Sueño

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¡Advertencia!

Hay una leve mención de contenido adulto, si te sientes incómodo con este tipo de redacción o eres menor de 13 años, léelo bajo tu propia responsabilidad
Con esto por delante, comencémos.

...

Al día siguiente, He Tian se había levantado más temprano de lo usual, a las 5:50 a.m. para ser exactos.

Y es que tenían algo en mente.

Eligió algo del clóset y se lo puso a paso lento.

Era algo bueno que dejen ir a los escolares con la ropa que quisieran.

Al terminar, buscó algo en su mochila que compró el día anterior justo después de acompañar a Mo hasta su casa.

De alguna manera se sentía culpable por la humillación que le hizo pasar al pequeño Mo, aunque más que humillación fue una vergüenza. Por eso, quería compensárselo con un pequeño detalle.

¿Me lo perdonará con esto? — se preguntó inseguro.

...

« Beep-Beep, Beep-Beep »

Joder... — el sonido de la alarma resonaba en la cabeza del bermejo. Ojeó la hora en su celular para proceder a levantarse. — No pude dormir nada anoche — quejándose.

Guan no se había quedado hasta tarde o tuvo algún tipo de pesadilla, bueno... para él sí fue una auténtica pesadilla.

Sino que había tenido un sueño con el azabache.

Pero no cualquier tipo de sueño, era algo mas bien... explícito.

Esto, por poco, deja al pequeño Guan Shan con varios traumas severos.

Para su suerte, no había nada inapropiado en el, o eso quiere creer. Lo único que lograba recordar eran las sombras de ellos dos moviéndose en una cama.

¿Qué se supone que significaba eso?

Es lo que se preguntaba el menor.

¿Acaso... lo quería hacer con He Tian?

Ni de broma. Una expresión de asco abrumaba en toda su cara solo de mencionarlo.
No estaba preparado.

Más y más dudas se apoderaban de sus pensamientos, haciendo que perdiera la noción del tiempo en alistarse.

Será mejor no pensar en eso — decidió.

...

Salió de su habitación, chequeando la hora en el reloj que colgaba en la sala, el cual marcaba las 6:34.
Preparó su desayuno como de costumbre, pero cuando estuvo a punto de empezar a degustarlo, oyó unos golpes en la puerta.

« Toc-Toc, Toc-Toc »

Golpeaba el azabache un poco nervioso, esperando que el menor no reaccione de mala manera.

Mas, del otro lado de la puerta, el pelirrojo fruncía el ceño porqué no lo dejaban comer en paz ¡Y es que siempre le pasaba lo mismo, o se le caían los sandwiches o los tiraban al suelo! Ya era un verdadero fastidio.

Abrió la puerta aún de mal humor para llevarse con la sorpresa de ver al ojigris en frente suyo.

Justo la persona que menos quería ver ahora.

Y no era por qué lo había pasado ayer; de hecho, ya lo había pasado por alto.
El inconveniente venía de ahora, más preciso, por sus sueños.

— ¿Qué quieres? — fueron las palabras que se le ocurrieron soltar de su boca.

A ti, Shan.

El mayor se llevó una sorpresa al percatarse que el pelirrojo no tenía las intenciones de golpearlo o atacarle, sólo estaba ahí, parado, de frente, como si lo estuviera matando lentamente con la mirada.

¿Porqué mierda no puedo dejar de mirarlo? Este cabeza de pene...

La tensión iba ascendiendo como el fuego candente de una tarde de invierno. Los dos se quedaron un buen rato parados en la puerta, sin decir ni una sola palabra.

— ¿Te vas a quedar ahí parado o qué? — habló el menor depronto, sintiendo la presión del momento.

El azabache salió del trance que había formado en su cabeza y contestó. — ¿No vas a pegarme?

— ¿¡Y porqué rayos haría eso?! — rayado.
— Pensé que seguías molesto por lo de ayer y-...
— ¿Viniste aquí solo a preguntarme eso? — interrumpió. El mayor tragó saliva. — De hecho, no... Traje algo — buscándolo en su maleta.
— ¿Crees que voy a caer en la misma broma que ayer? Si no es nada importante, puedes adelantarte.

Tian sacó una cajita de su mochila y se la entrego a Mo en las manos. — Considéralo como unas disculpas — sonrió apenado, apunto se irse.

Shan, en un empujón, toma de la mano a Tian y lo detiene. — Oye, no te pongas así por algo insignificante. Te pareces a mi cuando me enojaba por todo — bromeó.
— Bueno, aún te sigues enojando por todo, solo que con menos frecuencia — agregó.

Guan lo manotea en la cabeza. — Cállate.

Tian ríe al golpe que de alguna manera se merecía. El menor revisa su celular y, con enojo, reclama al mayor a sabiendas que le hizo perder más tiempo y ahora llegarían tarde a la universidad por su culpa.

El moreno para de reír, mirando seriamente a Guan Shan.

¿No lo vas a abrir? — soltó, refiriéndose a la caja que aún sostenía en las manos.

Continuará...

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