Papi

ocho

-No,- murmuró ella haciendo que Harry despertara.- dejalo. Va a matarte.- Harry frunció el ceño.- No lo hagas, mamá. No quiero que te vayas.
Las lágrimas se deslizaban por el rostro de ella. Harry le sacudía el hombro preocupado mientras le susurraba que él estaba ahí.
La chica abrió sus ojos lentamente y una mano tomó la suya. Miró a su lado y vio a Harry preocupado.
-Hola, pa.¿Nos vamos de vacaciones?- preguntó intentando sonreír.
-Si, vamos a preparar nuestras cosas y a escaparnos de esta loca ciudad.- ella sonrió y se sentó en la cama.
Desayunaron y prepararon sus valijas antes de salir de la casa. Ella subió sus pies al asiento mientras cantaba y reía con Harry.

Llegaron a una enorme casa y ella sonrió, la playa se extendía allí.

-¿Te gusta?-preguntó Harry abrazándola por la espalda.

-Si.- murmuró ella y volteó a verlo con una sonrisa y un hermoso brillo en los ojos. - Me encanta, papi.

...

Ambos salieron a la playa y él miró su extrema delgadez algo preocupado pero feliz de verla sonreír.

-Anoche,- dijo él.- tuviste un sueño, una pesadilla.

-Si,-dijo ella bajando la vista.- soñé con mamá. Ella... ella siempre me decía que vos me odiabas. Mi primer palabra fue papá y eso no la hacía feliz.

-Yo no sabía...

-Lo sé, me lo dijo el tío. A mamá le gustaba tomar, siempre lo hacía. Pero yo la quería y escondía las botellas, ella se enojaba pero yo era muy chica como para entender el porqué. Ella quería morir.

Harry la rodeó con sus brazos y ella dejó que su espalda chocara contra el pecho de él. La chica entrelazó sus dedos con los de su padre y él le besó el cabello.

-Estás conmigo ahora.- murmuró.- Todo va a estar bien siempre. Sé que suelo meter la pata pero, bueno.. no soy muy bueno siendo padre. Pero te amo, hija, siempre te amé y siempre voy a amarte.

-Te amo, papá.- dijo ella con la vista fija en el mar.- De verdad, te amo muchísimo.

-Bueno, princesa, vamos a comer que mi panza hace ruido.

Ella rió y se puso de pie.

-Sos peor que el tío Niall.

-No. - se quejó él. - Él se come mi comida, pero no esta acá asi que... a disfrutar.

Ambos rieron y entraron a la casa. Las paredes pintadas de blanco la hacían espaciosa y los grandes ventanales le brindaban muchísima luz. Se sentaron en la mesa y Harry sirvió ambos platos con unos sándwiches.

Ella los miró y le dio un bocado al primero, luego otro y otro. Se detuvo a medio sándwich y lo dejó en su plato.

-Estás muy flaca.- dijo él de golpe. Ella lo miró tristemente.

-Soy anoréxica, papá.- dijo ella en un murmullo.

-¿Por qué?-preguntó él dejando su comida y mirándola.-¿Qué haces? ¿Te encargas de vaciar tu interior?

-No, no vomito mi comida, papá, - dijo ella suavemente.-pero estoy tratando de recuperarme, fui al médico y...

-¿Por qué no me lo dijiste?- preguntó él, dolido.

-Pensé que... no quería que te preocuparas.

-Creiste que no iba a importarme,- concluyó él tomándole la mano.- pero si me importa, decime que te dijo el médico.

-Estoy volviendo a comer mas cosas pero tengo que hacerlo despacio, ingerir todo de golpe puede hacerme mal.

-Está bien,- suspiró él y le acarició la mano con su pulgar.- quiero ayudarte, quiero hacerlo.

-Gracias por entenderlo, pa. - dijo ella mostrándole una pequeña sonrisa.

-Gracias por ser sincera conmigo.

...

Zayn pasó por la puerta de la casa de Harry y vio a una mujer rubia en la puerta. Detuvo el auto y bajó.

-¿Busca a alguien?- preguntó.

-A mi sobrina.- dijo la mijer volviendo a llamar a la puerta.