Capítulo 9

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Maxon

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Maxon

— Tu padre acaba de llegar al palacio—dijo Aspen.

Fruncí el ceño.

—¿Él está aquí?

—Sí, está en el primer piso.

Apreté los labios.

—Bien, no lo hagamos esperar.

Retrocedí la silla y me puse de pie. Caminé en dirección a la sala central del palacio. Miles de pensamientos cruzaron por mi mente.

¿Por qué estaba él aquí?

No me lo habían dicho, pero estaba al tanto de que él y mi madre habían llegado a un trato respecto a su matrimonio que involucraba su no presencia en el palacio.

—¿Por qué estás aquí?, padre—pregunté al hombre que tenía enfrente.

Una sonrisa falsa de asomó en sus labios.

—¿No puedo estar en mi casa?

Fruncí los labios.

—Está ya no es tú casa. El palacio, junto a todas las propiedades que acompañan a la corona, es del rey actual.

—¿Planeas echarme? —alzó una ceja.

Aunque lo odiaba por ser el responsable del sufrimiento de mi madre, seguía siendo mi padre.

—No

Las comisuras de sus labios de alzaron.

—Eso pensé—

Le ordenó a uno de los guardias que llevara su equipaje a su habitación. Cuando este se retiró, me acerqué a mi padre.

—No te atrevas a hacerle daño a mi madre. Si viniste por tu amante, me temo que no podrás llevártela. Se quedará hasta que él interrogatorio concluya—sentencié.

Mi padre arrugó su frente.

—¿Qué quieres decir?

Bufé.

—Sabes a lo que me refiero, padre—pronuncié la última palabra con desdén—. Utiliza tus juegos mentales conmigo, pero no con mi madre. Tu último movimiento casi le cuesta la vida. —endurecí mi mirada— Así que no te atrevas a acercártele—. Le advertí antes de retirarme de la habitación sin esperar respuesta alguna de su parte ni ver su cara de desconcierto.

+++

—Dile que entre—le ordené a Aspen.

Luego de tanto insistir, por fin había logrado persuadir a Elise para que se reuniera conmigo. Dada las actuales circunstancias, no podía abandonar el palacio con facilidad por temor al inicio de una guerra con Francia o por el empeoramiento de la salud de mi madre.

—Su majestad—saludó ella con una reverencia.

—Lady Elise, cuanto tiempo sin verla. Bienvenida. Tome asiento.

Ella asintió y se sentó en la butaca de enfrente.

Me aclaré la garganta.

—Me gustaría ser breve y conciso—ella asintió— ¿Está enterada sobre la situación política actual con Nueva Illea? Le voy a pedir que sea sincera.

Ella me miró con cautela.

—Tengo entendido que Illea está en guerra constante con Nueva Asía y la situación se ha tornado crítica un par de meses atrás.

Asentí.

—Sí, pero hay algo más.

Le hice un ademán a Aspen. Él me pasó un fajo de papeles, salió de la habitación y cerró la puerta.

—Lady Elise, tengo una propuesta que realizarte y espero que la aceptes, pero quiero que sepas que eres libre de rechazarla—Ella ensanchó su mirada—¿Te gustaría escucharla?

Asintió ligeramente.

—Me gustaría que se convirtiera en la embajadora de Illea en Nueva Asia. Si acepta, se encargará de participar en el fin de la guerra y cultivar lazos con las autoridades de dicho país. ¿Qué opinas, Elise?

+++

America

—Whoa...

El asiento llegaba a ser incómodo luego de un par de horas. Empecé a masajear mi hombro derecho.

Observé a Amberly mientras dormía.

Maxon y yo nos habíamos estado turnando para cuidar de ella en el pabellón hospitalario durante una semana. Los doctores aún la querían mantener en observación por sí su salud se agravaba. Además, Maxon aún no lograba convencer a Amberly de someterse a la radioterapia.

Estiré mis brazos y pies para aliviar la tensión.

Tengo hambre. Creo que iré por un bocadillo.

Salí de la habitación. Había avanzado un largo camino cuando recordé que tenía que entregar unos archivos a Silvia para su visado.

Cuando estuve de regreso en la habitación de la reina Amberly, noté algo extraño por la ventanilla de la puerta. La puerta estaba semi abierta. Me acerqué lentamente y vislumbré una extraña sobra. Había alguien adentro.

— ... no permitiré que se vuelva a acercar a ti. Pero debes recuperarte, Amberly.

El hombre de cabello rubio tomó la mano de Amberly y la besó.

Ódiame si quieres, pero no te lastimes.

Me llevé las manos a la boca.

¡Era el padre Maxon!

Cuando vi que se acercaba a la puerta, me alejé.

Cuando vi que se acercaba a la puerta, me alejé

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Hola :) 

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♔ EL REINADO ♔ ( America Y Maxon ) - Libro 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora