America y Maxon han dado el primer paso para realizar el gran cambio en toda Illea. Sin embargo, secretos peligrosos y dolorosos siguen escondidos amenazando con hacer daño al reinado de ambos.
No todo será fácil. Tendrán que plantarle cara a nuevas...
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America
Cuando llegamos al palacio, los sirvientes nos recibieron en la entrada. Maxon se despidió de mí antes de volver al trabajo. Él debía realizar un informe. Le prometí que me encargaría de la niña con suma discreción como habíamos acordado con anterioridad.
Tomé la mano de la niña y nos dirigí a mi habitación. Sus ojos curiosos no dejaban de examinar las paredes, los adornos, los cuadros, todo en general. Solté una risilla. Su actuar me hizo recordar a mi misma cuando recién llegué al palacio.
Al llegar a mi habitación, me encontré a solas.
<<Bien, America, es hora de ponernos en marcha>>
Me arrodillé a la altura de la niña y la miré a los ojos.
—Brice, cariño, esto es lo que haremos.
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Después de explicarle a Brice a grandes rasgos lo que debía decir si le preguntaban quien era, llamé a mis doncellas. Ellas acudieron a mí con rapidez.
Se asombraron de la presencia de la niña, pero no realizaron ninguna pregunta impertinente. No obstante, sabía que en sus mentes estaban maquinando alguna teoría.
—Ella es la hija de una prima del amigo del esposo de mi hermana Kenna—les comenté restándole importancia—Su nombre es Brice. Sus padres fallecieron hace varios años, por lo que fue enviada a un orfanato. La familia no podía costear su manutención y, poco a poco, se olvidaron de ella—añadí con indignación.
Mary y Paige me miraron atónitas.
—¡Eso es terrible! —exclamó Mary.
—Sí... Por fortuna, mi hermana recordó ese dato y me pidió que la acogiéramos por un tiempo.
—¡Qué bondadosa es usted, su majestad! —señaló Paige.
—No te preocupes, America, nosotras nos encargaremos de todo—Mary asintió con vehemencia. Paige, prepara la bañera. Yo iré al almacén de vestimentas a buscar ropa para la niña.
—Chicas, una cosa más. Por favor, mantenga la existencia de Brice en completo secreto. En especial, de la reina madre. Ella ya tiene muchos problemas in mente.
—Claro, lo entendemos.
Mis chicas se pusieron manos a la obra y, en menos de una hora, Brice ya esta limpia, con un pijama nuevo y ubicada en su nueva habitación. Por el momento, le asignamos una habitación de invitados ubicada muy lejos de la habitación de la reina madre Amberly. Le pedía a Mary que durmiera con ella por si ocurriese un imprevisto, como por ejemplo, un ataque rebelde.
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—¡¿Qué les dijiste qué?!—Maxon preguntó con asombro. Sus ojos parecían querer salirse de su rostro.
