seis

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Esa noche durmieron juntos. Harry se sentía muy mal, llevava 12 años en eso y lo seguía haciendo fatal.

-Perdón por arruinar tu felicidad. - había murmurado su hija entre lágrimas la noche anterior.

Él estaba desecho, pero no por Lusi, después de todo él sabía ahora quién era ella. Se sentía destrozado porque no soportaba ver así a Peny. No soportaba ver a su nena llorando de la forma en que lo había hecho.

Esa mañana la llevó a la escuela. Ella se despidió de él y entró. Muchos la miraban de arriba a abajo con desprecio, pero no se acercaban. Eso molestó mucho a Harry. ¿Quiénes se creían para mirar así a su nenita? Se alejó de ahí furioso y llegó al trabajo, los chicos sabrían que hacer.

-Sos un idiota.- fue lo primero que escuchó al entrar en la oficina. Era Zayn.- Sos un imbécil y debería reventarte a golpes, pero le prometí a tu hija que no iba a hacerlo.

Al parecer todos estaban enterados. Peny era amada por sus tíos y el hecho de que ella había llorado no les pasó desapercibido.

-Tenías que creerle, es Peny. Ella nunca te mintió. Pusiste a tu novia antes que tu hija. Te perdonamos que faltaras a sus muestras en ballet, te perdonamos que olvidaras su cumpleaños, pero no tenes derecho a dejar que una maldita perra le haga eso.- dijo Louis.

-Ella ya no va a hacerle nada. Peny me dejó esto,- les tendió el cd.- pónganlo, escúchenlo. Si creen que no me siento una mierda, escuchen eso y odienme todavía mas. Lusi nunca va a volver a la vida de ella, nunca va a volver a acercarse.

Se dirigió al baño y se lavó el rostro. Escuchaba las grabaciones en su cabeza, se repetían una y otra vez.

Recibió una llamada del colegio de ella. Salió corriendo y tomó sus llaves.

-¿A dónde vas?- gritó Niall.

-Al hospital,- gritó él de regreso mientras corría.- algo le paso a Peny.

Los hombres salieron detrás de él. Harry corrió por los pasillos del hospital hasta llegar a la habitación en la que estaba ella. Quiso entrar pero un doctor lo apartó.

-Espere, por favor. ¿Es usted familiar?

-Soy el padre,- dijo Harry rápidamente.- necesito entrar.

El doctor abrió la puerta y Harry se apresuró hasta estar junto a ella.

-Al parecer, hubo una pelea de comida en su escuela, eso ya lo hablará usted con la directora de la institución, muchos alimentos cayeron sobre ella, había mucho maní y ella ingirió algunos también. Al parecer es alérgica a él.

Harry acarició el rostro de su pequeña con cuidado.

-Ella está bien, despertará en unas horas probablemente. Había mucho maní allí. No produce inflamación externa o sarpullido en ella pero sus pulmones se cierran y tiene problemas en sus órganos internos.

El doctor salió, pasando junto a los hombres que estaban parados en la puerta. Entre sus amigos había un muchacho. Harry lo miró frunciendo el ceño.

-¿Quién sos?

-Soy Matt.

-¿Sos amigo de mi hija?

El chico negó.

-Ella no tiene amigos. No es muy sociable.

-¿Y qué haces acá?-preguntó Liam irritado.

-Voy a decirles lo que pasó. Yo no soy amigo de ella pero me gustaría serlo.- dijo él apoyándose en el marco de la puerta.- Estábamos en la cafetería, ella tomó una manzana, como todos los días. Hay un grupo de chicas que siempre la molesta, ellas le dicen anoréxica y cosas por el estilo. Empezaron a gritarle que comiera, que comiera y después fuera a vomitarlo y se reían. La comida empezó a volar en dirección a su hija. No fue una pelea de comida. Ellas alentaban a todos para que le tiraran comida. Ella se ahogó con un maní.

-Mi hija no es anoréxica.- dijo Harry.

-Lo sé, señor, pero su cuerpo resalta en el instituto. Por su delgadez, me refiero.

-Esta bien Matt, gracias por la información.

El chico se fue.

Liam, Louis, Niall y Zayn entraron en la habitación y cerraron la puerta.

-Harry, mira esto. - dijo Zayn y levantó la remera de la chica hasta un poco por debajo de su pecho. Tenía dos enormes moreatones.- Fueron patadas de Lusi.

Los ojos de Harry se llenaron de lágrimas y él acercó su rostro al de su hija.

-Lo siento tanto. - murmuró.

Sintió presión en su mano y colocó su mano en la mejilla de ella. Sus largas pestañas comenzaron a moverse y sus hermosos ojos verdes se abrieron.

-¿Hola?

-Hola, mi amor. - dijo Harry.

-Hey ¿Por qué lloras?- preguntó ella secándole las lágrimas. Él le sonrió.- Así esta mejor.

-Voy a llamar al doctor, ¿si?- dijo él. Ella asintió con el ceño fruncido.

Cuando Harry salió, Zayn empezó a explicarle todo.

-Somos tus tíos.-dijo Louis. - Nos gustaría que nos cuentes qué está pasando. Apenas nos enteramos de las cosas.

-Perdón.- murmuró ella.- No lo sé. Estoy perdida.- Harry se había detenido al otro lado de la puerta. - El día que llegó Lusi ella parecía agradable, me gustaba ver a papá feliz pero dos días después ella me encerró en mi habitación y todo empezó. No entendía nada, no sabía qué hacer. Se lo dije a papá y las cosas empeoraron. Una vez, ella me obligó a vomitar mi comida. No se porque lo hizo pero lo hizo. Siempre hacía esas cosas. No tengo amigos en la escuela porque ella parecía buena el primer día y después.. solo perdí mi confianza. Me siento perdida desde ese día. Empecé a sentir que ya no encajaba en la vida de mi papá, no había lugar para mi porque ella no quería que lo hubiera. Pero ahora, siento que todo va a mejorar y lo único que hago es aferrarme a ese sentimiento.

-Todo va a mejorar, - dijo Niall acercándose a ella. - nosotros vamos a ayudarte ¿O no?

-Claro que si.- dijeron los tres a la vez.

-Los super tíos al rescate. - rió ella.

El doctor entró junto con Harry. Todos salieron de la habitación y empezaron a hacerle algunos estudios. Ella respondía perfectamente y el médico decidió darle el alta.

Salió del hospital subida en la espalda de Liam con su cabeza recostada.

-¿Qué pasa, mi amor?- preguntó Harry.

-No me gustan los hospitales.- susurró ella. Las imágenes de su madre volvían borrosas a su cabeza. Cuando sus tíos volvieron al trabajo ella se sentó en el sillón con su papá.

-Ya no la recuerdo. - murmuró ella. - Siempre tuve recuerdos de mamá pero se desvanecen, ya no recuerdo cómo era.

Harry la rodeó con su brazo.

-Ella era hermosa, su pelo rubio siempre estaba corto y tenía unos enormes ojos marrones que siempre brillaban de alegría. Le gustaba cantar y quería aprender a tocar el piano.

La chica se levantó de golpe y corrió a la casa del árbol. Tomó la enorme caja azul y se la dio.

-Son las cartas. - dijo ella.- No quiero tenerlas.

-Está bien.- dijo él besándole la frente.- Voy a leerlas, si no te molesta.

Ella se recostó en el pecho de él y su padre le acarició el pelo dulcemente.

-No quiero perderte hija,- dijo él. - sé que hice las cosas mal pero no quiero perderte. Sos todo para mi y no.. no puedo vivir sin vos. Estás creciendo y no quiero que crezcas, sos mi nenita, mi bebé.

-No voy a irme papá.- murmuró ella. - Nadie va a alejarme de vos.

PapiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora