Jimin se mordió el labio con nerviosismo mientras se desplazaba hasta las gradas. La pista estaba despejada, mientras que los asientos empezaban a llenarse. Hoseok y Taehyung permanecían a sus lados, observando atentos al rubio, como si tuviesen miedo de que en algún momento fuese a desplomarse en el suelo por los nervios.
Divisó a Jungkook y Namjoon sentados en una de las primeras filas, y pensando en Taehyung estuvo a punto de escabullirse de ellos y dirigirse a las últimas filas. Pero entonces el más alto tocó el hombro del azabache, apuntando con la cabeza en dirección a Jimin. Jungkook asintió, antes de levantar la mano, invitándolos a ir hasta ellos.
Jimin se encogió de hombros en dirección a Taehyung, que simplemente asintió, invitándole a seguir caminando.
"¡Hola!" saludó el de prominentes hoyuelos cuando el trío estuvo frente a él "Eres Jimin ¿verdad?" preguntó al rubio, que solo asintió con una pequeña sonrisa "Yoongi me ha hablado mucho de ti." Jungkook le dio un codazo a su amigo, haciéndole saber que estaba revelando demasiada información "Quiero decir, por lo del concurso y eso." se retractó, con una sonrisa nerviosa.
El rubio descubrió que Hoseok no era tan caritativo con Taehyung como él, ya que a la hora se sentarse se las arregló para que Taehyung acabase sentado a uno de los costados de Jungkook.
El peliazul le dedicó una mala mirada acompañada de un "Te voy a matar." cuando pasó por su lado.
Jimin fue incapaz de retener una pequeña risa mientras tomaba asiento junto a Hoseok.
Estaba nervioso. Jodida mierda, ¡claro que lo estaba! La cancha seguía desierta, pero él sentía que Min podía estar en cualquier rincón del estadio, observándolo y sonriendo.
A Jimin no le da mucho tiempo a pensarlo, ya que el equipo contrario aparece entonces en la cancha, con una equipación azul y demasiada energía para su gusto.
Casi se le detiene el corazón cuando Yoongi cruzó la pista seguido del resto del equipo. Con la equipación roja y una banda apartando su flequillo menta Min recorrió la pista bajo una oleada de aplausos.
Park estaba confundido sobre hacia dónde se dirigía, hasta que lo vio caminar frente a él con una pequeña sonrisa.
Se inclinó sobre la barra metálica que separaba la pista de las gradas "Hey." saludó, y aunque los estaba saludando a todos, el rubio sentía su mirada fija únicamente sobre él.
"Hola." le devolvió el saludo, con una sonrisa tímida.
Yoongi pareció buscar algo con la mirada "¿Y mis pancartas?" quiso saber, con una falsa tristeza presente en sus orbes.
El resto de los presentes se abstuvo de responder, no queriendo interferir en el para nada discreto coqueteo de Min.
"No hay pancartas." murmuró Park, mirándolo de forma inocente. Por la mueca afligida del pelimenta tuvo miedo de que de un segundo a otro se pusiese a llorar.
"Malo..." murmuró, puchereando como cada vez que quería conseguir algo de Jimin.
El rubio bufó, con las mejillas sonrojadas. Yoongi sonrió mostrando sus encías antes de dar un pequeño toquecito en la barbilla del menor y desaparecer de nuevo a la cancha.
Jimin se puso rojo hasta el nacimiento de sus cabellos, notando todas las miradas a su alrededor dirigirse a él.
No les culpaba, no era para nada común ver a Min Yoongi haciendo pucheros y toqueteando a un chico. Sobre todo la primera; de la segunda aún podías llegar a ser testigo.
Fijó su vista en el frente, tratando de tranquilizar los latidos de su corazón. Pero entonces el pelimenta se cruzó de nuevo en su visión, chocando sus orbes y dándole un giño sujestivo.
Jimin bufó, apartando los ojos visiblemente sonrojado.
Maldito mamón.
Paro dejó de pensar en la vergüenza que estaba pasando cuando el partido dio comienzo, centrándose únicamente en como Yoongi se deslizaba por la pista. Min es de constitución delgada, y su altura tampoco es la que sueles imaginar cuando piensas en un jugador de baloncesto, pero aún así es el mejor jugador que el rubio ha tenido la dicha se conocer. El equipo contrario está lleno de grandullones que fácilmente podrían romperle un par de huesos al pelimenta con un empujón, pero Yoongi no se deja achantar, y los mira con burla cada vez que consigue arrebatarles el balón. Jimin aguanta la respiración cada vez que su mayor consigue adueñarse del balón naranja, corriendo por la pista y esquivando a todos los jugadores que se cruzan en su camino a la canasta.
Durante todo el partido, y al igual que en todos a los que ha asistido, Jimin permanece en su asiento, apenas comentando alguna cosa de vez en cuando con sus acompañantes. Pero es entonces, cuando Yoongi marca la canasta que les da la victoria, que Park salta de su asiento, sonriendo en grande mientras aplaude. Min lo ve, girándose hacia él y dedicándole una gran sonrisa y un beso volador al que todo el estadio está atento.
El rubio sonrió, con las mejillas ardiendo bajo las miradas de incredulidad de Hoseok y Taehyung. Sus amigos hacen una cantidad increíble de bromas sobre el gesto de Min, pero al rubio solo le importó el momento en que Yoongi se despidió del público, dándole una última mirada antes de correr a los vestuarios.
Yoongi es un descarado. Pero a Jimin le encanta que lo sea. Aunque le avergüence en innumerables ocasiones, si es por el pelimenta Park está dispuesto a pasar vergüenza.
Pasaron apenas viente minutos en los que Hoseok se dedicó a avergonzar a Taehyung delante de Jungkook y colarle también algún que otro comentario a Jimin hasta que "el mejor pianista de Seúl" se paró frente a ellos, con unos vaqueros rasgados y una camiseta negra ancha, con el pelo húmedo cayéndole sobre la frente y la gran bolsa de deporte que lo acompaña en cada partido al hombro. Jimin observa como se coloca los anillos y los pendientes que ha tenido que sacarse para el partido.
"¿Nos vamos?" pronunció, indicándoles la salida con la cabeza.
Jimin todavía estaba avergonzado por lo sucedido durante el partido, por lo que simplemente asintió mientras Min sonreía de forma burlona ante su timidez.Lo mejor de la noche estaba por llegar.
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first love [yoonmin]
FanfictionDonde Jimin está enamorado del baile y de Min Yoongi. ❝ First love. El primer amor. Para Jimin la danza había sido su primer amor. Lo primero que había conquistado su corazón. Para él, la danza lo era todo. Lo único que conseguía hacerlo llorar y...