Ahora bésame estúpido

Extra 1

Dolor mucho dolor, demasiado dolor esto duele como el maldito infierno....

—¡Ahhhh! ¡Duele joder duele!

— Lo se cariño, pero tienes que respirar he intentar tranquilizarte —me dijo la enfermera calmadamente.

Tenía que ser una puta broma ¿ tranquilizarme? ¿No veía que un crio pretendía salir de mi vagina o que cojones?

—No me diga que me calme cuando parece que me están abriendo por la mitad joder.

— Daphne tienes que calmarte mi sobrino esta apunto de llegar ya veras como...

—¡Es que ya le vale joder! ¡Encima de dejarme embarazada el muy cabrón se retrasa pienso asesinarle con mis propias manos en cuanto me saquen a este niño de dentro!

El tío de Apolo me miraba divertido, algo a lo que yo no le veía la gracia, me estaba muriendo ¿en que momento yo pensé de pequeña en querer ser madre? Joder esto era doloroso y para colmo no me ponían la puta anestesia hasta que dilatara ciertos centímetros, ya podía ser rápido ese proceso por que como el niño no saliera pronto yo misma me lo sacaría.

La puerta se abrió de golpe y un Apolo rojo como un tomate y jadeante entro.

— Ya estoy aquí — suspiro cansado

—¿Estas cansado?— Pregunte con ironía, la cual no llego a entender

—si...

—¡te juro que te pienso matar Apolo McGregor! ¡¿Como coño te atreves a decir que estas cansado ?! ¡Te pienso cortar el pene! ¡No volveremos a tener sexo en tu puta vida, esto es culpa tuya!

— Amor cálmate solo...

— ¿Qué me calme? ¡¿Qué me calme?! ¡ ahora si que te pienso ahorcar!— Intente levantarme de la camilla para estrangularlo, pero un pinchazo me a travesó el cuerpo entero haciendo que detuviera mi intento de levantarme.

respire profundo intentando concentrarme para calamar el dolor, pero era imposible, solo quería morirme, mi labio inferior empezó a temblar y sentí como se me cristalizaban los ojos, sin poder contenerme más empecé a llorar, gruesas lagrimas corrían por mis mejillas las cuales sentía totalmente calientes

— No, no princesa no llores, escúchame— Las manos de Apolo me cogieron de las mejillas obligándome a mirarle a los ojos— escúchame, todo va a salir bien ¿vale? piensa positivo en un poco tendremos a nuestro bebé con nosotros ¿si?

Le sonreí dulcemente mientras posaba mi mano en su mejillas y asentía, sin poder contenerme termine dándole una bofetada la cual le giro la cara para un lado, se escucho un jadeo colectivo por parte de las personas que se encontraban en la sala.

Apolo suspiro y se llevo la mano a su mejillas la cual empezaba a ponerse roja.

— Eres un cabrón, te juro que no me volverás a dejar embarazada amor mío.

— Vale, la bofetada la tenía bien merecida y no solo por esto— Asintió dándome un beso en la frente.

No tenía muy claro si había dicho aquello por darme la razón como a los tontos, por que sabía que tenía razón o por simple miedo hacía mi persona: me decantaba más por la ultima opción ya que durante el embarazo el gran Apolo McGregor estuvo acojonado por los cambios de humor de su querida novia embarazada, ósea yo.

Cierto era que mi embarazo no había sido precisamente comer mucho helado y llorar, si no todo lo contrario, gritos, cabreos, berrinches, broncas y comer mucha manzana, el antojo de todos los putos días, estaba claro qué el niño era digno de su padre por que no dejo de joderme desde el minuto cero, haciéndome aborrecer el chocolate o cualquier cosa de las cuales era adicta y para colmo volviéndome antojosa hacía las frutas y verduras.