Capítulo 2

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La chica se había quedado dormida para apaciguar su sed y hambre, aunque por otro lado, preferiría morir antes que pedir clemencia a un demonio.

En el palacio todos se encontraban realizando sus labores, como el limpiar cada una de las habitaciones, ordenar la ropa y lavarla, para terminar preparar el alimento del amo, quien se encontraba encerrado en su habitación.

- ¡Amo bonito!- Gritó Jaken desde afuera de la habitación.

- Entra.- Ordenó el peliplata quien estaba en su inmensa cama.

- Esto...- No sabía ni como decirlo, aunque la chica fue insolente, a éste no le parecía bien dejarla morir de hambre.- ¿Realmente dejará morir de hambre a la chica, amo bonito?- Palideció al sentir la mirada fría de Sesshomaru.

- Jaken, creo que no te he asignado suficientes tareas, ¿No es así? - Preguntó éste con malicia.

- ¡Huh! Realmente tengo muchas cosas que hacer.- pensó Jaken.

- Amo bonito, porque no simplemente la dejamos morir, tengo que retirarme, me iré primero.- Dijo éste saliendo de la habitación del peliplata.- ¡Si ella no hubiese sido tan insolente!- Decía éste caminado por el pasillo.

- ¡Enanito!- Le gritaba una mujer que estaba en la entrada del palacio.

- ¡Insolente! ¿Quién se atreve?- Iba a seguir con sus regaños, pero se detuvo.- ¡Doña Sesshomaru!- Dijo éste apresurándose a la ojos dorados.

- Bien dime donde está el ingrato de mi hijo.- Pregunta está con una ironía en sus palabras.

- ¿Qué necesitas? Madre.- Pregunta éste claramente irritado.- ¿Y bien Jaken? No tienes cosas que hacer.- Lo miro de manera asesina.

- ¡Ah, si! Con permisito dijo monchito.- y sin nada más que agregar se fue dejando a los peliplatas.

- Tenía una leve curiosidad sobre lo que se rumorea, en las aldeas vecinas, ¿Dónde está la chica humana?- preguntó.

- La mande a morir de hambre, si sólo has venido por eso, te dejo tengo asuntos que atender.- Dijo éste caminando al estudio.

- ¡Oh! ¡Qué hijo más ingrato él mío!- Hablo en voz alta sabiendo que el peliplata la escucharía.- ¡Hmph! Bien vamos a ver a esa chiquilla.- Dijo para ir a las celdas del palacio.

La peliplata se llevó a Jaken con ella para llevarle algo de comida a la chica, tenía una excusa perfecta para conocerla, cuando llegaron se la encontraron aún dormida, por suerte no tocaba directamente el frío suelo, pues había un poco de paja.

- Esto no le gustará al amo.- Se quejaba de nueva cuenta.

- Corta el rollo, el no puede dejarla morir, ahora, vamos a despertarla. - Dijo está entrando con su distinguida elegancia y apariencia calmada. - ¡Hey, despierta!- tocó levemente su rostro.

-¿Mamá?.- Preguntaba adormilada la azabache, pero al abrir bien sus ojos se encontró con una mujer similar al arrogante hombre, rápidamente se puso alerta.

- Eres bastante linda para ser una humana. - la observaba detenidamente, la azabache tenía un cabello largo, piel blanca, y lindos ojos chocolates, en cualquiera de los casos la peliplata no entendía el dichoso capricho de Inu No Taisho, al querer emparejar a su hijo con una humana, y más cuando hablamos del frío Sesshomaru, olvido todo ello y dijo.- Te hemos traído esto.- Menciono ofreciéndole una canasta llena de pan, jalea, leche y frutas.

Cautiva 《Sesshomaru y Rin》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora