Capítulo 11

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Maxon

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Maxon

—Señor, la reina lo atenderá en unos minutos—me comunicó un mayordomo en un inglés mal pronunciado.

—Gracias—asentí. Empecé a caminar alrededor de la sala en la que me encontraba esperando una audiencia con Daphne. Había llegado el día de ayer a Francia, pero ella se había negado a atenderme sin una cita previa.

Enfrentarme con Daphne sería un desafío. Ni siquiera sabía qué éramos. ¿Éramos amigos o solo dos personas que se conocían desde niños y tenían que enfrentar el peso de la corona de sus respectivos países? Además, estaba el recuerdo de aquel video que América me había mostrado...

Empecé a jugar con los gemelos de mi traje mientras repasaba mentalmente los últimos hechos.

Cuando llegamos a Nueva Asia, lo primero que hicimos fue instalar la embajada de Illea. Pese a las diferencias originadas por la guerra, pudimos convocar una mesa de dialogo con algunos empresarios del país y llegamos a la conclusión de que la guerra debe cesar. Durante la reunión, Elise ejerció el rol de traductora lo cual le permitió sociabilizar con los lugareños y adaptarse a su nuevo rol. Además, logramos firmar tratados de cese de guerra.

Ahora, el último punto de mi lista era Francia, para ser más exactos, Daphne.

—Señor, ya puede ingresar—me comunicó el mismo mayordomo.

—Gracias—asentí levemente. Me arreglé el sacó y lo seguí. Detrás de la puerta, se encontraba Daphne con una sonrisa, que no pude describir con exactitud, sentada detrás de su escritorio de mármol blanco.

Bonjour, Maxon—. Un escalofrío recorrió mi espalda. —Toma asiento—me señaló la silla que estaba delante de mí—pero no te pongas cómodo. ¿Qué te trae por aquí?

—Buenos días, Daphne—. Aclaré mi garganta—Quería hablarte del retiro del embajador francés de Illea. ¿Sabes sobre el tema?

—No.

—¿No sabes nada? —pregunté sorprendido. Esperaba que pudiera contarme del porqué su padre había decidido realizar ese movimiento.

—No, simplemente, no te diré que sé. Ahora, si solo eso es por lo que viniste, ya te puedes ir. Tengo otros asuntos que atender—dijo realizándome una seña para que me fuese.

Apreté mis puños.

—Daphne, ya no somos niños—ajusté mi mirada.

Ella soltó una falsa risa.

—Oh, eso ya lo sé. Me doy cuenta cada mañana cuando tomo un baño—me guiñó.

La miré y sonreí. Entendí que era lo que ella estaba intentado hacer. Daphne quería fastidiarme para tener una excusa para romper relaciones con Illea. Yo no solo era el crío que había conocido cuando era una niña sino él rey de Illea.

♔ EL REINADO ♔ ( America Y Maxon ) - Libro 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora