Capítulo 3

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Miró su reflejo una vez más en el espejo, llevaba un hermoso kimono blanco, su cabello recogido por una horquilla de flor, poco maquillaje, se sentía tan nerviosa que creyó que se le saldría el corazón, una voz femenina la sacó de sus pensamientos.

-Rin es hora.- Dijo una mujer al borde de las lágrimas.- Te vez hermosa.

-Madre no llores, te quiero tanto, prometo que te visitaré junto con mi esposo.- esto último resonó en su mente ¡Espera! ¿Esposo? ¿Dónde conseguí un esposo?.- pensaba.

-Es hora vamos.- Dijo tomando la mano de su hija para llevarla a salón donde se llevaría acabo la ceremonia.

Caminaron por el largo pasillo hasta que llegaron a una puerta la cual se abrió de par en par para dejar pasar a la novia, Rin veía a cada uno de los presentes, eran las personas de la aldea donde vivía, miró a su padre y media hermana, sólo los ignoro por alguna razón un sentimiento de odio la invadió. Siguió avanzando, y trato de ver al que sería su esposo pero éste estaba de espaldas así que no pudo ver su rostro una vez cerca de su futuro esposo volvió a mirar hacia atrás y se encontró con Yôkais, ¿Dónde están los humanos? Dirigió su vista al que sería su esposo y se encontró con.....

La azabache despertó abruptamente y pego un enorme grito que se escuchó hasta Roma.

- ¡¡MALDITO YOKAI ARROGANTE!! ¡¿QUIÉN QUIERE SER TU ESPOSA?!.-Gritó furiosa.

Mientras que en el estudio del palacio se encontraba Sesshomaru quien revisaba los libros de conteo, estaba transcribiendo los números y llevaba un perfecto manuscrito que se desvió al escuchar el grito de la chica.

- Esa idiota ¿Qué fue lo que dijo?.- pensó mientras volvía a concentrarse.

En otro lugar, una aldea poco poblada se encontraban dos peliplatas conviviendo amenamente.

- Padre no puedo creer lo que dices, el idiota de Sesshomaru es un arrogante, nunca verás un cambio en el así que es mejor que lo olvides.- Decía mientras comía un poco de sopa.

- InuYasha ¿Dónde está Ahome? Me alegra verlos juntos y felices.- Comentaba mientras veía como las mejillas de su hijo menor se tornaban color carmesí.

- Esto, yo.. es..que.- Se enredaba tratando de concretar sus palabras. Pudo escuchar como una dulce voz gritaba a lo lejos, y pronto la tuvo cerca de ellos.

- Señor Inu No Taisho.- Mencionó con alegría.

- Muchacha justamente estábamos hablando de ti.- Dijo éste levantándose de su asiento para ofrecérselo a la chica.

- ¿De mi?.- Preguntó entre dientes dirigiendo una mirada amenazante a InuYasha, quien rápidamente se estremeció abrumado.

El peliplata sólo se rió a carcajadas, al parecer la chica era quien asustaba a su hijo con una sola mirada.

- No es como lo piensas hija, vine para comentarles algo, InuYasha ya está enterado de esto.- Puso sus manos en el hombro de su hijo, la chica sólo los miraba confundida.

- Es sobre Sesshomaru, él, o mejor dicho mi padre lo emparejo con una chica humana.-Comentó este mirando fijamente a la chica.

-¡¿Qué?! ¡¿Qué?!.- Preguntó incrédula.

- Así es hija, el tiene que aprender una lección, y esa es que la supremacía no lo es todo, ustedes son un claro ejemplo de que hasta el corazón más frío e inmaduro puede ser doblegado por el amor. – Respondió haciendo ruborizar a ambos.- Pero no se pongan rojos, bien me voy, les pido que cuando puedan vayan a verlos.- Dijo éste mostrando una cálida sonrisa y sin más se marchó.

Cautiva 《Sesshomaru y Rin》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora