Clases de baile, un día divertido.

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Diana dejó dormir a Hermione hasta tarde, pues la noche anterior lo había pasado bastante mal con esa pesadilla, se encontraba en la cocina preparándole el desayuno y pensando en cómo aprovechar al máximo el tiempo, ya sólo quedaban dos días para su boda. Mientras terminaba de hacer el zumo de naranja y calabaza, pensó que no sería mala idea pasar el día con su novio Brian, de todas formas era profesor de bailes clásicos y en un rato vendría a darle clases a Hermione. Estaba segura de que se caerían genial, Brian era muy divertido, seguro que la haría reír. Ella necesitaba pasar un buen rato, y después de relajarse aprendería mucho mejor.



Terminó de untar mantequilla y mermelada a las tostadas y llenó en un pequeño bol de porcelana, el plátano y las fresas en rodajas. Lo dispuso todo en la mesa del salón y subió a despertar a Hermione:



-Hermione cariño... despierta... son las once y media.



-mmm -se quejó desperezándose ¿Qué...? -preguntó Hermione, mientras luchaba por abrir los ojos.



-Digo que son las once y media, tienes que levantarte ya, dentro de un rato vendrá tu nuevo profesor de baile -contestó bastante sonriente.



-mmm... no... que incordio... no quiero... -se quejó otra vez tapándose la cabeza con la almohada.



-¿Así que no quieres que te presente a mi novio?, mmm... lastima, te lo pasarías genial con él -Hermione se incorporó de golpe en la cama.



-¿Qué? ¿cómo has dicho?. -Diana rió.



-Tienes una hora para arreglarte, ven baja... tienes el desayuno en la mesa.



Hermione la miró interrogante y Diana le sonrió con complicidad, se levantó de la cama rápidamente y se dirigió al baño. En cuanto estuvo lista bajó a desayunar.



Sentada y disponiendo del bol de frutas, la miró y empezó a preguntarle sobre él:



-¿Entonces, el que me va a enseñar a bailar es tu novio?.



-Si, se llama Brian.



-¿Qué edad tiene?.



-Tiene veintiocho años, dos más que yo.



-Y... ¿y se dedica sólo a enseñar bailes clásicos?.



-Si, sólo a eso, por suerte fundó su propia compañía con sus socios, y le va bastante bien.



-Vaya... es una suerte que una profesión tan artística de buen resultado.



Diana se sentó frente a ella con su café entre las dos manos, pensó que ya no le haría mas preguntas, pero después de morder y digerir un pedazo de su tostada Hermione volvió al ataque, ella sonreía burlonamente, nunca la había visto con tanta curiosidad.



-¿Y cómo es? -Diana soltó una carcajada.



-Tiene el pelo castaño oscuro y los ojos azules, es un poco mas alto que yo, delgado... y de porte recto, tiene un carácter bastante alegre, te gustará.



-¿Y lleváis mucho tiempo juntos?.



-Si... -respondió risueña por el interrogatorio -. Llevamos... cinco años más o menos...



-Vaya... sí que es mucho tiempo -terminó de beberse su zumo de naranja y calabaza y Diana se lo llenó nuevamente, pero todavía tenía una pregunta más que no se atrevía a preguntarle. Diana se dio cuenta de lo que era por su mirada, y no pudo disimular su sonrisa, se adelantó y fue ella quien le hablo de él.

Enamorarse del enemigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora