KATIA *(Horas De La Eternidad #1)

CAPÍTULO 6

Me levanto a duras penas de la cama, me quito la ropa de la moto y me voy a darme una ducha, huelo a hierba y a alcohol.

Después de una ducha rápida me pongo unos pantalones de chándal grises y una sudadera negra con capucha. Me arreglo mis indomables rizos y me dejo el pelo suelto para que se me seque.

—Buenos días— digo entrando en la cocina.

Mi padre está tomándose su café mientras ve las noticias y yo me preparo un cuenco de cereales y un buen café con leche.

Minutos después entra mi hermano bostezando en pijama. Le doy su taza de café. Me sonríe y sube de nuevo a su habitación. Le envidio, el puede tener la opción de no ir a clase. Yo en cambio tengo que atenerme a las consecuencias.

•••

Ya son las tres y media del mediodía, estoy comiendo un plato de macarrones en el sofá de mi casa tranquilamente. Mi hermano está arriba en su habitación y mi padre trabajando. Cuando oigo que llaman a la puerta, dejo las cosas en la mesa de centro y voy hasta ella. Nada más abrirla veo a mi tía con un par de bolsas y una caja de cartón

—Hola tía Sam, no te esperaba— digo cogiendo las bolsas. —¡Justin es la tía Sam!— le grito a mi hermano que baja enseguida por las escaleras.

Se abrazan y esta nos pide que nos sentemos en el sofá, extrañados la hacemos caso.

—A vuestro padre no le va a hacer ninguna gracia— dice poniendo la caja de cartón en el suelo riéndose, se escucha un ruido dentro y luego la abre.

Me levanto para ver lo que tiene y veo unos ojos caramelo y un hocico marrón oscuro.

—¡Un cachorro!— salto emocionada, lo cojo con cuidado y se aprecia que tiene escasos dos mesecitos.

—Es un labrador— dice mi hermano acariciándolo con una sonrisa.

Miramos a nuestra tía que nos mira con ternura.

—Necesitáis un poco de alegría en esta casa—dice la hermana de mi madre haciendo aspavientos con las manos.

La abrazamos y discutimos con quien dormirá.

Nos pasamos la tarde jugando con Toby. Escuchamos las llaves que abren la puerta y nos miramos todos, nuestro padre nunca ha querido tener mascotas, piensa que son una carga.

—Hola cuñado— dice mi tía levantándose del suelo para abrazar a mi padre, el cual la mira sorprendido.

Y después de ella va un cachorro patoso intentando correr pero fallando en el intento. Nuestro padre lo mira, luego nos mira, y por último a mi tía.

•••

Llevamos cuarenta minutos Justin y yo en el salón mientras papá habla con la tía Sam en la cocina.

Llaman a mi hermano por teléfono y se va a su habitación, nos quedamos Toby y yo solos, viendo el programa de televisión, se quedó dormido a los diez minutos de acariciarle la tripita.

—Esta bien, nos lo quedaremos pero la próxima vez, háblalo conmigo antes que con los niños— dice saliendo de la cocina.

Se me escapa una sonrisa, todos sabíamos que cedería.

Mi tía se va después de cenar la comida mexicana que había traído echa desde su casa.

Me duché y me acosté, estaba realmente agotada, pero antes decidí mandarle un mensaje a los chicos.

Katia:
—¡Adivinad quien tiene un perro!—

Chris:
—Imposible, quiero verlo—

Arthur:
—¿Quieres otro más? Te regalo uno de los míos—

No puedo evitar reírme del comentario de mi amigo. Conecto el cargador al teléfono y me duermo.

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