CAPÍTULO 30

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*NARRA AXEL*

No se que hace o como lo hace para tenerme a sus putos pies; aún sin saber lo que siento tiene ese algo que me hace tener sed de ella. Esa mirada débil cuando se siente vulnerable, o peligrosa cuando es inalcanzable.

Haberla visto ayer en la playa fue una de las mejores cosas que me podía haber pasado, queriendo alejarla de mi, el destino me la pone una vez más delante para que haga las cosas como hay que hacerlas e intentar que salga un poco mejor que la última vez.

Aunque diga que estoy bien tengo ansiedad, el tabaco es mi amigo más leal desde hace meses. He intentado cambiar desde la última vez que la vi, trato de ser mejor persona. También he intentado buscar a alguien que me acompañe día a día pero ni yo me aguanto como para buscar a alguien que lo haga por mi.

Igual es porque intento buscar a alguien como ella pero la mayoría no la llega ni a los talones.

Voy en el coche, de camino a buscar a la persona que le levantó la mano ayer a Kat. Jamás permitiría ni por un segundo que la tocase alguien sin su consentimiento. A la persona que por un instante en mi vida me hizo ver lo mal que lo estaba haciendo y lo mucho que necesitaba cambiar.

Aparco en la puerta de la dirección que me ha dado uno de mis ayudantes. Noto como la adrenalina me sube por las venas y llamo a la puerta. La abre una señora bajita y con cara de cansada.

-¿Vive aquí Mike?- pregunto sin paciencia.

Ella asiente y le llama, dejándonos solos en el porche. Nada más verme se empequeñece, tiene varias marcas de moretones en la cara, veo que algunos se han tomado la justicia por su mano y con algunos estoy seguro de que han sido Justin y Christian.

-¿Qué quieres?- me pregunta nervioso.

Cierro la puerta de su casa le cojo de la camiseta y le golpeó contra la pared.

-Como te vuelva a ver cerca de Kat, como te vuelva a ver si quiera mirándola, te mataré, te quitaré los dientes y me haré un collar con ellos- le digo intentando no perder los papeles.

-Vale hermano... relájate... estaba borracho a penas me acuerdo yo nunca la haría daño...-

Las lágrimas le aparecen en los ojos como a un bebé, de pronto se me aparece la imagen de Kat ayer durmiendo y lo adorable que se veía, le suelto y me subo a la moto. Sé que ella no querría esto.

Arranco y me dirijo a casa. Necesito relajarme y destensar los músculos o explotaré. Pienso en todos los momentos que he tenido con ella, el día del pub, en la pista de baile con Sarah, la piscina de la casa en la ciudad, cuando se veía como una diosa con mis armas aún cuando no estaba de acuerdo en dárselas, el día que fui a verla por la noche... estaba preciosa, se veía despreocupada y casual, el día de la playa, como movía sus caderas provocándome o como jugábamos en silencio a celarnos, ayer cuando la vi dormir o está mañana mientras pensaba que yo estaba dormido.

Cuando me doy cuenta ya he llegado a casa y estoy un poco más relajado.

Me dirijo a la nevera y saco una cerveza, la abro con el filo de la encimera de la cocina y me voy a mi escritorio para terminar de firmar las últimas entregas del mes. La cama esta sin hacer y mi habitación tiene un ligero olor a ella. Me siento y después de unos minutos recibo un mensaje.

Katia:

-Gracias otra vez por dejarme dormir en tu casa Axel-

Inmediatamente sonrío y la vuelvo a escribir que la ayudaría todas las veces que hiciera falta, utilizando la forma más literal de la frase.

Seguimos hablando el resto del día y la mayor parte de la noche, donde la conversación se pone bien intensa.

Katia:

-¿Y la casa en la que dormí ayer es tuya?-

Axel:

-Asi es, tengo varias pero esta es en la que más tiempo paso-

Katia:

-Me gusta tu habitación, y también tu cama...-

Axel:

-Puedes venir y dormir cuando quieras, la única condición es que yo no dormiré en el suelo esta vez-

Katia:

-Ok, no pongo pegas jajaja-

Trago saliva mientras escribo, esta chica es capaz de ponerme hasta por mensaje, después de un rato más hablando hemos quedado en que mañana nos daríamos una vuelta con las motos.

*NARRA KATIA*

¿Qué narices me pongo yo para mañana? No tengo nada nuevo de ropa, y aún teniendo el armario lleno tengo la sensación de que me pongo lo mismo siempre. Llamo a Sarah y ella me aconseja, nuestra decisión final son unos vaqueros largos negros, y una camiseta ancha blanca con dibujos del sol y la luna en negro. Por encima la equipación de la moto y ya está.

Me costó convencerla de que no hay nada entre nosotros, pero ni yo me creo eso. La tensión se nota en el aire, y es que ya solo con su mirada empequeñezco y me vuelvo vulnerable a sus palabras. A cambiado, lo noté ayer, hacían cinco meses y poco que no le veía y me ha sorprendido para bien.

Después de avisar a los chicos de que mañana no hagan planes sin mi, le conté a mi hermano en casa de quien dormí, he de decir que sus caras no me gustaron, pero tiene que reconocer que de no haber sido por él probablemente tendría media cara roja ahora mismo. Y en sus ojos noto cierto agradecimiento.

Decido no cenar, pues la emoción me ha quitado todo el hambre. Me ducho y me preparo todo para mañana. Me espera un gran día que espero que nada lo arruine.

Iremos a hacer una ruta con las motos y no me ha dicho dónde es así que la curiosidad me está matando.

Me acuesto y me duermo imaginándome con él.

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KATIA   *(Horas De La Eternidad #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora