba jugando con la mente de Hyun-su. Pero Jisung no caería en ese lavado de cerebro.

— ¿Que dicen? ¿En que bando se quedarán? — Hyun- su tras el camino hacia la recepción se notaba muy pensativo, tan pensativo y reflexivo que Jisung se encontraba asustada.

La vista de Jisung se posó en los ojos de los residentes que lo esperaban apuntándolos con armas, Jisung tenía un pequeño revólver en su bota. Que pensaba utilizar si aquel chico comenzaba a usar actuar en contra de los demás, ella no elegía un bando.

Jisung no estaba en ningún bando, solo protegía a los suyos. Si se metían con su gente, se metían con ella.

Estamos en los últimos capítulos, estoy llorando

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Estamos en los últimos capítulos, estoy llorando. No me cansaré de darles las gracias por el apoyo que han demostrado hacia esta adaptación, me he sentido la persona más especial y todo gracias a ustedes. ❤️

 ❛ DAMNED ❜ - sk Donde viven las historias. Descúbrelo ahora