Capítulo veintiuno.

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CODY NEILL.

Luego de mucho tiempo, un clima cálido y agradable envuelve mi cuerpo. Luzco una remera sin magas de color rojo, junto con un pantalón de mezclilla color jean. Tiene roturas enormes en las rodillas, pero a mis ojos se ve bien.

Me paso las manos por el cabello, despeinándolo más que antes. Debo ir a la peluquería, pero cada que voy termino arrepentido de haber dejado que una persona extraña meta sus tijeras en él.

Muevo mi pierna con nerviosismo. Desde la mañana, he recibido miradas amenazantes de parte de Norris, como en este momento que está apoyado contra la pared de la entrada junto a Bell. Ayer, yo mismo me sorprendí de mi reacción, pero ahora que puedo pensar en fresco, no estoy seguro de querer meterme con él.

—¡Cody! —Alina envuelve mi cuello en uno de sus abrazos fuertes. Cierro los ojos al momento de pasar mis brazos por su espalda.

—Te extrañé —admito—. ¿Cómo te fue?

—El examen de arte me resultó un poco difícil. Pero el profesor dijo que no me preocupara, que valorará el esfuerzo y detalles —se encoje de hombros.

Caminamos hacia mi motocicleta, pasando junto a la pareja tóxica del instituto. Tomo valentía y ante su mirada penetrante, dirijo mi rostro hacia él.

—¿Se te perdió algo? —Pregunto, llamando la atención de ambas chicas.

Su risa de superioridad, me hace querer patear su cara. Sin embargo, el brazo de Alina tomando el mío, me hace caer a la realidad. Todo lo contrario a Bell, quién mira la escena cabizbaja. Sin saber que decir.

—¿Tú qué crees? —Camina unos pasos hacia mi.

—No sé, dímelo tú —desafío.

—Cody, vámonos —Alina habla, con firmeza—. Tienes cosas más importantes que hacer.

Alina y Bell se miran a los ojos, pero no aparentan tener ganas de discutir.

—Estás avisado —Norris amenaza a medida que me alejo de él.

—¡Ven aquí y dímelo de frente! —Vuelvo a contraatacar—.Te crees muy malo amenazándome por mensaje privado, porque pensaste que me iba a dar miedo. Para tu sorpresa, me da risa. Porque mientras tú estás pensando en mí, buscando mi número y enviándome mensajes, yo estoy pasando tiempo con mi chica. Algo que tú ni siquiera puedes complacer.

—¡Cody! —Alina grita.

El puño de Norris estampa contra mi rostro, provocando que mi cuerpo vaya hacia atrás y accidentalmente, mi motocicleta caiga al suelo gracias al impacto que tuvo mi cuerpo. Con dificultad logré estabilizarme, aún aturdido, y lo miré sin saber cual era mi expresión. Lo tomé del cuello de su camisa y en menos de un segundo terminó en el suelo, con dos puñetazos en su "atractivo" rostro.

—¡Paren, ya! ¡Norris! —Sin embargo, por más que Bell se empeñe en gritar cada vez más fuerte y haga de su voz chillona algo irritable, logro volver a golpear su rostro.

Saboreo en mi boca el sabor a hierro. Sangre, producto de su golpe. Pero es el único que ha logrado dar, mientras que yo he hecho que se trague sus propias palabras.

—¿Estás bien? —Alina toma mi rostro por un segundo—. ¡Aleja al imbécil de tu novio de una vez! —Grita hacia Bell.

Con su brazos envuelve a Norris, quién me mira furioso.

—Bájame el tono de voz —Bell mira a Alina, pero luego me mira a mi. Como si esperase que dijera algo.

—Ojalá puedas decirle lo mismo a él —Alina prosigue, pero aprieto su mano para que se detenga—. Vamos.

10 razones, Bell.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora