Capítulo cuatro.

566 182 211
                                    

CODY NEILL.

     Las clases en el instituto, luego de las dos primeras horas, comienzan a pesar. El profesor de historia ya no hace ni un mínimo esfuerzo en remontar la clase, más bien se detiene en alumnos al azar, preguntando cosas que pocos de nosotros somos capaces de responder. 

     Nadie en este salón es capaz de hablar o de mirar sus móviles. Todos están intentando esconderse del profesor para evitar que éste los señale con su ronca voz, para hacerles una pregunta que, de alguna  manera, sentimos que nos humillará. Río al ver como Tyler baja la cabeza, ya que frente a sí tiene a Dylan, un chico que literalmente, mide dos metros. 

     En la esquina derecha está Bell, quién ha llegado con retraso y por tanto solo ha alcanzado un asiento libre, el cual no es el habitual. Desde lejos puedo visualizar su rostro serio y su cabello amarrado en una coleta. Podría jurar que no se ha peinado hoy, y no es porque le quede mal, de hecho para mí todo le luce perfecto, solo que ella es muy de arreglarse para venir y hace días vengo notando que no lo está haciendo como antes. 

—Joven, Neill —lastimosamente para él, no puedo contestar a su pregunta ya que la campana de finalización de clase, ha sonado—. Espero su respuesta para la próxima clase. 

     Su advertencia no me asusta. Normalmente no se acuerda de las cosas que damos en clases anteriores, por la cantidad de grupos que tiene aquí dentro. Por tanto, su pregunta no es algo que me asuste. 

—¿Podemos hablar? —Veo a Bell, pero también hay otra persona que pregunta por mí. 

—¿Tú eres Cody? —Una chica de cabello rubio se acerca a mí. Sus ojos color avellana parecen amarillos y no puedo evitar no mirarlos con interés. Jamás la había visto antes y no dudo que sea una chica nueva. A mitad de año, es habitual que muchos estudiantes lleguen. 

—Sí, si puedes esperarme un momento —hago seña a que debo hablar con Bell, pero esta enseguida niega. 

—No, no se preocupen. Luego te marco —esto último lo dice apenas en un susurro. 

     La observo retirarse del salón junto con Tyler atrás. Eso ha sido muy extraño. 

—¿Entonces, sí eres Cody? —Su pregunta me hace volver a la realidad. 

—Oh, si. Si... lo siento. ¿En que puedo ayudarte? —Muestra una planilla de horarios.

—Me toca el salón de arte y no sé como llegar. 

     Casi pregunto por qué de todos los estudiantes que hay aquí, me ha preguntado a mí. Pero luego siento que ha sido por gusto y de alguna manera, me siento halagado por ello. No me toca arte, pero si se como llegar. 

—Te acompaño, si quieres. 

     Con su sonrisa, accede. Camino con ella, observando como muchos chicos voltean a verla. Efectivamente es la chica nueva y normalmente, siempre miramos a los alumnos nuevos. Pero precisamente ella, a la que todavía no conozco su nombre, es una persona realmente atractiva. 

—Soy Alina —se presenta, sin necesidad que le pregunte. 

—¡Wow,! Que lindo nombre tienes —ríe ante mi sorpresa. Pero es verdad, es un nombre hermoso y a mi parecer, original—. ¿De dónde eres?

—De aquí mismo, pero he tenido algunos problemas en mi antiguo instituto así que con mis padres decidimos probar con este —asiento con lentitud. 

—¿Qué clase de problemas? —Achino los ojos. No parece ser una persona conflictiva, aunque en efecto, todos podemos tener caretas para mostrar al exterior. 

10 razones, Bell.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora