|PRÓLOGO|

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Las gotas de agua caen con furor, la lluvia no cesa al igual que los rayos

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Las gotas de agua caen con furor, la lluvia no cesa al igual que los rayos. La tormenta estaba empeorando. Pareciera que en cualquier momento la tierra se destruiría, llevándose con ella a todos los seres que la habitan.

O al menos, así pensaba...

—¿No me invitas una copa?

Aquel hombre dejó de mirar por el gran ventanal y, observó a la mujer que reposaba sobre el sillón de sus oficina. El la miró fríamente y se acercó hasta su escritorio, sentándose en su habitual puesto.

La mujer al percibir su actitud hosca, soltó un suspiro de cansancio. Se levantó del cómodo sillón y, caminó hasta quedar frente a él, con solo el escritorio de por medio.

—¿A qué has venido?—Le interrogó, con un tinte de enfado en la voz.

Ella ya acostumbrada a su humor, se encogió de hombros, mientras jugueteaba con unas llaves en su mano.

—Nuestro viaje en Alemania, ya acabó.

—¿Y quién autorizó que podían regresar?—replicó con la mandíbula tensa—. En lugar de estar aquí pidiendo una copa, deberías estar allá buscando lo que te ordené—Soltó amenazante.

—Ya hemos buscado durante mucho tiempo y nunca la conseguimos—manifiesta mirándolo con cansancio— ¿No crees que es suficiente?—repitió como muchas veces lo había hecho.

El hombre molesto golpeó con las palmas de sus manos, la superficie de del escritorio. La mujer se sobresaltó, ella sabía que cuando el se enfadaba podía ser el peor de los monstruos. El rodeó el escritorio acercándose rápidamente hasta ella, quedando a escasos centímetros de su rostro.

—No. No es suficiente y no me cansaré de buscarla así sea hasta debajo de las rocas—siseó—. Por lo tanto, regresarás a Alemania y buscarás en sus alrededores ¿Entendido?

Ella lo miró con temor, tenía miedo de que usara sus poderes contra ella. Ya una vez lo había hecho y no quería que aquello se repitiera. A él le encantaba que le temieran y al verla a ella así, le causaba una gran satisfacción.

—No es necesario que la busquen—Se escuchó una tercera voz.

El hombre dirigió su mirada a la chica que los miraba desde la puerta. Se veía más pálida de lo normal, muy pocas veces ella salía de sus habitación, pero esa mañana en particular había visto algo y debía comunicárselo a el. Para que de esa manera no siguiera presionando a su hermana, a buscar a esa persona.

—¿Qué has visto?—Fue al punto. Se alejó de la otra mujer y miró a la chica directamente a los ojos.

Ella lo miró de manera neutral, aunque por dentro estaba muy nerviosa, sin embargo, no lo demostró y mantuvo su mirada en el.

—Solo puedo decirte que... ella llegará sola a ustedes.

A él no le convencían esas palabras, quería saber dónde se encontraba y, buscarla el mismo de una vez por todas para arrebatarle sus poderes. No quería esperar más, tenía que ser ya, debía prepararse para lo que se aproximaba.

El tenía suficiente poder para derrotarlos a todos, excepto a una persona, ansiaba tener mucho más y lograr su principal objetivo.

Levantó la mano susurrando unas palabras al aire, seguidamente la chica se elevó sobre sus pies y llevó sus manos al cuello, al no poder respirar.

—¡No le hagas daño, déjala!—Le gritó la mujer, que hasta el momento permanecía callada.

Pero eso solo causó que el levantara su otra mano y las llaves que tenía segundos antes, fuera directo a su garganta, no sin lastimarla más de lo necesario.

El la ignoro completamente y siguió mirando a la chica, se acercó hasta ella y observó que su piel se estaba tornando morada. No le preocupó en lo absoluto, igual no podía morir tan fácilmente.

—Dime donde está—demandó, sin mostrar gesto alguno.

—No... puedo—respondió con dificultad.

El se estaba impacientando, sabía que por más que la presionará o tortura, no iba a soltar palabra alguna. Ella nunca debía decir nada de lo que viera, porque al hacerlo podría ser peligroso y habría graves consecuencias. Y al estar haciéndolo ahora, estaba corriendo peligro.

—¿Cuándo ocurrirá?—Quiso saber, mirando como estaba a instantes de desvanecerse.

—Pro...pronto—susurró cayendo al suelo. Su hermana corrió hasta ella, asegurándose de que estuviera bien.

Pronto llegaría a el.

Pronto tendrá un nuevo poder.

Pronto llegaría ese día.

Y a la Diosa Nin, podrá derrotar.

¿O tal vez, no sea así?

N/A: Bienvenid@s todos a esta nueva historia

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N/A: Bienvenid@s todos a esta nueva historia. Es la primera que escribo de fantasía y la segunda que escribo en general, así que puede contener muchos errores que más adelante voy a editar.

Espero que les guste esta historia tanto como a mi, la verdad es que me emociona mucho que la lean.

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¡Besos! Hermosos bombones.

DANIN [El Comienzo] #1✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora