veintidós

5.7K 275 11
                                    

Peny despertó al sentir unos dedos deslizándose por su mejilla una y otra vez. Abrió los ojos con suavidad y se topó con los ojos de su padre.
-Hola, papi.-sonrió adormecida.-¿Te quedaste acá toda la noche?
-No podía dormir.-admitió él.-Hacía mucho que no dormíamos juntos.
-Demasiado.-susurró ella.
La chica se pegó al pecho de su padre y volvió a cerrar sus ojos.
-Sos una dormilona.-rió él.
-Me encanta dormir.
-Igualita a tu tío Zayn.
-Él no va a separarnos, ¿cierto? -preguntó en un susurro.
-Sólo quiere cuidarte.
-¿Estás a favor de él?
-Estoy a favor de que te cuide, de que estés bien. Y si, para eso, tiene que alejarte de mi, entonces tengo que aceptarlo.
-Yo no voy a estar bien si no estás conmigo.
-Peny, estoy intentándolo, ¿si? Me estoy esforzando para que esto funcione lo mejor posible. Lo de tu tío es una precaución. Pero voy a hacer todo lo posible para que no haya necesidad de que te lleve lejos mío. Te lo prometo.
-Papá, por favor. No pueden separarlos.

-Peny, si no le doy un motivo para que lo haga, no va a hacerlo.-dijo y tomó las manos de ella.- No pienso darle el motivo y él tampoco lo está esperando. Sabes que a veces necesito presión para hacer las cosas bien. Vos solo quedate tranquila.

Sin embargo, al salir esa tarde, Peny no estaba tranquila. Subió al auto y su padre la miró de reojo, tomó su mano y besó esta con suavidad.

-Huele a que quemaste algo.-dijo.

-Las tostadas.-bufó ella.-Soy un asco en la cocina.

-Para eso están las galletitas.-rió él, y dejó un paquete entre ambos, junto a los cafés.- Desayuno para los dos.

-No entiendo por qué los vuelos son tan temprano. No tienen consideración.-dijo y apoyó su cabeza contra el cristal.-¿Puedo dormir ahí?

-Si, princesita.-dijo él.- No te preocupes, esos desgraciados no van a robarte tus horas de sueño.

-Mas les vale.-rió ella y tomó una galletita.- Mato al que no me deje dormir.

...

Al llegar al aeropuerto, ya no quedaban galletitas ni café. Peny bajó con unos pantalones ceñidos y una blusa oscura que remarcaba el tono claro de su piel. Llevaba todos los rizos sujetos en una colita alta y cargaba con una maleta. Al ver a sus tíos, sonrió a medias.

-¿Sueño?-rió Louis, besando su mejilla.

-Mucho.-dijo ella.

-No desaten a la fiera que, como no la dejen dormir, mata a alguien.-advirtió Harry y ella asintió.

-¿Qué les cuesta despegar mas tarde? Malditos madrugadores. No conocen el placer de dormir.

Liam soltó una carcajada y la rodeó con su brazo. Peny parecía feliz de viajar con ellos a Los Angeles, por mas que la hicieran levantarse a esa hora.

-¿Es...?-preguntó confundida y frunció el ceño. Todos miraron en su misma dirección pero había demasiada gente en el aeropuerto.- ¡Dicky!-exclamó feliz y un moreno volteó justo cuando ella corría hacia él.

-¡Peny!-dijo el chico feliz, haciéndola dar vueltas en el aire.- Creí que no iba a verte más.

-La gente cambia.-rió ella.

-Ni que lo digas.-dijo, haciéndola dar una vueltita.- Amiga, estás divina.

-No soy la rompe corazones en esta conversación.-rió ella.

La familia de ella se acercó con el alerta celos al 100%. Peny reía como llevaba mucho sin hacerlo.

-¿A dónde viajas?-preguntó él.

-Los Ángeles.

-¿Cuánto tiempo?

-Tres meses.

-¿Hotel?-ella le enseñó el papel con el nombre.

-¿Qué es esto?¿Un interrogatorio?-preguntó Harry, molesto.

-No. Solo veo por dónde tengo que pasar a buscarla para poder salir con ella a conocer Los Ángeles. -dijo el chico, sin siquiera mirarlo.

Su actitud arrogante molestaba a la familia de ella. Los pantalones rotos, las tachas, su tintura. Nada de él les gustaba.

-¿Me vas a mostrar la ciudad? Ni se te ocurra abandonarme por alguno de tus amigos o amigas de allá.-amenazó ella.

-Guardá las garras, fiera.-rió él.-Voy a presentarte gente. Vamos a pasarla bien. ¿También dejaste la academia?-ella asintió.-Te lo dije. No íbamos a llegar a ningún lugar quedándonos ahí. No me iba que trataran a todos tan mal.

Ella suspiró y se dejó caer contra el pecho de su padre. Este la rodeó con uno de sus brazos.

-¿Te acordas de Dick, pa?-preguntó ella.-Rubio en ese entonces.

-Me recordas mi tiempo de muñequito de torta.-se quejó él.

-Adorable.-se burló ella.

-Creo que estás pendeja.

-Cuidado con lo que le decís.-se apuró a decir Zayn.

-Tranquilo, tío. Se refiere a que tengo sueño. Y si. Necesito dormir.

-Descansá ahora porque en Los Ángeles voy a ser tu pesadilla.

-Tentador.-rió ella.-Nos vemos allá.

Los cinco hombres que la acompañaban, parecían muy disconformes, pero ella no lo notó, ya dormía en brazos de su tío Niall.


PapiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora