Es vendida y llevada al frío y arrogante lord del Oeste, quien desprecia a los seres humanos, considerando que el "amor " es para seres débiles como ellos, mientras que ella es una chica valiente.
¿Acaso será la contraparte él?
-¡Nunca amaré a un...
Una chica corría a toda prisa en dirección a su hogar para darle una gran noticia a su padre.
- Padre. - Tomó una bocanada de aire y siguió. – ¡Quiero casarme! – soltó sin más.
- Es una gran noticia, por fin saldremos de esta maldita choza, anda Sara dime quien es el afortunado, ¿Es algún terrateniente? ¿Tiene riquezas? – preguntaba con sumo interés.
- No padre, él es...- Hermoso. - Pensó. – Un Yokai. - Dijo mientras danzaba felizmente alrededor del lugar.
- ¡¿QUÉ ES LO QUE HAS DICHO?! No permitiré que tú, mi hija sea la esposa de un yokai.- Expresó molesto.- Ya tenemos bastante con la tonta de Rin quien termino siendo comprada por uno.- Recordó.
- Padre, si lo piensas un poco puedo ser la dueña de todo este lugar y demás, no es cualquier Yokai, su vestimenta era fina como la de un príncipe. – Comentaba mientras su padre la miraba negando el hecho, aunque si era realmente un príncipe serían ricos.
Por otro lado, Inu No Taisho acababa de llegar al palacio del oeste, los sirvientes como siempre lo reverenciaban, este venía en busca de Sesshomaru, quien se encontraba en su habitación con una escena bastante incomoda, no para él sino para Rin. El peliplata se encontró con Jaken quien trato de distraer al padre de su amo bonito.
- ¡S..señor que agradable poder verlo! ¿A qué se debe su presencia hoy? – Decía este nervioso.
- Quítate del camino Jaken. - Lo miro de forma amenazante.
- Y..yo. - Trago en seco, pero para su suerte la puerta de la habitación se abrió, pero se tenso aun más al pensar que era su amo.
Ambos Yokais dirigieron su vista a la puerta y de ella vieron salir a la azabache quien a duras penas le dio una mirada a Inu No Taisho para después salir corriendo, mientras que de sus mejillas caían lagrimas.
Inu No Taisho entro en la habitación, encontrándose con Sesshomaru recostado en su cama, este tenía los ojos cerrados.
- ¿Qué le hiciste a la chica? – Preguntó su padre.
- ¿Qué haces aquí? – Preguntó este aun con los ojos cerrados.
- Te hice una pregunta. - Recalcó.
- Eso no es de tu incumbencia. – Soltó con despreció en sus palabras.
- Deberías tratarla mejor, ella será tu compañera y... - Sesshomaru lo interrumpe.
- Una humana no me hagas reír, no tengo porque tratarla mejor, debe conocer mejor su lugar, puedes irte no estoy en las mejores condiciones para charlar más contigo "Padre". - Mencionó con molestia, le molestaba el hecho de que esa chica fuera la gran preocupación de su padre, pero, por otro lado, no podía negar el hecho de un cambio en el.
- Espero que no te arrepientas de tus propias acciones. – Salió de la habitación.
En otro lugar una pelinegra aventaba todo a su paso, mientras que las sirvientas solo se movían de un lugar a otro, pidiendo que el amo bajara a tranquilizar a la chica.
- ¡Kagura! - La llamo el pelinegro desde las escaleras. - ¿Qué demonios haces? - Pregunta este ya frente a ella.
- Una chica idiota no me dejo ver a Sesshomaru y se llamó así misma señora del lord. -Dijo apretando los puños con impotencia.
- ¿Una chica dices? - preguntó este mientras a su mente se le vino la imagen de aquella hermosa azabache, soltó una sonrisa maliciosa.
- ¿Qué es esa expresión en tu rostro? Naraku ¿A caso la conoces? - Dijo esta incrédula.
- Dime Kagura ¿Qué estarías dispuesta hacer por Sesshomaru? – pregunto con malicia.
Mientras tanto en el palacio del oeste, Rin se encontraba en su celda, estaba muy molesta, pero, por otro lado, muy confundida.
- Estúpido lord, robo mi primer beso. - Se toco los labios mientras que se ponía roja de coraje.
Sesshomaru caminaba en dirección a las celdas mientras recordaba lo sucedido entre el y Rin.
//Flashback//
Sintió el cambio en su interior, un beso torpemente correspondido, dejo de besarla para observar su rostro, intento avanzar más sin esperarse una tremenda bofetada.
- Suéltame. - Dijo entre lágrimas – Eres un sangre fría sin corazón. - Dijo para después salir corriendo.
El peliplata soltó una leve sonrisa.
//Fin del Flashback//
- Kaede ¿Cómo esta ella? - Preguntó el peliplata pues este sabía que ella y la azabache se llevaban más que bien.
Una mirada amenazante fue lo único que recibió como respuesta.
- ¡Esta mujer! - Se aproximo a la celda de la azabache y le llamo. – Rin
- ¿Por qué estas...- Se giro encontrándose cara a cara con el peliplata a tal grado que podía sentir su respiración. - Aquí?
- Lo siento. - Dijo sin más para después acorralarla.
La azabache lo miro sorprendida, nunca imagino que el diría algo como eso, estaban tan cerca uno del otro que pudo apreciar más los distinguidos rasgos de peliplata, llevo una mano al rostro de este y le brindo una leve sonrisa.
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