Capítulo 10

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America

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America

—No tienes que hacerlo. Las doncellas pueden encargarse de eso. —me repitió Maxon por tercera vez, pero decidí ignorarlo.

—Puedo hacerlo yo. No es tanto el trabajo—le quite importancia al hecho de alistarle la maleta de viaje—. En esta época del año, Francia está en pleno invierno. Lo ideal es que lleves varios abrigos. ¡Oh!, te empacaré una muda para cuando bajes del avión en Nueva Asia.

Maxon se acercó y tomó mi mano.

—¿Está todo bien?

Miré nuestras manos juntas y elevé la mirada. Iba a extrañar ver ese par de ojos café durante una semana, pero sabía que su visita a Nueva Asia era necesaria para empezar con la pacificación en dicho país. Además, Maxon debía dialogar con Daphne para solucionar el malentendido con Francia lo más pronto posible.

Sin embargo, el recuerdo de aquella conversación permanecía en mi mente. Tenía la ligera sospecha de que, en ausencia de Maxon, su padre actuaría de alguna forma que perjudicaría a mi esposo. Pero temía que, si se lo contaba a Maxon, él decidiría quedarse y retrasar su viaje lo cual aumentaría la tensión entre Illea, Nueva Asia y Francia.

—Sí, todo está bien. No pasa nada. Creo que es solo el sentimiento de tener que despedirnos—me excusé. Aunque no era del todo mentira. Serían 7 días sin él.

Maxon apretó mi mano.

—Yo también te voy a extrañar.

Sonreí.

— Lo sé—dije envolviéndome en sus brazos.

Después de una amorosa despedida y terminar de alistar las maletas, Maxon partió rumbo a Nueva Asia junto a Elise. Recé mentalmente para que todo ocurriese según el plan de Maxon.

—Tranquila, Mer. Maxon estará bien—dijo Aspen que estaba a mi lado izquierdo.

Él se había quedado en Illea con la finalidad de defender el palacio en caso que hubiera un intento de toma o un ataque rebelde.

—Gracias, Aspen. ¿Cómo está Lucy? —pregunté.

La semana pasada, el padre de Lucy sufrió una recaída en su salud. Lucy, como única hija, se había dedicado, día y noche, al cuidado de su padre. Aspen, quien también le tenía cariño a su suegro, se había sentido agobiado por la salud de este.

Aspen suspiró.

—Ella ama a su padre y, aunque el doctor le asegure que la vida de él este fuera de peligro, seguirá angustiada hasta que lo vea saltando de una pierna.

Entendía el sentimiento. Si aún tuviera a mi padre, yo también me preocuparía del mismo modo.

Le di una palmadita en el hombro.

♔ EL REINADO ♔ ( America Y Maxon ) - Libro 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora