CAPÍTULO 7: "Chances"

113 3 0
                                    

CAPÍTULO 7
CHANCES

Do or die -30 Seconds to Mars

Harry

Desperté al día siguiente con un dolor singular, no era nada como una resaca, era más como una opresión constante en el estómago. Sin tener que buscar demasiado por el motivo, la imagen de una castaña se vino a mi mente, la noche anterior arremolinándose sobre mí. Quise darme un golpe por haber pensado que las cosas serían tan fáciles, que la vieja Scarlett regresaría en un abrir y cerrar de ojos. Tendría que poner mucho más empeño, sobre todo ahora que la había cagado en grande.

Un sonido ajeno a mis pensamientos me hizo regresar a la realidad. Tardé un par de segundos en descubrir que lo que sonaba era mi teléfono. Lo tomé, soltando un bufido en el momento en que vi quién llamaba.

–¿Mamá? –contesté aún algo dudoso.

No había recibido ni una simple llamada de mi madre desde que había decidido escapar un año. Ella no lo había tomado tan mal, sin embargo, estaba tan ocupada que podría jurar que tardó bastante tiempo en darse cuenta de que me había ido. Resoplé quedamente; no podía imaginar que sería lo suficientemente importante como para que se dignase a hablar conmigo.

–¡Harry, mi niño! –escuché la voz de mi madre incluso más chillona de lo que recordaba –Te he extrañado tanto, imagínate, tuve que enterarme que estabas de vuelta por tu tía Charlotte, ¿cómo es que ella se ha enterado primero que yo, tu propia madre? –soltó con una fingida indignación, todo actuación, así era ella. Rodé los ojos.

–Lo siento, no tuve tiempo –dije entre dientes. Necesitaba terminar esa conversación de inmediato–. ¿Para qué has llamado? –solté enseguida–. No recuerdo que lo hicieras cuando estaba en Holanda.

–Harry –dijo casi en un susurro, su voz se escuchó un poco rota, sin embargo, al igual que todo en ella, era una simple farsa–. ¿Una madre no puede llamar a su hijo simplemente para hablar? Te he extrañado.

–Por favor, mamá –bufé con un tono molesto, podía soportar muchas cosas, mas las mentiras no eran una de ellas–. Saltémonos la parte en la que finges que te importo. Lleguemos directo al grano, ¿qué quieres?

Cualquiera pensaría mal de mí por hablar con mi madre de aquella manera, no obstante, ser grosero era parte de mi naturaleza. Una cualidad que había desarrollado a lo largo de los años con personas que lo merecen, ella, por ejemplo.

Comenzó a darme un sermón acerca de alguna cosa significante. Dejé de escuchar en el momento en que intentó fallidamente actuar como una madre ofendida. Siguió parloteando por un buen rato, hasta que finalmente se dio por vencida. Terminó diciéndome lo único que me importaba de aquella conversación, su objetivo; ella quería que yo regresara a St. John Neumann. Por primera vez, acepté sin objetar. Aquella sería la oportunidad perfecta para recuperar a Scarlett. Casi podía ver a mi mamá brincar del otro lado del teléfono, únicamente por eso quería retractarme, no obstante no podía desperdiciar aquella coyuntura. Siguió parloteando unos minutos más acerca de que no debía preocuparme de nada, que ella tenía todo arreglado, blah, blah, blah. Terminé colgando con la excusa de tener mucho que hacer antes de regresar a la escuela. Mentiras, sí, mas no podía escuchar por un segundo más la voz de mi madre.

Al día siguiente desperté gracias a mi molesta alarma. Gruñí antes de levantarme. Entré a mi baño para ducharme rápidamente; al salir escogí vestir con algo de mi antigua ropa, no podía llegar a St. Neumann con pantalones rotos o chaquetas de cuero, necesitaba algo más sofisticado, a pesar de que odiaba todas aquellas cosas superficiales, ¿cuál era el propósito de vestir con alguna marca? lo único que pruebas haciendo eso es cuánto puedes pagar, sin embargo, todos se preocupaban por eso, qué marca usas, qué auto conduces, cuánto vale lo que llevas puesto, así era el mundo en este lado de Philadelphia, siendo honestos, era bastante molesto. Terminé eligiendo  unos pantalones ajustados azul marino, una camisa blanca con rayas a juego con el pantalón, combinando esto con  una chaqueta, del mismo color que lo demás. Me di una mirada rápida en el espejo; aquella ropa era más cosmopolita de lo que solía usar,  mas era lo necesario para ir a St. Neumann. Arreglé un poco mi cabello, aunque aún seguía mojado, dejando que mis rizos volaran libremente. Tomé una maleta pequeña en la que guardé un par de lápices, libretas más algunas otras cosas que necesitaría.  Cogí las llaves de casa de mi primo junto con las de mi motocicleta antes de salir de casa. Conduje algunos minutos antes de llegar a St. Neumann. La gente comenzaba a llegar en sus costosos autos, o bien, en las limosinas de sus padres. Reprimí una risa al ver a toda aquella gente falsa, mas recordé que alguna vez yo había sido uno de ellos. En cuanto di un paso dentro de aquella escuela supe que mi tortura estaba por comenzar.

 

Scarlett 

Niall solía decirme cuando estaba en el hospital, que en la escuela todas las miradas solían posarse en mí. Bueno, justo en el momento en que entré a St. Maria Goretti, sentí varios ojos sobre mí, aunque realmente dudaba que fuera por las mismas razones por las que lo hacían antes; podía escucharlos susurrar cosas acerca del accidente, de rehabilitación, entre otras cosas. Me sorprendía lo poco discreta que la gente puede llegar a ser, prácticamente lo estaban gritando en mi cara. Decidida a ignorar cualquier comentario, levanté la cara mirando dignamente al frente, seguí caminando, fingiendo que me importaba un carajo cualquier cosa que estuvieran diciendo. Deambulé por los pasillos de la escuela hasta llegar a la oficina de servicios escolares; se supone que ahí me asignarían un casillero, además de darme mi horario de clases. Aún estaba a algunos metros de la oficina, no obstante podía ver entrar y salir gente de ésta, la mayoría alumnos de primer grado que no tenían idea de qué estaban haciendo aquí. Me hice espacio para entrar a la pequeña oficina, mientras caminaba entre el gentío sentí un empujón que provocó que me desestabilizara. Podía sentirme ya en el suelo cuando unos brazos rodearon mi cintura impidiendo mi caída. ¡Imposible, ese tipo de cosas sólo pasaban en las películas! Abrí los ojos para encontrar aquellos hermosos ojos color esmeralda que me había derretido hace apenas un par de días, los cuales en este momento lo único que provocaban era que quisiera huir. Planté mis pies firmemente en el suelo para poder separarme rápidamente de él; sentí como su agarre se volvía más fuerte sólo para después soltarme sin decir nada. Me di la vuelta para volver a lo que estaba haciendo con antelación. Podía sentir su profunda mirada sobre mí, mas me reusé a mirar atrás, no caería de nuevo.

******************************

Hello! Les dejo por aquí la primera parte del cap 5, espero les guste :) ¡Comenten y voten! juro que es gratis, lol. 
En multimedia les dejo la canción Do or Die de 30 seconds to Mars (el video es hermoso, la canción mucho más profunda que el capítulo, pero me encanta, y tiene mucho que ver con las oportunidades, que es de lo que es el cap) blah blah, i'm sorry, ando sentimental, ah. 

¡Feliz cumpleaños Harry! La diva cumplió 21 :'( My soul is crashing. 

Bueno, eso es todo, gracias por leer y darle una oportunidad a la fic, ¡Las amoooooooo! 

xoxo,
-S.

SPACES |«h.s»|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora