Semana número nueve

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Los días en el hospital habían sido complicados, el estado de Stiles mejoro apenas un poco, la mayor parte del día se la pasaba durmiendo o ligeramente aturdido, había pronunciado una que otra palabra, pero el resto del tiempo se la pasaba en silencio con la mirada perdida, no prestaba atención ni a los médicos ni a su padre, pero solo parecía alterarse y despertar de su estado de ensoñación cuando me separaba de él.

El doctor ya me había dado las indicaciones de como cuidarlo en casa mientras que Isaac se encargo del tema universitario de Stiles, ya que tendría que posponer un semestre debido a lo lento que estaba su proceso de recuperación y excuso mis faltas hasta ahora en mi carrera.

- Derek, ya puedes ir a darle un baño, luego los llevaremos a casa, ¿Sí?

- De acuerdo, sheriff. ¿Se quedaran unos días con nosotros? Creo que sería bueno para Mieczyslaw.

El padre de mi chico sonrió con cansancio y asintió, palmeando mi hombro suavemente antes de desaparecer de la habitación.

Dirigí mi vista hacia Stiles que estaba sentado en la camilla con las piernas apenas tocando el suelo, sus hombros estaban encogidos y su cabello ya un poco más largo caía por su rostro.

Me hinque frente a él y sonreí tranquilo mientras acunaba su cara, observando a los segundos, por fin, sus preciosos ojos enfocar.

- ¿Cómo te sientes, caramelo? Hoy nos vamos a casa- susurré, notando como pestañeaba perezosamente en mi dirección con sus labios curvados lánguidamente en un intento de sonrisa. Sin embargo no respondió- Te bañare aquí para que así llegues a recostarte. ¿Te parece, mi amor?- Stiles asintió en un pequeño movimiento.

Tensé mis labios y me levante sujetando firmemente, pero con cuidado, la cadera de mi chico, incitándolo así a que se levantara.

Sus piernas temblaron al instante cuando toco el piso haciendo que se apoyara automáticamente contra mi costado, sus manos urgentemente forzándose en mi remera.

- Tranquilo, te tengo- besé su cabello- No te dejaré caer.

El padres de Stiles habían llamado a Marin Morrell, una amiga de la familia que era psicóloga, hace unos días debido al comportamiento silencioso, perdido y extraño que estaba teniendo mi chico desde el incidente, causando que el proceso de recuperación fuera mucho más lento y, luego de casi dos horas encerrados en la habitación en una improvisada sesión, la Srta. Morrell nos comento que Stiles estaba exhibiendo claras señales de un cuadro depresivo. Mi corazón en ese momento volvió a romperse.

Tome a mi ya desnudo chico al estilo nupcial y lo coloqué cuidadosamente en la bañera repleta de agua caliente, logrando que soltara un suspiro inconsciente.

- ¿Estas cómodo?

- Sí...

Cepille su cabello hacia atrás despejándole el rostro y me acerqué a su boca, disfrutando de la dócil respuesta, sus carnosos labios moviéndose mansamente sobre los míos.

- Te amo.

— Y-Yo también... ¿Derek?

- Dime, encanto, ¿Qué pasa?- murmuré rápidamente, colocando mis grandes manos en sus hundidas mejillas cuando sus pestañas se humedecieron- Háblame.

- No q-quise que esto pasara, lo siento mucho.

Me paralicé cuando el cuerpo de Stiles lo hizo, encorvándose dolorosamente mientras que sus hombros empezaron a sacudirse bruscamente por el llanto que estaba dejando escapar luego de dos semanas en puro silencio, su respiración fallando entre lágrimas y quejidos rotos saliendo del fondo de su garganta.

- ¡Lo siento! ¡Lo s-siento tanto! ¡P-Perdóname, y-yo no quería que esto sucediera, en verdad que no! ¡P-Por favor no me abandones, no lo h-hagas, por favor! ¡Por favor!

- Stiles, tranquilo- hablé fuerte, intentando no gritar ni perder el control ante la inesperada reacción- Cálmate, precioso y mírame.

- ¡D-Derek!

- Shh...- lo silencie rápidamente pasando mi mano por su nuca y presionando mis dedos en su piel- No pasa nada, lo juro, solo mírame... Hazlo por mí, yo sé que tú puedes- Stiles levanto pesadamente el rostro, revelando una expresión de puro sufrimiento que me calo hasta los huesos- Esto no es tu culpa, caramelo, no lo es- afirme con dureza- Y no te dejaré, ya te lo he dicho, no importa que tan difícil o imposible se ponga la situación, yo seguiré aquí hasta el final porque eres simplemente indispensable para mi vida.

- L-Lo siento t-tanto...

- No tienes nada por lo que disculparte, hermoso. ¿Te tengo, sí? ¿Me sientes?- Stiles asintió entre sollozos, sujetando débilmente mis muñecas- Saldremos de esto juntos nuevamente. ¿Confías en lo que digo?

- Tengo miedo...- respondió con la voz gastada y ronca, el temor filtrándose en cada uno de sus espasmos- Esta vez no quiero morir, enserio no quiero, por f-favor, no dejes que pase.

Solté una lágrima sin poder evitarlo.

- No lo harás, Sti, no lo voy a permitir.

Stiles cerró lo ojos con fuerza volviendo a romper en llanto, solo que esta vez lo deje hacerlo contra mi hombro mientras lo sostenía en una promesa. 

Tú Puedes, Amor [STEREK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora