Trabajo

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"No quiero que le prestes atención a nadie más que a mí.

Y ya se que es egoísta, pero...

Por ti no tengo límites para absolutamente nada."

...

Finalmente había llegado el fin de semana. Todo ese estrés acumulado por tareas y proyectos que los profesores lanzaban como proyectil habían había concluido.

«¡Yawn!»

Bostezaba con fuerza el de tez blanca, apoyando todo su cuerpo fuera de energía en el de su amigo. — Zhan XiXi, estoy tan cansado! — sé quejó.
— Idiota, párate derecho — tratando de mantener a Jian Yi correctamente posicionado.
— ¡No quiero! ¿Porqué mejor no me llevas? — sugirió amistoso.
— Estás loco — apartó la cabeza del menor de sí mismo.
La inherente acción de Zhan Zheng Xi despertó el ánimo de quién la recibió, ocasionando que se le tirará encima al castaño claro. Una batalla por pegarsele y quitarselo de encima se desencadenó entre los dos.

...Boo.

— ¡Wah! — Jian Yi cayó al piso por el pequeño susto que recibió de parte del moreno.
Zhan XiXi lo ayudó a pararse mostrando una cara de "¿Estás bien?" fácil de leer. — Mierda, eres una bestia — dijo el afectado con molestia.
— ¿Porqué no nos avisaron que se iban? - preguntó con picardía.
— Creí que querías estar con el pelirrojo a solas — aconteció.
Cállate — el mencionado apareció repentinamente detrás de él, pellizcándolo en el brazo.

Por segunda vez se sobresaltó, pero no por el susto; sino, por el pinchazo. — ¡Auch! — sobándose en el área adolorida.
— Tienes razón, creo que me me llevaré al pequeño Mo conmigo — acercándose a él.
— No... tengo que ir al trabajo — moviéndose a un lado.
— No hay problema, te acompañaré hasta que termine tu turno — volviendo a acercarse sonriente.
Solo no estorbes -—amenazó. Cruzó miradas con el ojigris por unos segundos pero avergonzado, la apartó.

El par siguió caminando de largo, dejando a un lado a Jian Yi y Zhan Zheng Xi, quienes ya estaban cansados de presenciar los excesivamente empalagosos momentos que compartían el pelirrojo y el azabache.

Ese pelirrojo... ¿Cuando se dará cuenta de lo que siente? — preguntaba enfático.
— Es mejor no opinar sobre su relación — suscitó.

Pero Jian Yi no es de esas personas que se rinde fácilmente por un pensamiento sustentable.
Sabía que su amigo babeaba por Guan Shan a un punto enfermizo, inclusive para él.
Quería ayudarlo a pasar de esa zona entre los dos, pero no sabía cómo.

Claro que no va a saber, si ni siquiera puede sobrepasarla con Zhan Zheng Xi.

— ¿Que tanto piensas?
— N-Nada. Tienes razón, hay que dejarlos ser — arrebatado.

...

Particularmente, hoy no era un día acalorado, por más que sea verano, pero él sol resplandecía igual que siempre. La brisa soplaba y se llevaba las hojas que caían de los árboles. Era un paisaje agradable para el más alto.

El inexperto pero sincero corazón de He Tian no podía aguantar más el remordimiento de no poder expresarse correctamente.

Ya falta poco, espera unos días más.

Entraron al minimarket saludando a la tía, dejando sus bolsos a un lado del otro. — Pequeño Mo, te ayudaré para irnos mas rápido — ofreció.
Guan Shan lo juzgó con la mirada esperando que lo haya dicho de broma. — No, te dije que no estorbes en mi trabajo.
— No seas tan cruel — cantó. — Prometo que lo haré bien — garantizó, seguro de sí mismo.
— Si lo haces mal, te juro que no te dejaré ir — amenazó.

Con eso, se refería a que no lo dejaría escapar si cometía algún error, pero He Tian se lo tomó literalmente.

Oh, claro que no podrás.

— ¿Dijiste algo?
No, nada.

...

La tarde pasó volando como las golondrinas en el poema de Becker; y pese a las torpes acciones de He Tian con la comida, pudo ayudar de alguna forma, apaciguando al pelirrojo.

Solo quedaba media hora para que el trabajo de medio tiempo de Shan terminará, pero, solidariamente, la tía lo dejo retirarse temprano solo por ese día. Mo se lo agradecido con plenitud, al igual que He Tian, pues le estaba haciendo un gran favor. Finalmente, cobró la paga de ese día y salió despidiéndose, apegado al mayor.

— Te dije que lo haría bien — enorgullecido de sus propias habilidades.

«Pfff»

Mo lo miraba con incredulidad, conteniendose a soltar un carcajada.

— Eres literalmente la persona que peor maneja los alimentos que conozco — riéndose minucioso.

Su tierna risilla era algo melifluo para los oídos de He Tian. Podía quedarse escuchándola por el resto de su insignificante vida, dándole sentido.

¿Quién te diseño con tanta pasión?
Me gustaría agradecérselo.

Podría gastar toda mi energía admirandote con la llama que arde dentro de mi pecho.

¿Cuánto más debo callar el discurso que vislumbra mi imagen en el espejo?

Si tan solo pudiera...

— Oye — interrumpió sus pensamientos. — No te quedes solo ahí sin decir nada. No me hagas sentir culpable de tus errores — tratando de enmendarse. Tian, que ya había salido del trance, procuraba no hacer sentir al bermejo vulnerable ante su comportamiento.
— Para nada. Acepto que cocino terrible, pero para eso te tengo a ti — juguetón.
— Idiota... No soy tu ama de casa — frunciendo fuerte el ceño.
— ¿Yo dije eso? No pongas palabras en mi boca, Mo Zi — molestó. — Te veo más como una esposa.

La espontaneidad con lo que lo dijo, enrojeció al menor, dándole un empujón al azabache por sin vergüenza. — Jodido Tian — murmuró entre dientes.

— Discúlpame — riendo. Viendo cómo el pelirrojo lo ignoraba por más que lo toqueteara o suplicara su perdón, tenía que hacer algo para remediar su vil acto. Divisó su alrededor y notó unas bellas flores, se acercó y de un tirón jaló unas pequeñas para así no dañar el ambiente. Se acercó al pequeño Mo y de rodillas dijo:

"Mo Guan Shan, por favor, acepta estas flores, que simbolizan nuestro amor, como una disculpa"

¡Vete a comer mierda! — botando chispas, colorado a más no poder.
— ¿Eso es un sí o no?

Continuará...

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