Parte Treinta y tres

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Jimin comenzó a despertarse, sus ojos le pesaban, se sentía muy cansado, estaba acostado en la cama con su mano derecha estirada y la izquierda caía en su cuerpo, intentó mover su mano, pero un dolor se alojó en él.

-Procura no moverla, intenté ponerte el suero en la flexura del codo, pero tus venas están delgadas, así que tuve que ponerlo en la mano. Estarás bien.

-... ¿quién...?

-Intenta no hablar, estás muy cansado, permítele a tu cuerpo recuperarse un poco.

-...Yoon...gi...

La puerta se abrió y Know entró, dejó una bolsa en el escritorio y miró a ambos chicos.

- ¿Cómo está?

-Sobrevivirá. Le puse el suero, en un par de horas se terminará, sigue débil, necesitará al menos otro par para que se recupere en su totalidad, pero creo que ese no es el objetivo ¿No es así?

-No, no lo es, mantenlo débil, veo que ya estás bien instalado.

-Si bueno, necesitaba él un baño, con la ropa que trajo ayer, ya pude bañarlo y pues yo también lo requería, los exámenes comienzan pronto, así que me he dedicado a estudiar.

Know se le acercó a Jimin, tomándolo del rostro y presionando sus mejillas, el pelinegro gimió de dolor, intentando alejar a Jiyong de su cara, intentando usar ambas manos, Jiyong lo soltó, pero solo para darle una bofetada. El pelinegro cerró los ojos y escondió su cara.

-Intenta no tocarme ¿quieres?

Know se alejó de Jimin y el chico estaba sentado frente al escritorio abriendo las bolsas que había traído y empezó a comer. Después con medio bocado, miró a Jiyong y le sonrió.

-Usted siga en lo suyo, yo tengo hambre.

-Creo que nos llevaremos bien.

El chico levanto los hombros y siguió comiendo.

-Te veo mañana.

Jiyong cerró la puerta y salió, a los pocos minutos el chico escuchó el rugir del carro. Suspiró aliviado,

-Creo que deberías comer un poco, tal vez sopa.

Las lágrimas de Jimin bajaban, estaba hecho bolita en la cama, cubriendo su boca con una mano y con la otra estirada. El chico suspiró y se acercó buscando sangre, pero no la halló.

-Se ve que tiene la mano pesada, no tienes sangre, pero si te dejo la mano marcada, deberé tener cuidado también.

-Quiero irme a casa... ayúdame.

-Lo hago, ¿no lo ves? Te estoy cuidando.

-Por favor... sácame de aquí.

-Aún no es tiempo.

-Por favor... ¿Cómo te llamas?

-Seok Jin, o solo Jin.

- ¿Jin?...

A Jimin se le hizo conocido el nombre, pensó dónde lo había escuchado, buscaba una y otra vez en su cabeza.

-Seok Jin. Enfermero, tercer año de medicina, practicas en hospitales y de forma privada.

- ¡Vaya! Sabes mucho de mí. ¿Te has divertido con mi novio?

Jimin sintió mucho miedo, la manera en que Jin cruzaba sus brazos y lo enfrentaba era de temer.

-...No. Yo nunca, no he tenido nada que ver con Nam.

-Sin embargo, se van a casar.

-No. Te juro que no pasará.

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