Extra 1

724 44 23
                                    


America

Se nos había hecho costumbre, tanto a Amberly como a mí, pasar la tarde en la habitación de Marlee. Su vientre había crecido tanto que le era muy difícil caminar hasta el salón de mujeres así que la mayoría del tiempo la pasaba encerrada en sus aposentos. Carter, su esposo, la acompañaba, pero sabía que ella, a veces, necesitaba cambiar de compañía.

En una ocasión, la había encontrado llorando. Cuando le pregunté el motivo, ella me respondió que extrañaba a su madre. Marlee no la había vuelto a ver desde la pasada fiesta de Halloween. A pesar de que Maxon le había concedido el indulto real el día de nuestra ceremonia de coronación, Marlee seguía sin contactar sus padres. Sentía que había los había decepcionado.

En reiteradas oportunidades, la había animado a llamarlos, pero ella aún no se sentía lista. Afortunadamente, Amberly la había adoptado, simbólicamente, como a una hija. Ella se había comportado muy atenta durante el embarazo de Marlee. Incluso le hizo regalos a Kile. A pesar de su estado anímico, Amberly era todo un amor.

—¡Esto es hermoso! —exclamó Marlee—. Muchas gracias, mamá Amberly.

Amberly le dio unas palmaditas en la cabeza.

—Es bueno saber que te gustó—sonrió. Bajó la mirada al vientre abultado de Marlee y suspiró—. Verte en ese estado me provoca nostalgia.

—¿Se refiere a la época en que estuvo embarazada de Maxon? —pregunté. Ella asintió.

—Sí, Maxon fue un bebé difícil. Mi condición me obligó a estar bajo control constante. No tenía permitido caminar por mucho tiempo. Permanecí en reposo la mayor parte de mi embarazo—volvió a suspirar—Pero valió la pena—una sonrisa se dibujó en sus labios—. El día del parto estaba aterrada. Tenía miedo de perder a mi bebé, pero todo salió según lo planeado. Maxon nació en óptimas condiciones. ¡Era el niño más bonito que había visto!

Sonreí.

—Él sigue igual de bonito—mencioné.

Marlee se rio.

—Amberly, estoy segura de que pronto tendrás a otro Maxon en tus brazos. Claro, solo si la reina aquí presente colabora a la causa—agregó con una sonrisa socarrona en los labios.

Mis mejías se tiñeron de rojo.

—¡Marlee! —exclamé.

Mi mejor amiga levantó sus manos en son de paz.

—Yo solo decía lo evidente.

Nuestra conversación provocó que Amberly se desternillara de la risa.

—Hay, niñas. Son muy cómicas—Amberly dejó su taza sobre la mesa y, luego, tomó mis manos—. Aunque quisiera tener ya a mis nietos en mis brazos, querida, no sientas presión por dármelos. Puedo esperar. Vivan su vida de recién casados antes de convertirse en padres. No quemen etapas.

Asentí.

—Gracias por el consejo, mamá.

Continuamos nuestra charla hasta que Marlee tuvo un "accidente".

—Ay, creo que me hice en la cama—gimió Marlee—y yo que quería dormir. America, crees que podrías llamar a las doncellas.

Asentí.

—Ya voy—me puse de pie con intención de salir al pasillo para llamar al servicio cuando la voz angustiada de Amberly me detuvo.

—¡Marlee, esto no es orina! ¡Se te ha roto la fuente! —exclamó.

♔ EL REINADO ♔ ( America Y Maxon ) - Libro 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora