(Kale se une al entrenamiento)

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- ¡Caulifla hasta que al fin llegas! ¿¡Dónde rayos estabas!? - La aludida suspiró pesado al escuchar el tono preocupado de su compañero.

- En el territorio de "ya sabes quién". - Respondió secamente la de mayor rango, a lo que el contrario arqueó una ceja denotando su confusión.

- ¿Y qué cosa hiciste como para que hayas llegado hasta ahora? - El menor pudo sentir la pesada mirada de su superior sobre él, por lo que no dijo una palabra más, el ambiente se había tornado incómodo.

- Tomé alcohol por primera vez. - El silencio del ambiente se destrozó en un instante, Asparán terminó por escupir el agua que había comenzado a beber hace unos segundos. - ¿¡QUÉ!? Pe-pero creí que a ti no te gustaba tomar...

- ¡Ya sé! Lo que pasó fue que me quedé con ese idiota y una cosa llegó a la otra, terminé borracha y pues... Todo se volvió negro. - Lo que la capitana dijo al último ocasionó que el saiyajin de menor edad llegara a una conclusión un tanto... Extrema.

- ¿¡Tuviste sexo con él!? - Y claro, lo que recibió fue un fuerte puñetazo en la cara por parte de Caulifla, que lo fulminaba con la mirada como si hubiera dicho la peor de las falacias.

- ¡Lo que tienes de talentoso lo tienes de imbécil! Obvio no, entre él y yo no hubo nada, aunque dormí en su habitación tengo la certeza de que al idiota no se le pasó por la cabeza el siquiera toquetearme más allá de lo necesario para cambiarme de ropa ¡Por favor! Yo tengo mucho menos pudor del que él tiene.

- ¡Está bien! Pero no me grites. - Ambos se dispusieron a continuar su conversación en el comedor, el soldado de menor rango fue el que optó por cocinar.

- Es extraño que el criminal más buscado de Sadala sea tan benevolente con alguien que quiere arrestarlo... ¿Segura de que no te hizo algo?

- Nah, Kyabe será un criminal con más de 500 cargos en su contra pero él no es capaz de hacer algo como aprovecharse de una mujer borracha. - Mencionó Caulifla con desinterés.

- Pero... ¿En serio no hicieron nada?

- No Asparán, él y yo no hicimos absolutamente nada, ya deja de molestarme que quiero comer. - Dijo ya fastidiada por la insistencia de su compañero de cuarto, él entonces suspiró.

- Si tú lo dices...

(...)

Mientras tanto en la base del llamado "árbol torcido" el líder de la pandilla más peligrosa en todo el planeta Sadala se encontraba algo distraído, algo que todos sus subordinados notaron, porque, oye, era demasiado evidente que algo le sucedía, así que su segunda al mando se le acercó bastante preocupada.

- Hermano... - Articuló en un tono apenas audible, pero suficiente para captar la atención del mayor.

- Dime Kale. - La morena pudo notarlo un poco ido, eso era un tanto extraño. - ¿Te encuentras bien? Desde hace un buen rato estás muy distraído, ya me preocupaste.

El mayor soltó una risa que irritó un poco a la saiyajin legendaria, una de las cosas que más detestaba que su hermano hiciera es despreciar sus propios problemas.

- Oh Kale yo estoy perfectamente bien. - Respondió con una sonrisa radiante, la aludida lo fulminó con la mirada. - No, no lo estás, se nota mucho ¿Qué te pasa?

El tono firme de la menor hizo que Kyabe cambiara su expresión de risueña y relajada a una algo tensa.

- No pasa nada, estoy hablando en serio. - Dijo seco y directo, pero Kale sólo insistió más.

A cada bandido hay un soldadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora