King's Cross

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Mientras apuraba su café en la cocina de su pequeño estudio, Autum revisaba varios documentos que tenía pendientes de pasar a limpio, había estado redactando informes toda la noche, pero no le había importado ya que desde hacía algunos meses padecía insomnio, dormía muy poco y comía mal, no sabía cocinar ni le apetecía aprender, según ella era demasiado entretenido y le llevaba un tiempo que podía ocupar en labores más productivas, por lo que solía abastecer su despensa de sándwiches que compraba ya preparados en el supermercado, y algún que otro plato refrigerado y listo para meter al microondas.

Después de acabar su tarea, se dio una ducha rápida y comenzó a recoger un poco el desorden, estaba cerrando el sofá-cama cuando sintió el ruido de la chimenea que le indicaba que tenía visita, se sorprendió pues no esperaba a nadie, de hecho nunca invitaba a nadie a su pequeña casa.

Después de la habitual explosión, salieron de la chimenea haciendo acto de presencia, el mismísimo ministro Shacklebolt y dos de sus compañeros que eran incapaces de mirarla a la cara, entre ellos, Luck Palmer, quien estaba colado por ella,

-señor Shacklebolt... -dijo sorprendida- no le esperaba -el ministro la observó unos instantes antes de hablar,

-por desgracia ésta no es una visita de cortesía, Grey,

-entonces me imagino que no querrán nada de beber -repuso ella, con desagrado,

-¿has pensado en lo que hablamos ayer?,

-no hay nada que pensar señor, no he cambiado de opinión al respecto.

-Autum... -pronunció Luck, con suavidad -esto no es un juego, se trata de tu vida, de tu libertad... -ella fijó su mirada dolida en los ojos de él,

-pensé que estarías de mi parte... -contestó en un susurro, más para ella misma que para él, pero antes de que él le respondiera, se le adelantó el ministro,

-estamos aquí porque te apreciamos, solo nos preocupa tu bien estar, ¿todavía no lo entiendes?, necesitas ayuda Autum,

-lo único que necesito es que me dejéis en paz, ¿será posible?,

-no Autum -contestó Shacklebolt -no podemos dejar este asunto así, hemos venido para hacerte entrar en razón de una vez por todas, además, ya hemos arreglado lo de las primeras sesiones para tu terapia, aunque el psicólogo cree oportuno que cambies de ambiente, nos ha sugerido que te instales en uno de los pisos que tenemos libres para trabajar, incluso a Palmer le parece una buena idea que pases con él una buena temporada, sé que sois buenos compañeros y os lleváis muy bien..., mañana mismo empezarías tu tratamiento y...

-¡BASTA! -lo interrumpió encolerizada- ¡no pienso ir a ninguna parte y no me pienso poner en las manos de ninguno de esos charlatanes sin escrúpulos,

-¡GREY! -la reprendió el ministro,

-Autum..., tranquila, solo queremos ayudarte,

-¡pues largaos de mi casa ahora mismo!,

- hagas esto por favor!, no te queda más remedio que ceder,

-¿¡ceder!?, ¡mi vida es mía!, ¡mi mente es mía y yo decido quién entra y quién sale de ella!,

-ya te advertí lo que ocurriría si te negabas a cooperar, ¿¡acaso quieres ir a Azkaban!?,

-por supuesto que no señor ministro, ella tomará la decisión correcta, ¿verdad Autum?, eres demasiado joven y bonita para caer en un lugar como ése, ahora es el momento de que cambies preciosa, es el momento de superar el trauma y seguir adelante, todos te apoyamos, todos estamos contigo y te entendemos,

Enamorarse del enemigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora