America y Maxon han dado el primer paso para realizar el gran cambio en toda Illea. Sin embargo, secretos peligrosos y dolorosos siguen escondidos amenazando con hacer daño al reinado de ambos.
No todo será fácil. Tendrán que plantarle cara a nuevas...
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America
Dejé los papeles a un lado y alcé la mirada. En mi nueva oficina disfrutaba de una preciosa vista a los jardines del palacio. Sonreí al ver el sol radiante alumbrar en mi dirección. Maxon me había dado el capricho de elegir mi lugar de trabajo como reina. Aunque podía realizar mis deberes en la sala de mujeres, en teoría, mi oficina era esta.
Era demasiado espaciosa para mi gusto. Su extensión era más grande que el primer piso de mi casa en Carolina. Contaba con una mesa para trabajo grupal además de mi escritorio. El cuarto de baño era amplio y la decoración exquisita.
Era más de lo que jamás había imaginado.
Me puse de pie y me estiré. Había pasado sentada un par de horas y merecía un descanso. Guardé los documentos en los archiveros y salí de la habitación.
Aún me tenía inquieta la conversación con Maxon sobre su hermana. Entendía su curiosidad por querer descubrir si la amante de su padre lo había engañado o no, pero también temía por Amberly. ¿Qué sucedería si ella descubría que su infiel esposo tenía una hija ilegítima? A nadie le era ajeno las dificultades de Amberly para concebir un hijo. Maxon había sido su ansiado milagro. Saber que otra mujer, además de haberle quitado a su esposo, había quedado embarazada de él la lastimaría.
Decidí pasar por la habitación de Marlee. Con Kile en camino, mi amiga se había ausentado a la gran mayoría de eventos esta semana. Quería revisar que todo lo relacionado con su embarazo marchara como se esperaba y ver si necesitaba ayuda. Toqué la puerta e ingresé.
Me sorprendió gratamente que Amberly estuviera con ella. Parecían entretenidas clasificando ropa para recién nacidos. Sonreí al verlas tan felices en especial a Amberly quien tenía en su mano derecha un par de zapatos para bebes.
La ilusión en sus ojos era genuina.
—Con permiso—saludé.
Ambas voltearon en mi dirección.
—Hola, querida, ¿Cómo te ha ido en tu primer día de trabajo? Escuché que tuvieron una reunión más temprano—Asentí.
—Sí, junto a Maxon comunicamos a los asesores el plan de trabajo para este mes y sobre los temas a discutir en la próxima reunión. El general Leger—Maxon había decidido nombrar como General a Aspen después de habernos salvado la vida a ambos durante la masacre rebelde—se encargará de los preparativos para negociar con los rebeldes norteños. Aún estamos trabajando en ello, pero tenemos altas expectativas—aseguré.
—¡Eso es magnífico! —celebró mamá Amberly. Sonreí
—Sí, pero eso significa que hubo mucho papeleo—suspiré recordando la pila de papeles que tuve que firmar—Por otro lado, me ha llegado un saco de invitaciones a reuniones banales de personas que ni siquiera conozco. ¿Qué debo hacer mamá? — pregunté antes de sentarme a su lado. Los ojos de la madre de Maxon se llenaron de felicidad al escucharme llamarla así.
