CAPÍTULO 17

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Me desperté y era de madrugada, me acordé que los niños no estaban, los extrañaba, me sentí triste y comencé a llorar, Carson me escuchó y se despertó.

–¿Amor estás bien?

–No. – dije sollozando

–¿Qué tienes?

–Es…que…ex…tra…ño…a…los…ni…ños.

–Amor, fueron a pasar unos días con sus abuelos, ellos están bien.

–Pe…ro…yo…los…ex…tra…ño.

–Lo sé cariño, pero ya van a regresar.

–Pe…ro…to…da…vía…fal…ta

Carson me abrazó y ya no dijo nada, continué llorando, cuando me tranquilicé me dió sueño, Carson me abrazó y me quedé dormida al igual que Carson. Sentí claridad en los ojos y los abrí lentamente, Carson seguía dormido y no lo culpo, lo mantuve despierto mucho tiempo cuando estuve llorando, me levanté con mucho cuidado, fui al baño e hice mi rutina diaria, me vestí y baje a la cocina, llamé para hacer una cita con la obstetra, sería a medio día, después preparé el desayuno y acomodé el comedor, cuando subí a la habitación Carson estaba en el baño, unos minutos después salió ya vestido y listo.

–¡Buenos días cariño! – dije mientras me acercaba a él para darle un beso.

–¡Buenos días princesa!

–Ya está el desayuno.

–¿Por qué no me despertaste para ayudarte?

–Porque anoche te desperté y no dormiste bien.

–Pero no pasa nada, yo comprendo que son las hormonas y así son los embarazos y como pareja viviremos todas las etapas para la espera de nuestro bebé. – dijo y posó una mano en mi vientre.

–Te amo.

–Y yo a ti.

–Tenemos algo que hacer.

–¿Qué?

–Acomodar la habitación para los niños.

–Eso es cierto.

–¿Podemos hacerlo hoy?

–Me parece perfecto

–Entonces hay que desayunar porque la cita con la obstetra es a medio día y después podemos acomodar la habitación de los niños.

–Hay que comenzar porque será un día ocupado y la habitación debe estar lista para mañana.

Comenzamos a desayunar, cuando terminamos hicimos la limpieza juntos, nos preparamos para ir al obstetra, solo éramos dos así que usaríamos el carro de Carson, salimos de la casa media hora antes de la cita, nos subimos al auto de Carson y nos dirigimos hacia el hospital, entramos y nos sentamos en la sala de espera de maternidad.

–¡Estoy emocionada!

–¡Yo también!

–Señora Clark. – dijo la enfermera anunciando mi nombre, nos levantamos, Carson tomó mi mano y entramos a el consultorio.

–Buenas tardes señor y señora Clark.

–Buenas tardes – contestamos.

–Tengo entendido que vienen para que practique una ecografía a la señora.

–Así es. – contesté.

–Queremos ver a nuestro bebé y saber si todo va bien.

–Perfecto, por favor súbase a la camilla.

Carson y yo caminamos hasta la camilla, me ayudó a subir, la obstetra preparó el ecógrafo.

–Levante su camisa por favor, el gel va a estar un poco frío.

–Está bien. – levanté mi camisa, el gel estaba frío pero se me pasó rápido por la emoción de ver a nuestro bebé, comenzó a mover el transductor por todo mi vientre. – efectivamente, aquí esta su bebé.– dijo apuntando en la pantalla donde había un pequeño frijolito.

–Esta muy pequeño. – dijo Carson.

–Así es, tiene dos semanas de embarazo. – dijo la obstetra.

–Aún esta pequeño. – dije.

–Es por eso que debe tener más cuidados. – dijo la obstetra, imprimió una pequeña foto de la ecografía, me la dió.

–Gracias.

–No hay de que, aquí tiene una servilleta para que se limpié el gel, Carson la tomó y me limpió el gel, después me ayudó a levantarme, me acomodé la camisa y nos acercamos al escritorio de la obstetra, nos sentamos frente a él.

–El bebé está muy bien, está sano, tiene las medidas correctas y todo va muy bien, le voy a recetar las vitaminas que debe estar tomando y los cuidados necesarios.

–Yo me encargaré de eso. – dijo Carson.

–Cuando salgan reprogramen una cita dentro de un mes para continuar con la revisión, es muy importante que no olviden que cada mes deben venir a revisión.

–Gracias. – dijimos levantándonos de las sillas, la obstetra le entregó a Carson la receta, salimos del consultorio, Carson pagó la cita y reprogramó la siguiente, tomó mi mano y salimos del hospital.

–Vamos a comprar tus vitaminas y después regresamos a casa.

–¿Podemos comprar pizza?

–¿Quieres comer pizza?

–¡Sí!

–Entonces comeremos pizza.

Nos subimos al auto, Carson encendió el auto y comenzó a conducir, llegamos a la farmacia, Carson se bajó del auto y fue a comprar mis vitaminas, después llegamos a la pizzeria y compramos una pizza, regresamos a casa y pusimos una película, comimos en el sillón, descansamos unos minutos.

–Carson, tenemos que comenzar con la habitación de los niños.

–Está bien.

Subimos a la habitación que sería de los niños, estaba vacía y comenzamos a limpiarla para poder mover los muebles, la habitación tenía un armario grande, de lado izquierdo iría la ropa y zapatos de Jason y de lado derecho las cosas de Jess, lleve la ropa de cada uno y las acomodé en sus respectivos lugares, cuando salí Carson había acomodado la cama de Jess en la parte izquierda y la de Jason en la parte derecha, acomodó los muebles de cada uno en sus lados, no me dejó ayudarlo a mover muebles porque no puedo cargar cosas pesadas, pasamos toda la tarde acomodando la habitación para los niños hasta que terminamos.

–Amor, estoy cansada.

–Antes de dormir tienes que cenar.

–¿Podemos cenar en la habitación?

–Está bien, ve a la habitación y yo te llevo la cena.

–Gracias.

–No hay de que.

Fui a la habitación, me puse una pijama con una camisa de botones, entré al baño, me lavé los dientes y la cara, después salí y me acosté en la cama, unos minutos después entró Carson a la habitación con una mesita con la cena.

–Aquí esta tu cena. – dijo mientras me la entregaba, era yogurt con fruta.

–Se ve delicioso, gracias.

–No hay de que cariño.

–¿Vas a cenar?

–Ya cené, mientras preparaba tu cena.

–Está bien.

Iba a agarrar la cuchara para comenzar a cenar pero Carson la agarró primero.

–¿Qué haces?

–Voy a darte de cenar.

–Pero yo puedo sola.

–Pero yo quiero hacerlo.

–Está bien. – dije riéndome.

Comenzó a darme de cenar como a una niña pequeña, cuando terminé Carson se llevó todo a la cocina, después regresó y entró al baño a prepararse para dormir, unos minutos después salió listo, se subió a la cama y se puso a la dirección de mi vientre, comenzó a desabrochar los botones de mi camisa y a depositar besos desde mi bajo vientre iba subiendo hacia arriba.

–Carson.

–¿Qué pasa?

–Si no paras no podré detenerme.

–¿Y si no quiero que te detengas? – continuó subiendo sus besos, desarrollo los últimos botones de mi camisa y continuó besándome hasta llegar a mi cuello, tome su rostro y comencé a besarlo apasionadamente, el continuó el beso, de un momento a otro estaba sobre mi, se estaba sosteniendo con sus brazos para evitar aplastarme, nos quitamos la ropa completamente. – ¿no estabas cansada?

–Ya no lo estoy.

–Bueno, pues ahora si te vas a cansar.

Continuó besándome, hicimos el amor tantas veces como pudimos hasta que nos cansamos, nos volvimos a vestir, estaba abrochando los botones de mi camisa pero Carson desabrochó los últimos, puso sus manos por dentro de mi camisa y posó sus manos en mi vientre, y me besó, nos acostamos me abrazó y colocó sus manos en mi vientre, estaba cansada y lentamente me fui quedando dormida al igual que Carson. Sentí claridad en mis ojos, los abrí lentamente, Carson estaba despierto y cuando me vio sonrió.

–¡Buenos días princesa!

–¡Buenos días amor! ¿Cuánto tiempo llevas despierto?

–No mucho, solo unos minutos. – Carson se acercó a mi vientre y depositó un beso en el – ¡Buenos días bebé, quiero decirte que te queremos mucho y no podemos esperar a tenerte aquí con nosotros!

–Eres muy lindo.

–¿Cuándo comenzará a verse tu vientre abultado?

–Dentro de poco tiempo.

–Les tenemos que decir a nuestros papás que serán abuelos.

–Lo sé, también debemos decirles a los niños.

–Sí, estoy seguro de que van a estar felices.

–Son buenos niños y van a querer a este bebé – dije posando una mano sobre mi vientre.

–Sí.

–Ya es hora de levantarnos.

–No quiero.

–Pareces un niño chiquito.

–Un niño chiquito al que amas.

–¿Yo te amo?

–Sí, me amas.

–Tienes razón, te amo. – dije besándolo, Carson intensificó el beso, me levanté de la cama, Carson se levantó y continuó besándome, fuimos directo a la ducha, nos duchamos entre beso y beso, después de más de media hora salimos, nos vestimos y bajamos, preparamos el desayuno juntos y nos sentamos a desayunar, cuando terminamos hicimos la limpieza de toda la casa, terminamos y fuimos a la habitación porque me había cansado un poco.

–Este bebé hace que me cansé rápido.

–¿Quieres que te de un masaje?

–¡Sí por favor!

Carson se sentó en la cama y comenzó a darme un masaje, pasamos en la habitación la mayor parte del día, comimos también en la habitación y vimos una película.

–Amor ya tenemos que ir a recoger a los niños. – dijo Carson.

–Sí, solo entraré al baño.

–Está bien.

Entré al baño, me arreglé un poco el cabello y me lavé los dientes, cuando estuve lista baje y busqué a Carson, no estaba por ningún lado, creí que me había dejado y se había ido solo a recoger a los niños, entonces me senté en el sillón y comencé a llorar, unos minutos después entró Carson por la puerta.

–¿Amor, estás lista?

No le contesté, el se acercó a mi y levantó mi rostro con su mano.

–¿Por qué lloras princesa?

No pude contestarle, lloré aún más, Carson se sentó y me abrazó, continué llorando.

–Llamaré a nuestros padres para avisarles que tardaremos un poco en llegar por los niños.

–Me…es…tás…di…ci…en…do…que…soy…una…llo…ro…na

–No mi amor, solo les diré que tardaremos un poco.

Carson se levantó del sillón, tomó su celular, le marcó a su papá y le dijo que nos tardaríamos un poco, después regresó al sillón se sentó, me abrazó y depositó un beso en mi frente, lloré durante unos minutos más hasta que me tranquilicé.

–¿Ya estás más tranquila?

–Sí.

–¿Por qué estabas llorando cuando entré?

–Porque pensé que me habías dejado y te habías ido a recoger a los niños solo y que me habías dejado.

–No fue así, fui a meter el auto a la cochera para sacar la camioneta.

–Perdón, no sé que me pasó.

–Yo si, éste bebé – colocó su mano en mi vientre – está causando cambios de hormonas.

–Lo siento.

–No te preocupes, pero hay que ir por los niños.

–Sí, ¿Qué te parece si les damos la buena noticia a nuestros papás?

–Me parece perfecto.

–Entonces vamos.

–Vamos.

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