Capítulo 4

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Bajó luz de la luna caminaban la azabache y el peliplata, quien aparentemente estaba muy molesto, pero a pesar de ello sus facciones mantenían esa serenidad en su rostro, ninguno de los decía nada, la chica ya se había cansado de caminar pues había caminado un gran tramo cuando decidió escapar, y ahora tenía hambre, Sesshomaru por su parte avanzaba sin siquiera detenerse a esperar a la azabache. Cuando al fin llegaron al palacio el peliplata tomó fuertemente de la mano a la chica y la llevo casi a rastras a la celda.

- ¿Quién te permitió salir? - Preguntó esté alzando del brazo a la chica. – Eres una molestia. - la arrojó adentro de la celda.

- ¿Para qué fuiste por mí? ¿Acaso te lo pedí yo? Y lo que es más ¿Acaso no entiendes que no quiero estar aquí? - Preguntó molesta pero no tenía energía suficiente para ponerlo en su lugar.

- Así que tienes las agallas de escaparte, sino fuese por mi padre habría dejado que Naraku se quedara contigo. – Se acercó a la chica y la tomó del mentón. - Escucha con atención, no vuelvas a escaparte si lo haces no habrá segundas oportunidades, te mataré yo mismo. - La chica retiro bruscamente la mano del peliplata.

- ¡Lárgate! - Grito la chica para después girarse y darle la espalda al peliplata, quien esbozó una leve sonrisa.

Las horas pasaban con lentitud, la azabache comenzaba a sentirse mal y aún no amanecía, pero poco después su vista se nublo y no supo más de ella misma, por otra parte, las sirvientas que eran las encargadas de llevarle los alimentos a Rin, llegaban a donde ella, sabían que no había comido y aprovecharon que el peliplata estaba encerrado en su estudio y llevarle algo, la vieron dormir profundamente así que simplemente dejaron la charola en el suelo para retirase pero se detuvieron antes de salir, se dieron cuenta de que el aroma de la chica había cambiado, una de ellas se acercó y tocó con delicadeza su frente para confirmar su sospecha.

- ¡Rápido ve a decirle al amo! - Ordenó alarmada la sirvienta.

- Si. - Y sin más salió a toda prisa en busca del peliplata, quien como antes mencionado se encontraba en el estudio, cuando por fin llegó fue detenida por Jaken quien rápidamente se interpuso en su camino.

- ¿Qué es lo que quieres muchacha? Habla, mi amo bonito está ocupado. - Dijo esté tan irritante como siempre.

- ¡Sólo quítate del camino! ¡La señorita tiene una fiebre muy alta! - Dijo está tratando de entrar, pero los agudos oídos ya habían escuchado lo último que dijo y rápidamente apareció en la puerta.

- ¡Esa mujer! - Salió del palacio para ir a donde estaba la azabache.

Llegó a donde está, y se encontró a una de las sirvientas quien tan pronto como lo vio entrar hizo una pequeña reverencia.

- ¿Qué es lo que pasa? - Miro a la chica, está ya no tenía ese color vivas que la caracterizaba, estaba pálida como un fantasma. - ¿Qué es lo que hacen ustedes aquí? - Preguntó esté.

- Nosotras le traemos los alimentos a la señorita por órdenes de Lady Irasue. - Explicó.

- Ya veo, ¿Por que no le avisaron a mi madre? - Preguntó acercándose a la chica.

- Ella salió sin decir a donde iba. - Respondió.

La azabache estaba comenzando a sudar frío su temperatura corporal empezó a bajar y si esto seguía así moriría.

- Demonios- Pensó el peliplata. – Rápido preparen mi baño con agua caliente. – Ordenó tomando en brazos a la chica.

- Sí señor. - Contestaron las dos sirvientas para después salir.

Cautiva 《Sesshomaru y Rin》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora