Las semanas pasaron como el aleteo de un colibrí, llegando al punto que los chicos ya habían podido ingresar a la universidad que tanto anhelaban.
Ya llevaban unos días acostumbrándose al nuevo entorno, compañeros y profesores.
Desgraciadamente, todos estaban en clases diferentes y casi nunca les tocaba la misma materia; sin embargo, siempre se la pasaban juntos en el recreo.
Pero hoy iba a ser una excepción.
El de cabellos rojos se hallaba practicando tranquilamente en la sala de música, sólo.
Casi nadie iba a esa pequeña habitación en hora de receso, y Mo aprovechaba esto para mostrar una parte de sí que no se la había enseñado a nadie más que a su madre.
Comenzó a tocar delicadamente esa guitarra roja grabada con su nombre que el azabache le había podido regalar en su momento.
Cada nota que tocaba producía una dulce melodía, tan exquisita para los oídos del bermejo.
Su corazón se llenaba de diversas emociones al recordar la letra de aquella canción que tenia en mente que simplemente le agradaba, o tal vez le hacía recordar a alguien.[...]
She said, "Baby, I'm afraid to fall in love
'Cause what if it's not reciprocated?"
I told her, "Don't rush girl, don't you rush
Guess it's all a game of patience"She said, "What if I dive deep?
Will you come in after me?
Would you share your flaws with me? Let me know"
I told her, "Thinking is all wrong
Love will happen when it wants
I know it hurts sometimes, but don't let it go"'Cause I want you
I want you
I want, I want you
'Cause I want you
I want you
I want, I want you."[...]
La grave, pero armoniosa voz de Shan, combinaba perfectamente con la composición.
Al terminar de cantar esa pequeña parte de la canción, dejó la guitarra a un lado y se dispuso a guardarla en su estuche.
Tan pronto como se paró del asiento, la puerta del salón de música se abrió minuciosamente. — Joder... Pensé que le puse seguro — pensó, mientras se daba la vuelta para ver a quién cruzaba.
Grande fue su sorpresa al darse cuenta que se trataba de...
Dios, no tiene sentido dar intriga si todo el mundo ya sabe quién es.
— ¿¡Y tú qué carajos haces aquí?! — irritado por la no tan agradable sorpresa.
— ¿Porqué tan molesto? ¿Acaso no puedo venir a verte? — bufoneó el azabache. Estaba apoyado delante de la puerta como todo un vagabundo.
— ¿Cómo sabías que estaba aquí? — interrogó al mayor, cruzándose de brazos.
— Jian Yi me dijo que podías estar aquí, y tenía razón.
— ¿¡Ah?! — indignado. — ¿¡Qué sabe ese fideo seco!?
— Dijo que el siempre te ve escabulléndote al salón de música — respondió. — Oye, ¿cómo eres tan rápido con los insultos?
— Cállate, rata holgazán.
— Auch...La charla inútil hizo que Mo olvidará que hace unos momentos estuvo ensayando, y el mayor estaba a su delante.
Él no quería que He Tian se enterará, sería muy vergonzoso.
— Me encargaré de ese bribón más tarde — se voltea, tratando de cubrir la guitarra con su cuerpo.
Tian nota la extraña actitud del contrario, tratando de alcanzarlo.
— ¿Qué escondes, pequeño Mo? — preguntó con curiosidad.
— ¡Nada! — nervioso. Terminó de guardar la guitarra y se dió la vuelta para distraer al moreno. — ¿Vamos afuera? Hace mucho calor aquí — fingiendo.
— Claro... Vamos — siguiéndole la corriente.Mo Guan Shan creía que se había liberado del bochornoso momento que hubiera pasado si no echaba al ojigris de ahí.
— Qué bueno que entró después de que terminé...— pensó.
Mientras tanto, en los pensamientos del demonio viviente, se repetía el agraciado recuerdo del menor.
La charla de sus labios, tan suave como la brisa de verano; el canto un poco ronco, pero aun así, tierno.
Quizás le mencioné de este pequeño suceso en el futuro para provocar esa temible pero adorable reacción en él, pero por ahora...
Se guardaría este recuerdo para sí mismo.
Continuará...
ESTÁS LEYENDO
Diariamente.
FanfictionLa vida diaria de cuatro chicos universitarios, centrándose específicamente en la pareja: He Tian y Mo Guan Shan. _______________________ㅤ•ㅤ_______________________ - Capítulos cortos / no tan largos. - Si hay alguna advertencia, la pondré al princip...