*NARRA SARAH*
La luz me da en la cara, tengo un brazo encima de mi tripa. Me giro y veo a Kat con la baba medio colgando. Se me escapa una risita, la cojo el brazo y se lo pongo en su lado de la cama.
Me levanto a duras penas por culpa de las copas que bebí de mas ayer, cojo mi neceser y salgo de la habitación de mi amiga con sigilo. Como soy así de torpe me tropiezo con mi propio pie y caigo al suelo.
—Ay, que vergüenza por favor. Sarah, ¿No puedes ser más torpe que eso? Espero que estemos solas y no haya echo mucho el...—pienso en mi mente.
—Oh, hola Sarah, no sabía que estabas aquí, deja que te ayude— dice Justin ayudándome a levantarme.
Noto como me mira la barbilla y me mira rápidamente a los ojos.
—Ven, te voy a poner una tirita— me dice.
Un hilo de sangre empieza a colorear mi barbilla de rojo. Justin es muy atento, aún que a mi me van un poco más pasotas y graciosos, pero le tengo mucho cariño.
Entramos al baño y saca de un cajón una caja de tiritas de colores. Me mira y nos reímos, me pone una roja y cuando está guardando las cosas entra Katia al baño
—Tia, quieres que te haga un ca...— nos mira a los dos, se ríe y se da media vuelta.
Justin ha perdido todo el color de la cara y yo estoy como un tomate. Bajamos los dos a la cocina y vemos a Kat bebiendo de una taza granate, nada más verme se atraganta y se empieza a reír señalando mi tirita roja.
—¡No teníais tiritas normales, no te rías!— digo suplicándola.
Está claro que la situación le divierte, a mi de pequeña siempre me ha gustado su hermano pero cuando fui creciendo cambié de idea rotundamente, y como es habitual la situación dio la vuelta y ahora era al contrario. Justin hizo tostadas y estuvimos hablando los tres en el desayuno.
Subimos a la habitación de Kat y empezamos a recoger un poco, ayer cuando llegamos solo nos desmaquillamos y nos pusimos el pijama. Me pongo unos pantalones vaqueros ceñidos y un top blanco mientras que mi amiga se pone una camiseta y unos vaqueros más de su estilo. No se porque lleva ropa holgada tiene un cuerpo increíble, un abdomen completamente firme y unas caderas anchas que envidio.
Yo soy más delgada con el pecho más pequeño y el abdomen plano pero no tan marcado como ella. A parte de ser más pálida y tener los ojos verdes y un poco azules. Siempre he considerado que ella es la guapa.
Terminamos de recoger y leo mis mensajes; tengo uno del chico de ayer en el pub.
Carlos:
—Hola Sarah, soy Carlos, el guapo rubio con el que bailaste, ¿Qué tal la resaca? ;)—Sarah:
—Con que guapo y rubio... No, creo que no me suena <3–Le escribo sarcásticamente, bajamos al salón donde está Toby jugando con una cuerda en su cama al lado del sofá. Y le dedicamos un poco de tiempo al cachorro, es adorable y cabezota, ojalá tener uno.
•••
Hemos quedado con los chicos para ir al lago del pueblo de al lado. Kat y yo vamos en su moto y los chicos van en coche. El paseo es genial, hace un día maravilloso de principios de primavera. Cuando llegamos vemos varias mesas de picnic y unos chavales haciendo una barbacoa.
—Hola preciosas— nos saluda Chris con un morado en la mejilla, acompañado de Arthur y una niña.
—Uff, ¿Te duele?— le pregunta Kat e intenta tocarle el moretón riéndose.
—Sí Kat, sí duele— dice parándole la mano en seco con una sonrisa. —Por cierto, he tenido que traer a mi hermana Alice.—
Detrás de él aparece una niña delgada con la misma cara de nuestro amigo, morena con ojos claros y dos coletas medio deshechas. La conocemos desde que tenia solo dos años.
Dejamos los bocadillos en una de las mesas con los refrescos y nos sentamos. Huele a campo y a aire fresco, es muy relajante.
—No me gusta— dice con tono dulce Alice a su hermano señalando su bocadillo de atún.
Este suspira y le enseña el suyo de jamón.
—¿Quieres este?—le dice.
La pequeña asiente, es adorable. Se intercambian el bocadillo y Chris sigue comiendo.
•••
—¿Puedo ir a jugar ya Sarah?— me pregunta.
Nos hemos quedado solas las chicas comiendo, ya que los demás han ido a buscar una basura.
—Esta bien, cuando tengas hambre me lo dices y te saco lo que te queda de fruta ¿Si?—
Ella asiente y se levanta a por un palo y a removerlo en la orilla del lago.
•••
Un rato después jugamos con la niña Kat y yo. Estamos salpicándonos y tenemos las tres la ropa empapada.
Decidimos quitarnos las camisetas y quedarnos en pantalones y bikini, cuando veo a Kat quitarse la camiseta veo un moretón del tamaño de mi mano en sus costillas.
—¡Dios mío Kat!— la digo girándola para verla.
Ella vuelve a ponerse la camiseta e intenta evitar el tema.
—Tengo sed ¿Alice quieres agua?—dice buscando a la pequeña. —¿Alice?— vuelve a preguntar.
Dejo de mirarla y busco a la hermana de mi amigo.
—¿Alice?— pregunto empezando a asustarme.
Vemos que unos arbustos se mueven y cogemos cada una un palo de madera. Me acerco para ver si es la niña. Y saltan Arthur, Chris y Alice dándome un susto, me caigo de espaldas al suelo y me pongo las manos en el pecho. No noto como me llega el aire a los pulmones, empiezo a hiperventilar y me asusto, lo que no ayuda.
Veo como a Arthur se le quita la sonrisa de la cara y se acerca preocupado, me pregunta si estoy bien pero no contesto, no puedo contestar, me limito a negar con la cabeza.
————————————————————————
vota y comenta! <3
ESTÁS LEYENDO
KATIA *(Horas De La Eternidad #1)
Roman pour AdolescentsÉl, con el desastre de una mano y con ella de la otra. ¿Conseguirá Katia resistirse? ¿Será capaz de hacer que un hombre como él se rinda a sus pies? ¿Será capaz de saber pensar con la cabeza y no con el corazón? ¿Y él? ¿Será capaz de contenerse? ••...