doce

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Una semana, una terrorífica semana había pasado cuando al fin pudieron trasladarla a una habitación permitiendo, así, que ellos pudieran entrar a verla.

Harry abrió la puerta y sintió como las cenizas de su mundo volvían a arder. Ella, tan chiquita, tan hermosa, estaba acostada, inmóvil, sumida en un profundo sueño. Sus mejillas habían perdido su color y no había sonrisa alguna en su rostro. Sus manos parecían dos hojas de papel sobre las sábanas y sus ojos, sus hermosos ojos color esmeralda estaban cerrados suavemente. Parecía tranquila como si no llevara días luchando entre la vida y la muerte.

Harry se sentó a su lado en la camilla y le tomó la mano sintiendo las lágrimas resbalar por su rostro.

-Mi amor,- susurró él con voz ronca y quebrada.- mi bebé. Peny por favor.- un sollozo escapó de sus labios.- Hija te necesito conmigo. Te necesito acá. Tus tíos y yo te necesitamos. Necesito ver tus ojos, escuchar tu risa y tu voz. Necesito verte correr feliz y bajar las escaleras como si fuera el fin del mundo. Necesito abrazarte a la noche y dejar que me cuides cuando estoy enfermo. Necesito que me ayudes porque sin vos no puedo seguir. Hija sos todo lo que tengo, lo que mas amo, lo único que necesito. Sos lo mas importante para mi y amo ser tu papá pero necesito que no me dejes. Necesito verte bien, despierta, feliz.

El llanto le impidió seguir hablando. Cerró sus ojos y apoyó su frente contra la mano de ella. Otra mano se posó sobre su pelo acariciándolo suavemente.

-No llores, papi, vas a hacerme llorar.- murmuró ella con un hilo de voz.

Harry subió su vista topándose con sus ojos entreabiertos. Se cubrió la boca con una mano evitando que los sollozos salieran. Le besó la mano, la frente, las mejillas.

-No me hagas esto nunca mas.- dijo con la voz cargada de dolor.

-Perdón.- murmuró ella.- Pa, me duele la espalda como los mil demonios.

-Es que hiciste una estupidez.- dijo él y le besó la mano con fuerza.- Lo mas estúpido que alguien haría.

-Salvaste a tu papá de un disparo que lo habría matado.- dijo Liam desde la puerta.

-Podría haberla matado a ella.- dijo Harry furioso.

-Pero decidió salvarte. No le digas que fue estúpido salvarte.- dijo Liam.

-No, no peleen.- susurró ella haciendo una mueca de dolor mientras intentaba incorporarse.

Zayn y Niall entraron a la habitación y la hicieron volver a recostarse mientras Louis sacaba a Harry y a Liam de ahí.

Pequeñas lágrimas mojaban las mejillas de ellas.

-¿Te duele mucho?- preguntó Niall intentando no llorar al verla así.

-No quiero que peleen.- murmuró ella.

-Tranquila, todo esta bien. No lo hacen en serio. Ellos no van a pelear.- dijo Niall.

-Sos un imbécil.- se escuchó afuera.- ¿No podes solo guardarte tus comentarios?

Zayn le tapó los oídos y se puso frente a ella. Peny cerraba sus ojos con fuerza. Niall se puso de pie y salió de la habitación.

-¿Pueden callarse?- casi gritó.- Dios, estan grandes para esto. Si tanto les preocupa Peny cállense porque ahora esta llorando por sus estúpidas peleas.

Los dos guardaron silencio de inmediato. Harry quiso pasar pero Niall lo paró.

-Primero te tranquilizas, nadie quiere verla llorar.

Harry tomó varias inalaciones antes de entrar. Zayn estaba frente a ella tomándole el rostro con ambas manos.

-Y entonces salió corriendo. Salió corriendo como un loco con un pollo en la mano.

Ella soltó una leve risa y él le besó la frente. Al notar la presencia de Harry, Zayn salió de la habitación.

-Perdón,- dijo Harry.- es que estoy tan enojado.. En algún momento iba a pasar.

La chica le tomó suavemente la mano y él hizo que sus dedos se entrelazaran.

-Veo que Zayn te contaba la historia de Niall con el pollo.

-Me acuerdo que vino a casa y caminó con el pollo en la mano de un lado al otro todo el día. Lo acariciaba y jugaba con él. Yo pensé que lo habíamos perdido.

Harry rió.

-¿Cómo te sentís ahora?- preguntó él acariciándole el rostro.

-No lo sé. Duele si me muevo mucho. ¿Pa?

-¿Si?

-¿Te acordas del chico de la playa?

-Si.- dijo Harry apretando la mandíbula.

-Puede que cuando fuimos al juicio me lo cruzara.- dijo ella mordiendo su labio mientras esperaba la reacción de su padre.- Y puede que me haya invitado a cenar aunque creo que lo dejé plantado.

Harry rió.

-Ibas a dejarlo plantado de todos modos. Es mas divertido quedarte con tu hermoso padre viendo películas en casa.

-Puede también que se haya enterado de lo que pasó y que...

-No.- dijo Harry horrorizado.- Decime que no va a venir.

Ella reprimió una risita y se mordió el labio con mas fuerza.

Harry se acercó a la puerta y se detuvo en seco. Iba a ir a avisarle a los demás que procuraran que el chico no se acercara, pero ahí estaba él.

-Hola, señor Styles.- dijo el chico con una enorme sonrisa. Venía recién bañado con los cabellos rubios cayéndole sobre la frente y cubriendo un poco sus ojos grises. Vestía con unos pantalones gastados y una campera de cuero. Traía unas flores en la mano. Los demás lo miraban intrigados.- ¿Puedo pasar a ver a Peny?

-Este... Ella... Está dormida.- dijo él desordenándose el pelo.

-Pasa, Peet.- dijo ella y Harry lo miró amenazante.- Papá.- advirtió la chica.

El chico pasó junto a Harry algo dudoso y se adentró en la habitación.

-¿Quién era él?- preguntó Louis.

-El chico de la playa.

-Estamos jodidos.- dijo Zayn.

PapiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora