Huida

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¡Advertencia!

Hay una leve mención de contenido adulto, si te sientes incómodo con este tipo de redacción o eres menor de 13 años, léelo bajo tu propia responsabilidad.

Con esto por delante, comencémos.

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Sus ojos hablaban por si solos, algo estaba pasando entre ellos.

Quizás podría ser la imaginación del lívido, pero no sería de pura coincidencia que el castaño también pensará lo mismo, y se lo dijera a espaldas de esos dos, preocupado pero no demasiado.

A decir verdad, han estado actuando diferente a lo usual.

No muchos notarían esa diferencia, si no son tan cercanos como Jian Yi y Zhan Zheng Xi a ellos, pero ahí está, dando vueltas por el aire denso que se respira en el espacio cerrado.

Normalmente acostumbrarías verlos pegados uno a otro, como dos imanes; mostrando afecto con intentos ambiguos de coqueteo que resultan triunfantes, esto por parte de He Tian; sin poder quitarle la vista al otro ni para pestañear... y mil ejemplos más.

Y es tan molesto ver eso todos los días.
Consíganse un cuarto, por favor.

Pero extrañamente hoy, eso ha cambiado de una manera drástica.

¿A dónde se fueron esas tiernas miradas y pequeños toques significativos de la pareja?

Ha sido todo reemplazado por silencios incómodos y miradas pérdidas por ambos lados. Casi se puede saborear la tensión que se ha acumulado en la habitación por culpa de ambos, tan amargo.

¿Acaso se habían peleado? ¿Pero por qué? ¿He Tian había hecho algo malo o el pelirrojo sólo estaba frunciendo el ceño más de lo usual?

Solo hay una manera de averiguarlo.

Pss... Mo Guan Shan —llamó la atención del mayor, tratando de mantenerse silencioso y no despertar alguna alerta del mayor.

El mencionado volteó. —¿Qué? —escupió, desinteresado.

—¿Qué está pasando entre tu y He Tian?

Bueno, un poco de tacto, Jian Yi. Por favor.

—¿Qué mierda esta pasando? —repitió la pregunta del menor con un tono más irritado—. Deja de hurgar tu nariz de perro en dónde no te llaman.

Una respuesta muy interesante, justo lo que buscaba el rubio.

El pelirrojo no había negado nada, lo que le daba a entender que sus suposiciones estaba en lo cierto: Él y Tian estában peleados.

No hay nada de qué sorprenderse, en algún momento se sabía que iba a pasar; y eso no quiere decir que sea el fin de la relación, no hay que ser exagerados.

Ahora, la cuestión es la siguiente:
¿Porqué?

—¿Porqué qué? —Mo Guan Shan alzó una ceja.

Los nervios de Jian Yi se sobrextendieron. —No, no, nada —cruzó los brazos y negó continuamente con la cabeza. Eso estuvo cerca.

[ • • • ]

Si no pudo obtener una respuesta del pelirrojo que no sea algún insulto o amenaza, sólo le quedaba acudir a una persona más.

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