Destiné à ne jamais mettre fin à cette

Capitulo 24

— ¿Estás loca ________? No permitiré que hagas eso —dijo Steffan molesto 

— ¿Acaso ves que te este pidiendo tu opinión? No, verdad 

—________ estarías cometiendo una pende.jada 

Asentí —Si. Pero será mi pendeja.da. No voy a permitir que papa los haga casarse con quienes el quiera. No es justo. 

—Es nuestra vida ________. Nosotros sabremos qué hacer con ella.

— ¡Exacto! —Dije viéndolo —es mi vida y yo decido que hacer con ella. Si me dicen que me voy a casar con alguien lo voy a hacer. Pero ustedes no ¿entiendes? Ustedes no van a pasar por esa mier*da —dije frustrada y entre al baño azotando la puerta, dispuesta a darme una ducha. 

Me quite el short de mezclilla y la blusa que tenia. Quedando solamente en ropa interior. Después de mi pequeño maletín saque una crema depilatoria que aplique en mis piernas y axilas. Cuando paso el tiempo debido que las instrucciones señalaban, me desnude por completo y entre a la ducha. 

Lave mi cabello con shampoo, después aplique una crema para tenerlo sedoso como acostumbro. Lave mi cuerpo, eliminando cualquier residuo de sudor, o de la crema que utilice para depilarme utilizando jabón líquido para el cuerpo y tallando levemente con una esponja. 

Una vez limpia tome una toalla y seque un poco mi cabello, después enrede esta misma alrededor de mi cabeza, cubriendo únicamente mi cabello. Después tome otra toalla y comencé a secarme el cuerpo. Me coloque el conjunto negro de ropa interior, seguidor por el jean y la camisa negra que mostraba una poco de pie y que decía “Yolo” en el frente. Tome el suéter que me colocaría encima con pequeños apliques de estoperoles en los hombros y salí a la habitación. Steffan se había duchado en el baño de Ryan, pues él se arregla más rápido que ellos dos. Logan dijo que llegaría directamente al golpe pues había tenido que ir a una clase extra a la universidad. Ettore entro rápidamente después de que yo salí del cuarto de baño para darse una ducha. 

Steffan estaba ahí en la habitación, solamente con unos jeans negros ceñidos. Me senté frente de él y comencé a ponerme los calcetines para después colocarme los tenis. 

Se puso de pie, pues estaba sentado en la cama y camino hasta llegar a mi lado y sentarse junto a mí. Me dio un chaleco antibalas.

—Ponlo debajo de tu blusa. Todos lo llevaremos oculto. 

—No es como si no supiera eso ¿sabes? No soy nueva en todo esto.

—Relájate _________. Solo intento protegerte. 

—Deja de intentar ¿quieres? Se cuidarme, no me comiences a tratar tu también como una chica estúpida e ingenua, porque no lo soy. 

—Vale —dijo poniéndose de pie y levantando sus manos al aire, como para restarse culpa — Solo ten cuidado. 

Comenzó a colocarse el chaleco antibalas. Lo ajusto a su medida y después se vistió con una camisa negra también de manga larga. Yo hice lo mismo, quite la blusa que ya tenía encima para ponerme el chaleco antibalas. Después volví a vestirme con la blusa holgada. Tome el suéter en mano y salí de la habitación de Steffan para ir a la mía. Toque la puerta y Ethan dijo “pase” así que entre.

— ¿Estás listo? —pregunte, el asintió 

—Sí, ¿qué haces aquí?

Entre al armario y de una de las repisas de arriba tome una maleta que contenía armas y navajas
—Vengo por esto. —dije y le señale la maleta. 

La puse encima de la cama, indique la clave del candado para que esta se abriera y cuando lo hizo comencé a tomar pistolas y a cargarlas con sus respectivos cartuchos para después esconderlas entre mi ropa. Subí un pie a la cama y metí en la bota de mi tenis diferentes tipos de navajas.