|CAPITULO 11|

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Evony.

Miro a mi alrededor preguntándome dónde mierda estoy. Salgo de entre unos arbustos directo a un sendero, el cual no tiene salida. Doy media vuelta dándome cuenta que de este lado tampoco hay por donde salir. El frío se cuela en mis huesos y no dejo de temblar. La espesa neblina acapara más el lugar cubriendo los árboles, al igual que el cielo gris.

Lo único que puedo ver, son esas proyecciones que ya he vivido.

A mí en una cena con mi tía, la llamada que tuve con Hollie, la discusión que tuve con Elsa. Sigo mirando más allá topándome con otras escenas. Una pelirroja recurriendo a mi, hablar durante horas, aceptar ir con ella y luego el accidente al salir de la ciudad.

Miro a mi izquierda hallando una daga flotando en el aire. Estiro mi mano intentando tomarla, cuando las puntas de mis dedos la tocan ella desaparece, dando paso a otra escena. Soy yo saliendo de una bañera a un baño desconocido, sigo una delgada línea brillante que conecta con otro recuerdo. Las personas de la organización tomándome y Eric inyectando algo en mi cuello.

Cierro mis ojos aturdida y abrumada por los recuerdos.

Los abro encontrando a una pelirroja frente a mi con una mano extendida en mi dirección. Sherlyn.

Ven conmigo Evony.

Tomo asiento sobre la cama con los ojos abiertos de par en par y la respiración agitada. Ahora lo entiendo. Durante todo este tiempo estuve andando a ciegas. No recordaba absolutamente nada de lo que pasó después de la cena. Alguien bloqueó mis recuerdos. Solo que no sé quién pudo haber sido. Pero el principal del cuál sospecho, es Eric.

La puerta de mi habitación se abre dando paso a... joder, debo preguntar su nombre. El levanta la mirada de una botella de agua y lo que parecen ser unas Aspirinas. Acercándose a mi, lo observo con sospecha. Ahora sé que no debo confiar en nadie. Y lo más importante, fingir que sigo sin recordar algo.

—¿Que ocurrió?—Llevo una mano a mi cabeza, fingiendo que me duele.

—Eso te iba a preguntar—masculla. Bajo la mano a mi regazo, mirándolo confundida—. Te encontré desmayada al final de las escaleras, creí que habías caído por ellas y te traje hasta aquí.

Asiento preguntándome cómo llegué hasta ahí.

—Ten.—Extiende las aspirinas hacia mi—. No sé cómo es tu fisiología, pero se me ocurrió traerte unos analgésicos por si tenías algún tipo de dolor.

Tomo lo que me da con desconfianza, no pienso tomarlas. De igual manera no me duele nada, así que dudo mucho que haya caído por las escaleras.

¿Será que él es el lobo de Daysha?

—¿Cuál es tu nombre?—Le pregunto y lo veo alzar una ceja.

—¿Por qué quieres saberlo—interroga con una pizca de desconfianza en su voz. Bueno, ya somos dos.

—Ya son varias veces que nos encontramos por casualidad—digo. Aunque ahora sí empiezo a dudar que fué por casualidad—, y nunca he preguntado cuál es tu nombre.

Él parece tragarse el cuento y asiente de acuerdo.

—Soy Connor—comunica con la voz áspera.

—Y yo soy...

—Evony. Lo sé—me corta en un segundo—¿Que estaba haciendo en el sótano?

Su pregunta capta del todo mi atención. Levanto mis ojos a los suyos cuestionando porqué quiere saberlo. Pero es más que obvio que es el lobo del cuál habla Daysha. Lo acabo de confirmar. Acaso ¿Tiene una relación con ella? Tal vez me estoy equivocando, pero son muchas cosas. Empezando del porqué la pelinegra vive en el sótano.

DANIN [El Comienzo] #1✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora