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Cuando la Señora Lee anunció que el jurado ya había decidido un ganador a Jimin le temblaron las manos. Yoongi lo notó, haciendo círculos con su pulgar sobre los nudillos del rubio. Por más que tratase de tranquilizase Jimin estaba extremadamente nerviosos, y aunque lo disimulaba mejor, Yoongi lo estaba también.

"Tranquilízate." pidió el azabache, dándole una pequeña sonrisa a modo de apoyo "Pase lo que pase, siempre serás mi ganador." le recordó con una sonrisa sincera deslizándose por la comisura de sus labios, mientras Park se mordía el belfo inferior con las orejas rojas.

"Y nuestro ganador o ganadora es..." empezó la Señora Lee, abriendo un sobre blanco que mantenía entre sus manos y despertando a Jimin de su pequeña ensoñación. El rubio contuvo la respiración sin darse cuenta. No quería saberlo. Quería irse a casa y esconderse debajo de sus sábanas hasta que todo pasase. Quería hacerse una pequeña bolita del tamaño de una goma Milán y esconderse en el bolsillo de la chaqueta de Yoongi hasta que todo acabase. 

El silencio llenó la sala durante unos segundos, llena de miradas expectantes de todos los presentes, antes de que la Señora Lee hablase de nuevo.

"Por favor, denle un fuerte aplauso a... ¡Park Jimin!" exclamó, y el mencionado sintió la adrenalina recorrer sus venas a pasos agigantados. Todo aquello parecía un sueño. Lo había conseguido. Lo habían conseguido. Su mente viajó con una gran sonrisa a la primera vez que entró en la sala de ensayo, a cuando vio a Yoongi frente a él. A cuando lo vio tocar y a cuando bailó por primera vez para él.

Se giró hacia el chico con los ojos cristalizados y una gran sonrisa, y antes de que pudiese decir nada, antes de que pudiese darle las gracias, el azabache juntó sus bocas en un beso desesperado. Park agarró los cabellos de su nuca con fuerza cuando las manos contrarias se posaron e su cintura, pegándolo con fuerza a su cuerpo. Se olvidó de todo. Se olvidó de que estaban en público, de que todo el mundo debía de estar mirándolos y de que la Señora Lee estaba esperando a que subiesen al escenario. Todo se volvía insignificante cuando se trataba de besar a Yoongi.

"Lo hicimos." murmuró sonriente cuando se separaron, mirándolo a los ojos con orbes brillantes.

"Lo hicimos." respaldó el pelinegro, antes de agarrar su mano para llevarlo hasta el escenario. El rubio se dejó hacer, permitiéndole al mayor que lo guiase como si de un niño pequeño se tratase.

Recibieron el premio antes de desaparecer del escenario entre gritos y aplausos, mientras Yoongi lo guiaba hasta el camerino.

El pelinegro cerró la puerta tras ellos, lanzándose a su boca mientras el rubio soltaba un jadeo de sorpresa cuando el mayor lo agarró por la parte trasera de los muslos, elevándolo en el aire y obligándolo a enroscar sus piernas en su cintura. Jimin afianzó el agarre en su nuca, mientras Min los llevaba hasta la repisa frente al espejo.

Sentó al rubio allí, quedando en medio de sus piernas mientras seguía besándolo entre risas y jadeos. Park no fue consciente de cuanto tiempo estuvieron besándose, poniendo toda su atención en cómo se sentían los labios del azabache contar los suyos y como sus palmas, que se desliazaban ágilmente por cuerpo, le hacían tener escalofríos.

"¿Jimin? ¿Estáis ahí?" la voz de su madre al otro lado de la puerta lo hizo despegarse del pelinegro, que lo miraba con una ceja alzada. Se bajó de la repisa, recolocándose la ropa y peinándose el pelo antes de responder.

"Sí, mamá. Pasa." habló, viendo a Yoongi abrir mucho los ojos ante la mención de la mujer. Jodida mierda.

La Señora Park hizo su aparición mirándolos con burla y una ceja alzada "Felicidades, cariño." le dijo a su hijo, yendo a abrazarlo.

"Gracias mamá." sonrió el rubio, reparando en la presencia del pelinegro "Mira, mamá. El es Yoongi, mi..." ¿Cómo demonios tenía que llamarle al pelinegro? "Pianista." sí, eso sonaba bien.

La mujer encarnó una ceja "Encantada de conocerte, Yoongi." le tendió una mano al muchacho, que tragó saliva visiblemente nervioso antes de responder.

"Igualmente, Señora Park." sonrió el chico.

"Tus amigos están fuera, Jimin. Te dejo con ellos." habló la mujer, dirigiéndose a la puerta con la mano alzada en forma de despedida.

Hoseok, Namjoon, Seojin, Jungkook y Taehyung entraron poco después entre risas. El castaño se paró de golpe, mirando al pelinegro con una expresión afligida "Qué le pasa a Yoongi, que está más pálido que de costumbre." quiso saber, viendo al nombrado bufar.

"Y que lo digas, parece que ha visto un fantasma." respaldó Jungkook de forma burlona.

"Que os den." reclamó el  azabache "Casi se me sale el corazón cuando la Señora Park llamó a la puerta." un falso escalofrío recorrió su espalda.

"¿¡Qué estabais haciendo!?" exclamó el peliazul, con una mueca de disgusto.

"¡Nada!" respondió Park con las orejas rojas "Solo nos besábamos..." murmuró, bajo la mirada de los cinco chicos.

"No eres el más indicado para hablar, Tae." lo reprendió su hermano, cruzado  de brazos y con una ceja lazada "¿Tengo que recordarte cuando mamá entró a tu habitación y Jungkook estaba literalmente encima de ti?" se burló, viendo a su hermano pequeño sonrojarse furiosamente.

"¡Solo nos besábamos, Seokjin!" exclamó visiblemente avergonzado.

"¡Nosotros también!" se defendió Park, con los ojos abiertos como platos.

"Vaya dos..." resopló Hoseok, viendo a los dos pelinegros cruzar miradas entre ellos y negar con la cabeza.

"Ay, Namjoonie..." suspiró Seokjin, mientras el resto de los presentes desviaban la vista hacia el dúo "Solo faltamos nosotros..." le guiñó un ojo, mientras el contrario se rascaba la nuca con nerviosismo.

"Me retiro." afirmó Jung dramáticamente, saliendo de la sala.

El resto de los presentes, todos menos Jimin y Yoongi, terminaron por salir tras él. El pelinegro fue el primero en hablar cuando estuvieron solos

"Entonces... ¿Por dónde íbamos?" quiso saber, posando de nuevo sus manos en la cintura contraria y acercándose a su boca.

Jimin posó su índice sobre los labios contrarios viendo al chico pucherear "Ni lo sueñes, Min. Ve a cambiarte." ordenó, señalándole la salida.

El pelinegro se resistió un poco, comportándose como un niño hasta que por fin acató la orden.

El rubio de deshizo de su ropa, todavía sonriendo y con las mejillas rojas. Estaba feliz. Muy feliz. Nadie iba a quitarle eso.

first love [yoonmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora