first love [yoonmin]

17

"Ven, necesitas un descanso." le dijo, agarrándolo por los hombros y llevándolo fuera de la pista.

Estaban a apenas una semana y media del concurso, y Jimin había practicado ya tantas veces la dichosa coreografía que Min podía asegurar que era capaz de realizarla de forma absolutamente impecable con los ojos cerrados. Pero aún así, Park se empeñaba en seguir practicando sin descanso, haciendo caso omiso de los reclamos del pelimenta. Si seguía así lo único que iba a conseguir era lesionarse.

"No lo necesito, estoy bien." replicó Jimin, haciendo el amago de volver al centro de la sala.

Yoongi chasqueó la lengua y agarrándolo de la cintura, subiéndoselo al hombro mientas oía los reclamos del rubio.

"¡Yoongi! ¡Yoongi, bájame! ¡Hyung!" suplicaba, golpeando su espalda con sus puños.

El pelimenta rió, dejándolo por fin en el suelo, en la silla que había colocado junto al taburete del piano.

"¡Eres imbécil!" exclamó, poniéndose de pie para golpear su pecho repetidamente.

Min se carcajeó, agarrándole las manos para que dejase de golpearlo "Vamos, Minnie. No seas así." pidió, con un falso puchero mientras tarataba de reprimir una risa.

El rubio le sacó la lengua de forma infantil, mientras el pelimenta lo observaba con el labio inferior entre los dientes.

"Eres tan adorable cuando te enfadas..." murmuró el mayor, restregando su nariz sobre la mejilla contraria, como un pequeño gatito mimoso.

Jimin permaneció estático "I-Imbécil." masculló, y el pelimenta soltó una risa. En aquellos meses había descubierto que al pelimenta le encantaba ponerlo nervioso, sobre todo usando el contacto físico. Y había aprendido también que, por mucho que pasase el tiempo, seguía consiguiendo su objetivo cada puta vez que lo intentaba.

El mayor volvió a quedar frente a él, mirando sus labios y masajeando su cintura. Otra vez estaban en la misma situación. Con Yoongi a punto de besarlo. El rubio aún recuerda como se sentía la última vez, aún recuerda el aliento del contrario chocando con su piel.

Y otra vez los interrumpieron. Alguien tocó a la puerta tras ellos, rompiendo el mágico ambiente que habían creado. Min bufó, apretando la mandíbula mientras soltaba un gran suspiro. Esa puta sala estaba en su contra. Había saboteado sus intentos de besar al adorable rubio ya dos veces, y la persona que estaba tras la puerta en esa ocasión iba a pagárselas. De eso Min estaba seguro.Park se separó, yendo a abrir la puerta a quien había tocado con las rodillas todavía temblando. Yoongi sonrió altanero al ver su notable nerviosismo.

Tan bonito.

Su sonrisa duró poco, desapareciendo al momento en que Lee Taemin apareció en su campo de visión. Lo que le faltaba.

"¡Hyung! ¡Hola!" exclamó el rubio, con una gran sonrisa mientras abrazaba al chico "¿Qué haces aquí?" quiso saber, todavía visiblemente feliz.

"He venido a ver a la Señora Lee y me ha dicho que estabas aquí y no me he podido resistir a venir." contestó el mayor, y Yoongi apretó la mandíbula, moviéndose al taburete del piano.

"Pasa, pasa." pidió el rubio, haciéndose a un lado para dejar pasar al chico.

El mayor obedeció, acariciando el hombro de Park cuando pasó a su lado. Fijó sus ojos entonces en el pelimenta, sonriendo con sorna.

Puto falso.

"Hola, Min." saludó con falso entusiasmo, y Yoongi reprimió un bufido.

"Hola." contestó, sin ni siquiera mirarlo.

"La Señora Lee no mencionó que tú eras el músico de Minnie." relató, y Yoongi inhaló fuertemente ante el apodo.

"Pues sorpresa." se encogió de hombros, con un tono burlesco y una sonrisa falsa.

Jimin notó la tensión en el ambiente y quiso desaparecer. No era un secreto que, cuando Taemin todavía estudiaba en el instituto, él y Yoongi no eran precisamente grandes amigos. Siempre hubo una rivalidad histórica entre ellos, Jimin nunca supo por qué, pero el poco aprecio que se tenían entre ellos no pasaba desapercibido para nadie. Taemin trataba de disimularlo, Yoongi ni siquiera lo intentaba.

Como si el destino estuviese dispuesto a hacerle las cosas más fáciles ese día, su teléfono sonó. Park se disculpó, saliendo de la sala aliviado.

"Ya estamos solos, puedes dejar de fingir." Yoongi fue el primero en hablar cuando el rubio salió de la sala.

"¿Fingir el qué?" Taemin quiso hacerse el inocente, y Min solo rodó los ojos "Creo que el único que finge aquí es Jimin. Debe ser difícil hacer como si tuviese interés en ti." lo provocó, y Yoongi apretó los puños, tratando de controlarse.

"No tienes ni puta idea sobre mi relación con Jimin." espetó, girándose a encararlo.

Lee rio "He de decir que a Jimin le sale mejor que a Soljin. Me pregunto cuanto tardará en hacer los mismo que ella y saltar a mis brazos." le dijo, con una ceja alzada.

El pelimenta sintió la ira apoderarse de él. Taemin no tenía absolutamente ningún derecho a hablar así de Jimin.

"Eres un maldito hijo de puta." espetó, abalanzándose sobre él.

Jimin apareció de nuevo en la sala, abriendo mucho los ojos ante lo que veía "¡Yoongi! ¡Yoongi, para!" exclamó, al ver al pelimenta golpear el pómulo del otro chico.

Pero Yoongi no se detuvo, sintió sus ojos cristalizarse mientras seguía golpeando al chico.

Park consiguió separarlo del mayor después de un gran forcejeo, tirándose al suelo para observar el rostro del mayor.

"¿¡Qué demonios te pasa!?" exclamó, viendo al pelimenta de pie, aturdido mientras el rubio acariciaba la mejilla de Taemin con preocupación.

Yoongi encajó las piezas entonces ¿Cómo no se había dado cuenta antes? Jimin estaba colado por Taemin. Había sido tan estúpido de no darse cuenta de que la historia se repetía otra vez. Primero Soljin y ahora Jimin ¿Cuántos amores más iba a arrebatarle Taemin?

"Ya lo entiendo." masculló, mirándolo con ojos duros. Recogió su mochila del suelo "Quédate con él, no molesto más. Adiós, Jimin." se despidió, y el nombrado sintió un gran nudo en la garganta ¿Dónde estaba sus apodos cariñosos?

El rubio lo vio desaparecer de la sala, mientras sentía sus ojos cristalizarse. Taemin le tocó el hombro, en señal de apoyo. Jimin le dio una pequeña sonrisa antes de levantarse del suelo.

"Será mejor que te vayas." murmuró.

Jimin volvió a casa en autobús esa tarde después de meses. Y lloró. Lloró como nunca cuando estuvo en la soledad de su habitación. Su teléfono sonó.

tete: kook se acaba de ir porque min lo ha llamado llorando, qué ha pasado????

Jimin sorbió por la nariz.

Que la había cagado. Eso había pasado.